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—Tengo miedo Majestad—

Dije ya vestida, peinada y maquillada mientras la soberana me arreglaba la coleta de caballo elegante que tenía con unos adornos

—Nadie va a morderte además Gina se quedará contigo eso te lo aseguro ya que no habla con nadie—

La Reina se alejó de mi, admirandome completamente, Selene tenía un vestido rojo largo, tenía una cinta color violeta desde su hombro derecho a la parte izqueirda de su cintura, un rodete bajo, su elegante corona y estaba algo maquillada

—Anna estas hermosísima y lo vuelvo a repetir soy Sele, Sely o Selene—

—Gracias Sele pero creo que esto es demasiado—

—Es perfecto vamos quiero ver la cara de Gina cuando te vea—

Salí del brazo de la Reina, bajamos las escaleras, ya estabamos en el salón que daba a la puerta...

Dios, tengo miedo

—¡Están hermosas!—

Aparecio André gritando que estabamos hermosas mientras bajaba de las escaleras corriendo, él tenía puesto un traje rojo vino oscuro, pero ojo no eran de los trajes convencionales, era de esos trajes que utilizan los príncipes en las películas, o sea con tiras de cuerdita de botón a botón, una cinta, medallas, muy elegante debo admitir y también muy de película lo que es aún más genial

—¿Y Regina?—.Preguntó la Reina

—Regina tiene unos problemas técnicos con su falda—.André nos dejó escuchar su risueña risa

Poco a poco comenzamos a escuchar desde el fondo del pasillo el sonido de unos tacones, ahi estaba ella, Regina caminó hasta nosotros con un pantalón ajustado a sus torneadas piernas, una blusa sin mangas de cuello alto con adornos en gris a modo de pequeñas ramificaciones, unas botas cortitas de taco aguja, un tapado de verano largo hasta sus tobillos con cortes en las mangas a modo de dos pedazos de telas colgando,

Quedaba divino por cierto

Su cabello suelto y una cinta de color violeta como tenían André y la Reina en su torso, ah por cierto todo el conjunto es de color negro y su maquillaje en gris con los labios rojos me está matando, nuestras miradas chocaron y yo me congele

—Llegó el coche mi amor acompañame—.Dijo la Reina para darnos algo de privacidad a mi y a Regina

—Pero yo...—

—He dicho que me acompañes—

la Reina se llevó al Duque a rastras guiñandome un ojo, cuando regresé mi mirada al frente Regina ya estaba plantada delante mío nunca me sentí tan vulnerable frente a los ojos de alguien, esos ojos negros me recorrieron completa de pies a cabeza

—¿Es demasiado verdad?—

Bajé mi mirada abrazandome a mi misma, no puedo sostenerle la mirada a la futura Reina

—Estás demasiado hermosa, bueno si es que esa palabra alcaza para describirte—

Regina levantó mi rostro con su mano para que nuestros ojos se vieran, ambas nos sonreimos, salimos tomadas de la mano y entramos en la gran limusina negra que nos estaba esperando

—Bien el jet nos espera—.Dijo la Reina una vez el auto se movió

—¿Jet?—.Pregunté confundida

—Lo que pasa es que en auto tardamos unas cinco horas en llegar y con el jet son minutos, por eso salimos casi una hora antes—

Me explicó la Reina gentilmente luego André comenzó a contarme sobre el reino y los que vivian allí, yo le estaba escuchando pero mi mente estaba enfocada en Regina,

Dios es una maldita Diosa, setada a mi lado mirando seria y fría por la ventana, nadie sabe lo que pasará por su mente, lo que la hace aún más interesante

—¿Gina, que ocurrió con tu falda?—.Preguntó la actual soberana a la princesa

—Me quedó pequeña—

El rojo leve que apareció en sus mejillas era muy lindo...

—Has engordado—.André soltó una carcajada después de su comentario el rojo de la cara de Regina creció por toda su mejilla.—No te preocupes al acosador le gustan las mujeres grandes—

—No seas inepto, a él lo que le gusta es verte el escote cuando te inclinas—

—Bueno esta vez no pasará, porque tienes una blusa de cuello alto—

—Aah me arrepentí ¿Puedo regresar?—

—No Dios mio, Anna dame una mano—. Me dijo la soberana frotandose el puente de la nariz

—Tampoco querías ir al baile de la escuela pero al final fuiste y no solo eso sino que bailaste—

—Uno fui porque estaba aburrida, dos no quería estudiar para el examen de mate y tres tú me sacaste a bailar—

—Pero fuiste a la fiesta y te comportaste como reina por eso sé que haras lo mismo ahora—

Regina suspiró sin estar convencida

—Bueno Gina regresa si quieres— las palabras de la soberana nos dejaron descolocados a los tres .—Como escuchaste regresa si quieres yo por otro lado te voy a presentar al primo del acosador Anna, los dos tienen la misma edad y creo que podrían llevarse bien—

Me dice sonriendome la coronada, ya se para dónde va esto...

—Me encantaría majestad—

—¡¿Qué?! Pero si tú vas conmigo al baile—. dijo una celosa Regina al momento que terminé mi oración

—Pero si vas a regresar me tengo que quedar con alguien—

Dije de la manera más inocente que podía, Regina gruñó tomando mi mano con algo de brusquedad y la apoyó en sus piernas cruzadas haciendo que me acercara más a ella

—Te quedarás conmigo no me iré a ningún lado para dejar que ese idiota se aproveche de ti y es mi punto final—

Apretó un poco mi mano y miró por la ventana yo miré a la Reina la cual me sonrió y guiño un ojo mientras que André intentaba aguantar la risa y así entre conversa y conversa llegamos a un edificio donde nos llevaron hasta el techo para que podamos subir al jet

A todo esto Regina no soltó mi mano en ningun momento creo que me derretiré, y después de unos minutos llegamos al Castillo, éste junto con el pueblo estaban en una pequeña isla conectada a la civilización se podría decir por un puente

—Matenme—

suspiró Regina por lo bajo cuando entramos en el castillo yo solo apreté su mano y le sonreí para que ella hiciera lo mismo

—Reina Selene, que honor verla otra vez—

dijo un hombre viejo con una corona dorada y un traje como el de André pero en color negro

—Rey Frederik el honor es mío y agradezco mucho la invitación—

—Nuestro hijo estaba ansioso por ver a la princesa Regina, algo me dice que podríamos llegar a unir los Reinos—

cuando la mujer que se abrazó al brazo del Rey Frederik dijo eso, la cara de Regina se quedó blanca y con una expresión de negación total

—La juventud es impredecible—

dijo Selene riendo de manera graciosa para que André la interrumpiera saludando a alguien que estaba al fondo de sus padres

—Llegó el cumpleañero—

El príncipe Frederik era de un metro cincuenta, muy robusto, bastante excedido en peso, con el cabello largo hasta por la cintura, unos lentes redondos enormes y un traje de gala azul

—¿Vino mi Hermosa Princesa?—

fue lo primero que dijo con su voz de pito super aguda mirando a André y a la Reina Selene que estaba prendida del brazo del Duque, estos se corrieron riéndose discimuladamente para que los ojos del cumpleañero relucieran detrás de los lentes mostrando una sonrisa de baboso increíblemente grande

Curiosa CriaturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora