Hoy era un día aburrido, muy aburrido, uno de muchos.
Lo único que podía llegar a hacer era comer y observar como la lluvia empañaba la ventana por la cual miraba el cielo gris, oscuro, y bueno, también aburrido.
¿Qué se supone que haría para no morir de aburrimiento?
Quizás solo exageraba.
Pero es que ni siquiera podía moverse para ir a la bendita vuelta de la esquina para comprar el estúpido pan.
Con pensar que no servía para nada lo irritaba.
Ya había intentado levantarse, sin embargo, no hallaba la suficiente fuerza para lograrlo. Y tampoco es que pudiera girarse sin tener de obstáculo su propio vientre abultado.
Ahora que lo pensaba... Estaba gordo.
Oh, en verdad necesitaba de nuevo el discurso de Dream sobre lo maravilloso de llevar un vida dentro tuyo.
Aún no creía que fuera cierto aquello.
A este paso iba a volverse loco.
Metió otro pedazo de naranja a su boca con el fin de hacer desaparecer todas las inseguridades que de pronto venían como un baldazo de agua a su mente.
Si podía hundirse entre las sábanas y desaparecer, el mundo le haría un gran favor...
Corrección, si aquella vida dentro suyo desapareciera, el mundo en serio le haría un gran favor.
Si tan solo eso muriera, él no tendría que pasar esto.
"Muere"
"No te quiero aquí"
"Te odio"
—Ya llegué.
Pronto limpió aquellas lágrimas, que no supo en qué momento salieron, al escuchar la voz de Nightmare, su aún esposo.
—¿Todo bien? —Pregunto el de camisa, quien cargaba una bolsa.
—Sí... —Abrazó sus piernas y ocultó su lloroso rostro entre ellas, odiaba estar tan vulnerable y sentimental en casi todo el tiempo— ¿Cómo te fue en el trabajo?
—Estuvo tranquilo, sin mucho ajetreo y papeleo... Te traje algo por cierto.
—Déjalo por ahí —Respondió sin mirar al contrario.
Quería estar solo.
—Uhg, déjame —Se removió de su lugar al sentir los brazos del más alto alrededor suyo— Nightmare...
—Sabes, te extrañe —Susurró y apretó ligeramente el cuerpo del azabache pues este intentaba apartarse— Te extrañe mucho.
—¿Eso importa? —Dejó de luchar para liberarse y al final posó su mentón sobre el hombro del más alto— Ya no quiero seguir con esto...
—¿Estás seguro? Si voy y firmó los papeles de divorcio que están en el cajón ¿Te importaría? ¿Los firmarías también?
—No sé... No lo sé.
Se sentía confundido, presionado. Lo mismo paso cuando tenía en sus manos esa prueba de embarazo.
—Estoy aquí —Se aferró más al contrario al notar que este sollozaba y temblaba sin control— Lo siento por no decírtelo antes.
—No... —Su llanto no iba a parar aunque lo intentará con todas sus fuerzas— Y-yo, p-perdón, lo siento...
"Lo siento por no querer a este niño como debería hacerlo"
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—¡Maldita sea!
Radier abrió sus cuencas lentamente al sentir como su madre dejaba de sujetar su chamarra con fuerza para luego caer al suelo de rodillas.
—¡¿Por qué no puedo hacerlo?! —Gritaba mientras daba muchos golpes al suelo— ¡Dímelo, Radier!
Bloqueado, estaba demasiado bloqueado en ese mismo momento como para reaccionar.
—Y-yo...
No podía articular ninguna palabra más, quería parar a su madre, él...
Sus cuencas pronto se tornaron negras y unos cuantos gliches empezaron a aparecer en todo su cuerpo.
¿Qué debería hacer? Del puño de su madre vio sangre brotar.
¿Por qué mamá lloraba?
¿Era su culpa?
Quería entender qué pasaba.
Su papá escuchó el alboroto cuando llegó recién del trabajo, fue directo a la cocina y se acercó a mamá para que detuviera de ocasionarse daño.
—Radier, vete a tu habitación —Ordenó tajante al mencionado.
—¿Q-qué le pasa a mamá? —Le preguntó al mayor.
—Ahora no —Dejó de tomar los brazos de Error y se dirigió hacia el menor— Ve a tu cuarto y cálmate, tan solo mira cómo estás.
De forma leve sintió la mano de su papá sobre su pómulo, ahí fue cuando se dio cuenta del líquido negro que salía de su cuenca.
Su estado no era el mejor de todos.
Acató la orden del mayor y con paso lento se retiró de la cocina.
Una vez en su habitación se abrazó sí mismo en un intento de tranquilizarse aunque fuera en vano.
Su vista pronto se nublo y todo se volvió oscuro.
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||Ellos me odian|| «Radier»
FanfictionMiradas, soledad, lágrimas. Radier quiere creer que ellos no lo odian tanto como suelen decir, quiere seguir sonriendo a pesar de todo.