—¿Pero el Aeropuerto no está para el otro lado?—
Pregunté por décimo quinta vez mirando como conducías tu despampanante coche hacia el lado opuesto al aeropuerto que toda persona normal utiliza, lo único que falta es que me digas que tú sabes volar y que iremos volando, después de todo lo que pasó no me sorprendería, sólo me sonreíste más no me dijiste ni una sola palabra solo seguiste sonriendo y yo preguntando, obteniendo la misma sonrisa como respuesta a cada pregunta
—Llegamos—
Estacionaste tu auto en el garaje de un edificio enorme, yo solo miraba todo con cara de pánico, aquí vendrá uno de seguridad y terminaremos las dos tras las rejas por invadir propiedad privada
—Espera, no puedes entrar así por que sí es ilegal—
—No es ilegal si el edificio le pertenece a tu familia—
Me guiñaste un ojo, bajaste del coche, lo rodeaste y abriste mi puerta mientras me tendías la mano para ayudarme a bajar
—Deberías hacerme una lista con todas las cosas que son tuyas—
Tomé mi mochila de viaje junto a la pequeña maleta que empacamos juntas anoche y tú por otro lado tomaste tu mochila
—¿Y perderme tu cara de desconcierto? Ni pensarlo—
Reiste mientras empezabamos a subir las escaleras del garaje lo que nos dejó en un elegante y enorme salón de living, más que living era un recibidor enorme, allí había un par de hombres los cuales al ver a Regina se inclinaron ante ella, recibiendo como respues una sonrisa cordial de ésta
—La esperan majestad por favor sigame—
Dijo uno de ellos mientras nos llevaba al ascensor, subimos hasta el tercer piso y de ahí se descompuso el ascensor por lo que subimos la última planta del edificio
Me van a matar de tres infartos, dos embolias y cuatro colapsos como me hagan subir más escaleras, hace mucho dejé el Gym y estoy en muy mala forma, finalmente salimos a la azotea en donde un jet privado de pelicula nos esperaba
—¿Estás bromeando?—
Estoy boquiabierta tu solo sonreiste y me tendiste el brazo lo tome y subimos al jet, me senté en el lado de la ventana y éste salió volando
Dios mío no doy crédito a lo que veo...
Yo miraba todo embobada, de verdad que esto es tal cual las películas, no lo podía creer, estoy rumbo a Rumania con su princesa, la sola idea era muy irreal
—¿Y qué te parece?—
Me sonreías, estabas sentada enfrente mío de piernas cruzadas
—Aún no lo creo, pero sería muy invasivo que yo me quede a vivir allí contigo en el castillo, es decir, soy una total desconocida—
—Tu no eres una desconocida, y te quedarás conmigo en mi castillo órdenes de la reina y de la princesa—
—Pero...—
Quise protestar pero me detuviste haciendo una seña con la mano y mostrándome una mirada de mando, de esas de mujer dura que nada puede derrotar
—Te quedarás conmigo, no se habla más—
—De acuerdo, mi reina—
Lo dije solo para ver como te sonrojabas y apartabas la mirada, nos quedamos en silencio mirando por la ventana cuando la curiosidad me invadió por completo para variar un poco
—¿Tus amigos saben de esto?—
—No, de mi linaje y mi historia solo lo sabes tú, ellos solo saben que me crió mi madrina—
—¿Por qué viniste aquí?—
—Aquí había la carrera que yo quería seguir y además estaba la profesora de mi padrino Chavezok, creí conveniente venir y mi madrina aceptó—
—La recuerdo a ella y la verdad agradezco tu decisión—
Te guiño un ojos para que me sorieras...
—¿Piensas decirles en algún momento?—
Suspiraste mirando por la ventana como pensando una posible respuestas
—Pensaba decirles en cuanto subiera al trono, porque no creo que me crean, aunque honestamente no me gusta tener que ocultarles esto, pero si en la preparatoria se enterarán llamaría demaciado la atención—
Sonreí ante la idea de que la chica fría y seria de la escuela esté hablando con todos, quiera sacarce fotos con todos y riendo siendo amiga de todos, eso era imposible
—¿Qué ocurre?—
—Nada, es solo que, no te imagino siendo tan cálida en la preparatoria como lo eres conmigo o como eres con tus amigas—
Tú miraste la ventana melancólica mientras sonreías recordando algo que quizas pasó hace mucho, tu atención se desvió hacia una de las azafatas que te llamaba en un idioma extraño, supongo era Rumano, tú te levantaste del asiento pero antes de irte regresaste tu mirada hacia mí y con tu dedo índice picaste mi frente mientras sonreías
—He oído por ahí que las personas frías van con los acuerdos fríos—
Me sonroje por la acción y a la vez me toco el corazón de una manera muy profunda, eres tan dulce, pero he de admitir que
Tu mirada de tristeza, mezclando una felicidad utópica y a la vez una melancolía llamó terriblemente mi atención
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Curiosa Criatura
Teen FictionYo sólo tenía que ir a cumplir mis horas de clase... Ellos debían ser los curiosos que pregunten y quieran saber a toda costa los detalles de mi vida... No tenía que ser yo la curiosa... No tenía que ser yo la que quisiera saber todos los detalles d...