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Todo el fin de semana pensando en ti...

¿Por qué justo calso el fin de semana?, no tengo nada para hacer, nisiquiera una minúscula tarea para corregir, o sea, nada de nada. Después de que Marcos me contara ayer lo que hizo, le di una buena cachetada y lo pateé fuera de mi casa, menudo idiota, cómo se le ocurre hacer eso

Lo que voy a hacer será hablar contigo el Lunes para decirte que Marcos es un idiota sin nombre y puede que quizás te diga de manera muy poco directa que pasé depresiva todo el finde y que si no es mucha molesta me encantaría que no dejes de hablarme

Lo sé soy una acosadora desesperada...

Para relajarme y evitar tirar mi teléfono al bosque, por la cantidad de llamadas que el idiota me está dejando decidí apagarlo y salir a caminar, aprovechando que hay un parque hermoso cerca del departamento y el clima está como yo amo

Lluviso, nublado y frío...

Reconozco que soy más del verano, el sol, la playa pero ésta clase de clima, me está gustando mucho últimamente, más de la cuenta, mi madre solía salir a caminar con este clima y bueno creo que a mí se me ha pegado

Hay un lugar escondido en este parque, yo lo llamo el árbol encantado, es un Sauce llorón enorme que está en un claro oculto por unos matorrales bastante altos y profundos en la maleza, como allí no hay camino nadie entra salvo aventureros como yo

Al llegar vi que alguien me ganó, una chica estaba llorando, en silencio, como si quisiera ahogarse sola en cada una de sus lágrimas, me acerqué despacio para hacer el menor ruido posible y a medida que me hacercaba se me hacía más y más familiar la silueta de esa chica

Destino, no me jodas...

—¿Regina?—

Levantaste la cabeza casi que asustada al escuchar mi voz

—Profesora...—

—¿Qué te ocurre?—

—Nada...debo irme—

Te pusiste de pie y por poco sales corriendo pero gracias a mis refliejos felinos te abrace por la espalda y te sostuve contra mí

—Regina no estás bien, no te dejaré ir así—

—Suélteme—

—No lo haré—

—Suelte o voy a gritar—

—Hazlo, aún así no te soltaré—

No me respondiste más, sólo hacías fuerza para intentar soltarte, soy una o dos cabezas más alta que tú por lo que no me voy a cansar de sostenerte, tras unos minutos de forcejeo comenzaste a ceder hasta que te quedaste completamente quieta, podría jurar que recostaste tu cuerpo sobre el mío

—¿Qué ocurre cielo?—

Te di vuelta para quedaranos cara a cara, tenías las mejillas rojas y mojadas por las lágrimas, las cuales se encargaron de dejar tus enormes ojos negros de un color rojizo

—Yo... no quiero que tenga más problemas por mi culpa—

Un par de lágrimas salieron de tus ojos, las cuales limpié antes que llegaran a tu barbilla

Marcos es un idiota por lo que hizo, pero he de admitir que te ves hermosa hasta cuando lloras...

—Quiero pedirte algo—. Intenté imitar lo mejor que pude tu expresión de duda

—¿Que quiere?—

Me miraste con duda y una leve sonrisa...

—Quiero que me abraces, por favor—

Te sonrojaste hasta el cuello, tus ojos se abrieron sorprendidos, hasta creo que te alejaste uno o medio paso de mi, los segundos que pasamos mirandonos eran interminables, hasta parece que la lluvia se detuvo...

Con la mirada llena de vergüenza y las mejillas rojas poco a poco te fuiste acercando a mí, levantaste tus brazos y rodeaste con miedo o tal vez con nervios mi cintura, yo pase mis brazos por tu espalda y atraje a mi acomodando tu cabeza en el hueco de mi cuello y hombro

—Gracias—

Hablaste luego de unos minutos de tensión en nuestro abrazo, pero poco a poco nos estabamos relajando y disfrutando del momento

—¿Por qué?—

—Por ser curiosa—

Apretaste mas mi cintura von tus brazos y enterraste más tu rostro en mi cuello, el momneto era hermoso, amo la sensación de tenerte entre mis brazos, pero de la nada te separaste y amenazaste con irte


"No tan rápido"


¿Tanta cara de secuestradora tengo?

—No tiene cara de secuestradora, pero no quiero que tenga más problemas por mi—

Maldito subconsciente, lo que pienso es para mi, no para decirlo en voz alta...

—¿Qué pasó Regina, qué te dijo Marcos?—

—Nada importante—

—Está lloviendo muy fuerte y estás empapada, ¿Quieres venir a mi departamento? Está cerca de aquí—

—Pero y si él...—

—Vamos, te vas a resfriar—

Me miraste con duda y algo de color en tus mejillas, yo por otra parte coreaba junto con las vocecillas en mi cabeza que aceptaras en venir, pero esto no es por ser acosadora, quiero saber qué te dijo el idiota de Marcos y quiero que te seques porque sino te vas a resfriar

—Está bien, vamos—

—¿Por cierto cómo conoces este lugar?—

—Me creería si le digo que salí de mi casa caminando como un zombie y al lenvantar la cabeza ya estaba aquí—

—Sí, te creo—

Ambas nos sonriemos mientras caminabamos bajo mi paraguas, escuchando la lluvia que parecía reirse de nosotras...

Curiosa CriaturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora