Four

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Durante el trayecto a casa el mayor no soltó su brazo, cada vez sentía crecer la presión en su extremidad.

—¿Ahora qué dijiste? —Pregunto su papá sin verlo.

—N-nada —No debía estar nervioso, eso solo empeoraría las cosas— Solo...

Dejó de hablar al pensar que no ganaba nada si seguía excusándose, lo mejor era quedarse callado.

Llegó un momento en que subieron a un taxi para ir a casa más rápido.

Cuando estuvieron en su hogar, Nightmare lo dejó en su habitación.

—Tengo una reunión ahora, así que vas a estar solo, Error quizás llegué en una hora.

Sin más que decir, se fue.

Su brazo todavía dolía un poco por el fuerte agarre de su padre, estaba molesto con él, de nuevo hizo algo para enojar a su padre.

Prestó atención a la marioneta que tenía en su mano para olvidar la tristeza. La otra semana observó a su madre hacer una de estas, de tanto molestarlo, le regaló una para que se fuera.

Se echó en su cama y analizó la marioneta, era una viva imagen de sí mismo.

Mamá pensaba en él y eso le alegraba...

Cerró sus cuencas y con la marioneta entre sus brazos se quedó dormido.

No tenía recuerdos felices de su infancia junto a sus padres, ellos siempre se han mostrado distantes con él.

¿Por qué?

¿Acaso hizo algo malo?

Si le dijeran que hizo, él haría lo imposible para ser el mejor niño, el mejor hijo que un padre pudiera tener.

Solo anhelaba que sus papás le quisieran, que por lo menos no se alejarán al sentir su tacto.

¿Acaso había algo mal en él?

Talvez ya se dieron cuenta que no puede ver bien las letras del cuento que tío Dream le compró.

Él nunca quiso nacer con ese defecto.

Ahora ya no podía dormir, ahora no paraba de sollozar, intentaba secar sus lágrimas torpemente con sus pequeñas manos.

Nadie iba a llegar para consolarlo.

Estaba solo.

||Ellos me odian|| «Radier»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora