Twelve

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Radier caminaba sin algún punto fijo por el patio del colegio, quizás se tomaría un descanso e iría a su salón para dormir.

Aunque su mente estaba algo perdida, pues antes de venir al colegio, su papá había recibido una llamada. Al parecer su tío Dream había entrado a labor de parto, su primo o prima ya nacería.

—¡Hey, Radier, cuidado!

A un lado de donde estaba caminando, un grupo de sus compañeros jugaban fútbol, pero alguien pateó muy fuerte la pelota que al final esta se desvió, yendo en dirección a él.

La maestra de los menores se llevó a Radier a la enfermería, ya que la pelota le cayó en la cara y lo mejor sería fijarse cuanto daño se hizo.

—Listo, creo que ya está —Por suerte el golpe no fue tan fuerte, le puso una bandita para luego despertar al contrario, se había quedado dormido.

—¿Eh, ya? —No tardó en abrir sus cuencas como si nada.

—Sí, puedes volver al salón, la próxima ten más cuidado por donde vas ¿De acuerdo?

—Lo intentare —Se levantó de su lugar, y se dirigió a la salida de la enfermería.

Entre tanto en el salón parecía que el recreo nunca había terminado, algunos estaban fuera de sus sitios, y otros provocaban una inmensa bulla.

—¿Por qué hiciste eso? —Entre todo ese griterío, una voz firme resaltaba.

—¿Hacer qué? —Respondió al contrario mientras se cruzaba de brazos.

—Tú ya sabes.

—No, no tengo idea de lo que hablas —Le dio la espalda a su amigo y empezó a poner la fecha de hoy en su cuaderno.

—Tú pateaste la pelota hacia Radier, y no me digas que fue un accidente, Andrew.

El mencionado se quedó en silencio, en su rostro se formó una sonrisa.

¿Había sido tan obvio?

||Ellos me odian|| «Radier»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora