Twenty four

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Últimamente su papá trabaja más, mientras su madre toma con más frecuencia sus nuevas pastillas, y él... Ahora estaba más en la casa de sus tíos, aunque a Cross casi no lo ve por los alrededores.

Ese día no era diferente, parece que solo estaba Lux y él.

—¿Por qué Lux? —Pregunto de pronto—¿Por qué le pusieron Lux? —Esperaba una respuesta por parte de Dream.

—Bueno, no sabría que decir... —Dijo el mayor— No lo sé, simplemente porque sí.

—Oh, pensé que había algo más... interesante, como que sea de algún personaje de un libro o película —Rió de forma leve y el silencio volvía a estar presente.

Radier dejó de estar sentado en el sofá, y con el libro en mano fue directo a ver por la ventana, la cual pequeñas gotas la empañaban. 

Bajó su mirada y se encontró con el libro que leía, ese fue un regalo de su tío Dream le regaló al cumplir los tres años, no recordaba eso pero él siempre le mencionaba sobre eso, le agradó que haya heredado el gusto por leer.

Pero... ¿Heredar? ¿De quién? ¿De su abuelo o qué?

Uhmm, siempre se quedó con esa duda.

Mas la verdad es que prefería hacer otra cosa que leer en esos tiempos, porque antes no usaba lentes y no lograba a ver las letras, aunque era parte culpa suya, alejaba mucho el libro para intentar leerlo.

—Radier.

No se dio cuenta que ya habían venido a recogerlo. 

Antes de irse abrazó con fuerza al de ropas monocromáticas quien cargaba a la pequeña Lux, para luego ir donde con su papá, que lo esperaba dentro del carro.

En el camino a casa, la lluvia no cesó, quizás duraría hasta mañana...

Con cada día que pasa, papá está más agresivo con él y venía muy tarde a casa, su mamá lo ignoraba, ignoraba todo.

Su tío Cross simplemente está ahí decaído, y Dream...

Él no dice nada, solo observa.

Tanta tristeza lo abrumaba.

Solo le quedaba aferrarse a ese libro que alguna vez estuvo presente en su infancia.

Unas lágrimas salieron sin querer de sus cuencas, resbalaron por sus mejillas hasta desaparecer a la altura de su mentón.

Quería gritar.

Huir lo más lejos posible.

Oh, que alguien venga a ayudarlo, él no podía solo.

||Ellos me odian|| «Radier»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora