Curiosa Criatura

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Regina faltó hoy por lo que es un día muy aburrido, me pregunto que habrá pasado, nisiquiera los mensajes me responde

Por otro lado, Elle está más cariñosa de lo normal, entró al salón de mi mano, me besa los nudillos cada vez que tiene oportunidad, me ha dado mil abrazos y varios besos en la mejilla cerca de la comisura de mis labios

—Eso es todo por hoy, pueden irse—

Hablé recién cuando sonó el timbre de salida

—¿Y bien qué tal?—

—Has hecho un buen trabajo Elle y por cierto exelente presentación de Word—

—Es mi última semana por lo que, pensaba un regalo de tu parte—

Se acercó peligrosamente a mí haciendome retroceder

—¿Un regalo?—

—Sí, uno muy necesario para mi y placentero para ambas—

Se río y acomodó un mechón de mi cabello

—¿Qué quieres Elle?—

—Yo...—

El sonido de mi teléfono la interrumpió

Es Regina, me muero

—Disculpa Elle, Hola—

—Cuando salgas camina hasta la cafetería de la esquina sur, te estoy esperando en mi camioneta, estás hermosa—

Y dicho esto colgó, debo correr a la cafetería

—Lo siente Elle pero debo irme—

—Anna yo hablaba en serio aquella vez—

Tomó mi mano deteniendo mi paso, yo ya estaba por salir del salón hacia mi amada libertad

—¿Sobre qué?—

—Sobre que quiero estar contigo, nos estábamos por besar de no ser por que la princesita que llegó a la fiesta—

—Elle yo...—

—Vamos Anna, me gustas y lo sabes—

—Pero yo amo a otra persona—

La pelirroja quedó en silencio y bajo la cabeza

—Eres una chica muy linda Elle, pero mi corazón le pertenece a alguien más—

Se le cayeron un par de lágrimas y salió corriendo

...

—¿Hubo algún problema?—

Escuché la voz de Regina al cerrar la puerta del lujoso auto, le di un beso en la frente y le sonreí, hoy está más hermosa de lo normal, tiene una falda campana negra, una camisa violeta y el delineado en el ojo

Mierda, la amo

—Estás preciosa—

—Gracias bestiecilla, tú estás sexy—

—Me causarás un infarto—

Estoy muy roja y con el corazón a mil, no me esperaba ésta confesión

Su risa es despiadada

—¿A dónde iremos?—

—A mi casa, quiero hablar contigo—

Ok

Mi bestia curiosa interna explotó

El semblante de Regina quedó serio y algo triste, me pregunto que está pasando, por qué falto hoy, y por qué quiere hablar conmigo

—¿Por cierto, por que Elle salió llorando?—

—¿Cómo la viste?—

—Paso camianndo por la vereda y bueno yo estaba estacionada—

—Se me declaró y le dije que no podía corresponder sus sentimientos—

—¿Por qué no los puedes corresponder?—

—Porque te amo a ti—

Es lo más real y obvio del mundo, Regina sonrió engreidamente y estacionó la camioneta en una maniobra, honestamente no sé como hizo eso pero fue increíble

—Era lo único que quería escuchar para alegrarme el día—

Me sonrió mientras tomó mi mentón y me plantó un beso el cual obviamente respondí

—Gracias, ahora me siento mejor—

—Fue un placer y por cierto por qué te sentías mal—

—Llegamos y te cuento, por cierto mi madrina te mandó esto, estaba en mi valija, lo encontré recién hoy—

Me pasó la carta la cual abrí pues la curiosidad me mata, como siempre

"Anna, lo prometido es deuda"
                     Atte:Selene

Dentro del sobre habían semillas de rosas, recuerdo que se las había pedido cuando regresamos del bosque encantado, así es como lo bautice y bueno ahora las tengo, voy a plantarlas y Ojalá crezcan son preciosas esas rosas

—Llegamos, ven tengo algo para ti—

La casa de Regina es básicamente una mansión pero en un edificio, o sea es un departamento pero muy grande pero no es casa

Es Narnia en un edificio, listo

—Quería contarte algo, ya que debes estar deseosa de saber porque falte—

—¿Qué ocurrió?—

Me entregó una rosa roja

Y me sonrió triste

—Mi madre me visitó ésta mañana—