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—Regina porqué la Reina Selene no llevó la guadaña a la fiesta del acosador—

Pregunté viendo a la Reina con la gran guadaña en mano mientras saludaba a los invitados desde su trono, la fiesta había empezado hacía un buen par de horas atrás yo tenía puesto un vestido celeste simple con la falda campana y la princesa sentada a mi lado llevaba un vestido negro ajustado de encaje que me tiene babeando

—Es que, todos los reinos saben que nosotros gobernamos por encima por lo que el monarca puede optar por llevarla si quiere pero en momentos como esto se debe si o si llevarla—

—¿Tú qué harás cuabdo seas reina?—

—Yo la portaría hasta en el baño—

Solté una carcajada no me esperé esa confección...

—¿Por qué lo harías?—

—Siempre me gustó, es hermosa, además mi abuela siempre me ha dicho que soy rara, así que eso explica mucho—

—Concuerdo con ella—

Luego de unos segundos, de pensar si hablarme o no, tomaste coraje...

—Ahora que somos verdaderamente novias puedo confesarte algo sin sentirme avergonzada por ello—me dijo algo sonrojada

—¿Claro cariño que pasa?— le dijo mientras acariciaba su mejilla

—Éste vestido te queda hermoso, estás sumamente preciosa, pero te ves mucho más atractiva y sensual con las faldas que llevas a clase—

Estaba totalmente roja, y yo creó que me mojé

—Así que...mirabas mi cuerpo en clase—

Dije sonriente para que Gina quedara aún más roja y se pusiera super nerviosa, estaba muy avergonzada

—No...yo lo que hacía era mirarte a ti...completa, porque me gusta todo de ti—

sonrojada y cabiz baja casi susurrando solo para que yo pudiera oírla

—¿Eres un encanto, lo sabías?—

la tome de la mejilla y besé su frente, pues había mucha gente y lo veo como mala educación besarla con desenfreno

— tú eres hermosa—besó los nudillos de mis manos

La fiesta estaba normal hasta que pasó algo bastante inesperado y Regina enloqueció

—Regina tranquilizate—

dije intentando que la futura soberana no asesinara a un hombre joven el cual se me acercó para intentar ligarme claro está, pero unas charlas suyas y unos esquivos míos terminó en un beso robado a la fuerza en los jardines por parte de este idiota al cual luego de separarme pateé en su parte íntima, Regina lo había visto todo y estaba parada tomando del cuello de la camisa al hombre el cual se quejaba de dolor mientras agarraba su entrepierna

—La Reina se enterara de su falta Barón Larv—

le dijo fría soltandolo para que éste cayera encorbado al piso, Regina por otro lado caminó firme y tomó mi mano para arrastrarme prácticamente a su habitación

—Mi reina, cariño, lo juro, intente a lejarlo más rapido que pude—

—Lo sé lo vi— me diji abriendo la puerta de su habitación

—Pero hay algo que no voy a permitir sin importar que—

dijo cerrando la puerta con mi cuerpo, sosteniendo mis dos manos con una suya, sobre mi cabeza, Gina tenía la mirada oscurecida y yo el corazón desbocado, ya que estoy arrinconada he indefensa

Sin más Regina me empezó a besar, pero no los besos de siempre, éste tenía marcada en su ferocidad las emociones de la princesa, sentía su nerviosismo un poco su duda y también un poco de su rabia, solté un suspiro de impresión cuando la más joven con su mano libre tomó mi mentón abriendo mi boca para que comenzara una dansa entre nuestras bocas aún más profunda y fogosa haciendo que nuestras lenguas entrarán en la pista para seguir ese tiempo de vals que la princesa guiaba

Era algo casi adictivo...

Nunca había probado un beso así de nadie, nisiquiera del idiota de mi ex-esposo, mis pensamientos fueron interrumpidos haciendo que me separe anodada por una rodilla presionando entre las mías

—Regina—

dije tirando de mis intentos por no hacer ningún ruido pues si bien la habitación de Regina está bastante alejada del resto de Torres donde circulan las personas en el castillo, me daba miedo que llegase André o la Reina, pero al sentir esa presión de nuevo no pude evitar gemir bajo los atentos ojos de la princesa la cual dejaba ver una ladeada sonrisa de autosuficiencia plena

Una presión más logró hacer que levantará mi cabeza en busca de aire mientras me mordía el labio para no hacer más ruido lo que le permitió a mi captora empezar a besar y en algunos casos morder mi cuello.

Estaba muy confundida no sabía que pasaba, la Regina de ahora no es nada comparado a la de todos los días.

Luego de un par de mordiscos y besos de parte de Regina acompañados de suspiros sufridos por no dejar salir sonidos mas fuertes, Gina se separó para que ambas nos quedemos mirando fijamente con la respiración agitada

—Con esto Reclamo tus labios solo míos ahora y siempre—

dijo mientras sonreía.

Esta chica me volverá loca

Curiosa CriaturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora