Thirty

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En aquella sala lo único que podía escuchar era el sonido del reloj de pared que había.

Quizás tomó una decisión apresurada pero esto es lo mejor para todos.

¿Qué sí tenía miedo?

Pues no lo sabía en verdad, su mente estaba bloqueada, todavía recordaba lo que pasó hace una horas antes de venir a este lugar.

"¡Lo voy hacer, no me importa lo que me digas! Y no es necesario que vuelvas a dirigirme la palabra después de que todo esto terminé"

Puede ser que se haya exaltado un poco al hablar pero es que su "hermano" no quería entender que el mismo podía decidir lo que va hacer en su vida.

—Siguiente.

Ya había llegado su turno.

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—¿Hey, estás bien?

De forma lenta abrió sus cuencas y lo primero que pudo visualizar era la palma de una mano yendo de izquierda a derecha delante de su borrosa visión.

—¿Eh, qué pasó? —Pasó su mano por su rostro y notó que no tenía sus lentes puestos.

—Toma, aquí están —De inmediato la persona contraria le dio sus lentes para que pudiera ponérselos.

Al ya tener de nuevo su visión clara, lo primero en lo que se fijó es que en el parque no se encontraba.
Y la persona delante suya era el hombre que vio ahí antes en el parque.

—Te desmayaste ¿Lo recuerdas?

—Uhm, algo...

Radier no entendía mucho lo que había ocurrido, ahora se encontraba recostado en un pequeña cama, y la habitación parecía pertenecer a un infante de dos años o menos.

—¿Quieres desayunar algo? —Dijo aquel adulto dirigiéndose a la puerta— Seguro tienes hambre ¿Qué es lo que...? —Se vio interrumpido ya que el menor se había parado y se apresuró a la puerta para abrirla— ¿Pasa algo?

Ignoró al contrario y buscó una manera de salir afuera y ver el cielo.

¿Ya era de mañana?

—Esto, tú... —El adulto lo siguió con nervios.

—Me llamó Radier —Dijo y abrió una puerta que por alguna razón pensó que lo llevaría afuera.

Y estaba en lo correcto.

Ahí parado en el marco se quedó y solo observó en silencio.

Un pequeño jardín había detrás de aquella puerta, el sonido de los pájaros se escuchaba en la lejanía y sol ya estaba presente.

—Estuviste inconsciente por un buen rato, Radier, pero no te preocupes, ya volverás con tus padres ¿Tienes el número de celular de alguno?

—No...

—¿Entonces sabes por dónde vi...?

—Tampoco.

—Oh, supongo que esto será algo difícil... —Luego de decir aquello, Radier bajó la mirada— Pero no te preocupes, vamos a hacer todo lo posible ¿Sí?

||Ellos me odian|| «Radier»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora