Thirty seven

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Todos los presentes en el carro estaban en silencio.

Un silencio muy incómodo, uno que nadie sabía o quería romperlo.

En el asiento de atrás, Radier se sentaba en el medio y molesto miraba hacia abajo.

—¿Y... qué le pasó a tu rostro? —Se atrevió a preguntar Raven.

—Mi papá me dio un puñetazo —Dijo y se cruzó de brazos queriendo olvidar eso.

—Ah... —Pronto recibió una mirada desaprobatoria de su hermano mayor.

—Cuando volvamos a casa, trataremos tu moretón —Habló por fin el conductor, quien todavía no se creía que aún en la situación actual, ellos seguían tratando de esa manera al menor.

Una hora bastó para que llegarán a su destino.

A la vista de Radier solo era una casa desconocida.

Al bajar del vehículo se quedó parado sin querer entrar ahí pues él no pertenecía a ese lugar, mas el adulto de bufanda roja tomó su mano y le brindó confianza para ir de una vez.

—¿Y tú quién eres exactamente? —Pregunto mientras caminaban hacia la entrada.

—Ah... Supongo que necesitas una explicación —Espero que sus hijos ingresaran a casa para empezar a hablar— Yo me llamo Geno y conozco a tu mamá desde mucho tiempo.

—Nunca escuché de ti —Mencionó el menor.

—Sí... Es que tuve unos problemas con Error y eso —Soltó un suspiro leve.

—Eso no explica por qué voy a vivir contigo.

Geno se agachó a la altura de Radier y lo sujeto de sus brazos.

—Quizás no sepas pero sé que tú relación con tus padres no es la mejor, por eso quería ayudarte... Aunque fue muy drástica mi forma de hacerlo ya no hay vueltas para atrás, pero ten seguro que aquí te cuidare y haré lo que sea para que te sientas a gusto, solo te pido una chance para que te agrade estar aquí ¿Puedes intentarlo, por favor?

—No lo sé —Desvió la mirada— ¿Qué va a pasar con mis papás?

—Van a poder verte pero solo los fines de semana, así que no te preocupes, ellos...

—Está bien.

—¿En serio?

—Vale la pena intentar creo... —Geno lo abrazó antes de que pudiera terminar su oración— ¿Cuándo podré volver con mis padres?

El de bufanda lo pensó unos segundos antes de responder.

—Muy pronto —Al final terminó mintiendo pues todo dependía de los padres del contrario.

Hasta que Error y Nightmare no puedan demostrar que son capaces de cuidar a Radier, no volverían a estar a cargo de él, así lo decidió el juez.

Ellos perdieron la custodia de Radier.

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Luego de todo ese desastre, con paso lento se acercó donde estaban esos lentes rojos y los recogió.

—¿Qué pasó por tu mente al hacer eso? —Apretó los lentes que no habían recibido algún daño— De esa forma él nunca volverá.

—Ya sé que lo arruiné —Sentado en la cama con la mirada baja respondió— Uhg, él fue el primero en arruinarlo.

—Es gracioso que siempre querramos echarle la culpa a él, solo para no sentirnos mal... —Fue recogiendo cada cosa que el menor había botado de su mochila.

||Ellos me odian|| «Radier»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora