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—¿Sabes algo sobre bailes de salón?—

—Nada, solo lo poco que veo en películas—

—No está mal bestiecilla—

Esa sonrisa...

Me despertaste del embrujo producto de aquella sonrisa encantadora mientras me abrías la puerta de un inmenso salón llego de candelabros y altillos donde uno podía ver todo desde arriba, era hermoso, además de estar cubierto de ventanales que daban a unas escaleras que bajaban al jardín

—Este es el salón que comunmente ocupamos cuando hay celebraciones, el del castillo del acosador es parecido solo que un poco más pequeño—. Me miraste de brazos cruzados—¿Bien, qué sabes sobre el vals?—

—Solo se que es un baile antiguo de origen francés y que se baila con cuatro tiempos—

—Enrealiadad son tres tiempos—. Dijiste riendo a lo que yo me sonroje

—Bien mira, el vals que comunmente se baila aquí y que es propio de las familias reales es una mezcla de pasos entre un vals antiguo y un vals modernizado, es decir los tiempos van variando—

—¿Y cómo sabré cuando cambian?—

—Tú solo debes dejarte llevar—. T pusiste de pie y me tendiste tu mano.—Comenzaremos con lo más básico, la postura—

Te paraste delante de mí, pasaste tu brazo derecho por mi cintura, a modo de un medio abrazo y atrajiste mi cuarpo al tuyo, nuestro torso rozaban entre sí, tomaste mi mano izquierda y la apoyaste sobre tu hombre derecho, luego enredaste tu mano izquierda con la mía quedando la postura de vals de película

—Se siente la diferencia de altura, normalmente guía la persona más alta pero esta vez haremos una excepción—

Te sacó una cabeza, espero no sea un problema...

—Estamos muy cerca te voy a pisar—. Miré nuestros pies, tu soltaste mi cintura y levantaste mi rostro

—Es mucho más cómodo bailar así, porque podré guiarte mejor y además disfrutaremos el baile—

—La postura básica está bien, me sorprendes, ahora vamos a contar—

—¿Contar?—. Esto será un bodrio

Por una de las razones por la que estudié Psicología fue porque odio los numeros

—Si contar, vamos eres licenciada en Psicología, bailar un vals para ti no sera nada, bien ahora, un, dos, tres—

Fuiste contando despacio mientras o me traías hacia ti o me llevabas para atrás, y así poco a poco empezabamos a bailar más fluido

—¡Mira ya lo estoy dominando!—

Dije imitando un tono fanfarrón pero a la vez efuciva para que tu rieras, hasta que dimos un giro y se me cruzaron los pies, provocando que caigamos las dos y yo encima de ti, me maldije internamente por ello, soy una idiota

—Lo siento, yo...—

Levanté mi rostro para mirarte y allí estaban, esos enormes ojos negros, que si los contemplabas de lejos eran ariscos y mordaces pero si los vez de cerca parece que caerás en ellos, pueden leerte el alma de lo profundos qe son, y que siempre dicen ello de los ojos claros pero no, tú eres una excepción

—Tienes unos ojos muy bellos—

Se me salió casi en un susurro era más para mí que para ti pero creo que lograste oírlo ya que sonreiste

—Habló la que tiene los ojos azules oscuros más lindos que jamás vi—

Me dijo luego de unos minutos de mirarme mientras corría un mechón de cabello de mi rostro y lo ponía detrás de mi oreja, tú mano quedó posada en mi mejilla, te tomaste todo el tiempo del mundo para mirarme, éramos solo nosotras en ese hermoso salón de baile

Sin que yo puediese contenerlo más mis ojos bajaron a tus labios, mi sangre se congeló al levantar la vista y ver que hiciste lo mismo, se que está mal pero no podré contenerme si seguimos así

—Lograron derretir tu corazón de hielo—

Una voz masculina a nuestro costado desde la puerta de entrada nos sacó del transe

—Tío Andre—. Dijo Regina sumamente roja mientras se paraba y me ayudaba a ponerme en pie.—No es lo que crees maldito pervertido, estabamos bailando y me caí eso es todo—

—Pero si yo no he dicho nada—

Dijo el hombre alto riendo, tendrá más o menos la edad de la Reina aunque estoy segura que le saca más años, cabello oscuro corto y bien peinado, cara afilada por rasgos, un hombre grande y musculoso, bastante guapo he de admitir, pero lo que me sorprendió es que no tenía los mismos ojos que Regina, ella su madrina y por lo que vi en fotos su abuela, tienen esa mirada arisca y poco amigable, pero los de él eran risueños y juguetones, como una tarjeta de felíz cumpleaños y buenos decesos

—¿No me vas a presentar majestad?—

—Si...ella es Anna—.Dijo Regina super roja y nerviosa

—Es un placer, Soy André—.Me dio un abrazo super amigable

—El placer es mío—. Respondí sonriendo, André tenía una sonrisa risueña

—No sabía que tenías novia mi Reina, porque no me dijiste—

Sentenció riendo mientras miraba a su sobrina

—No...ella y yo no...—

A Gina se le atragantaron las palabras mientras se tocaba el cabello nerviosa, André se largo a reír y abrazó a su sobrina alzandola en sus fuertes brazos para girar con ella en el aire

—No has cambiado nada cariño, te extrañé mucho mi reina hermosa—

Le dijo riendo mientras estrujaba su sobrina en su pecho y le besaba la cabeza

—Te odio—

Dijo Regina sonrojada para que André riera

—Sabes que no—

Se separaron para mirarse y sonreirse

—¿Que no venías mañana?—

—Si porque tenía una inaguracion, vas a amar la nueva biblioteca de Versalles, la fiestecita duró menos de lo que se creía asi que heme aquí—

—Genial—

Dijo Regina intentando recuperar su compostura, pero estabamos las dos bastante avergonzadas lo que André pareció notar

—Bueno futura soberana, ya pensaste que vestido provocador y sensual te pondras para ir al reino de Crown—

—No llevaré vestido—

—¿Cómo que no, por qué? Con la silueta de viuda negra que cargas capaz de enloquecer a cualquiera—

—No me gusta que me miren el escote o que me miren con intención de hacerme cosas que a nadie le gustaría que le hicieran—

Dijo Gina abrazandose a si misma con cara de asco para que André riera pero a mi me dieron celos, pequeños pero allí estaban

—Voy a llevar uno de mis trajes de gala—. Verminó por responder

—Te quedan igual de bien, con esas curvas del sueño lo que las marque te queda fenomenal—. Dijo el hombre para sonreirnos

—Bueno tortolitas yo me voy a desempacar y hablar con mi dulce esposa y así las dejo seguir para que logren besarse—

Creo que yo quede mas roja que Gina...

—Perdón digo bailar—

y dicho esto cerró la puerta deprisa para dejarnos a mi y Regina a solsas otra vez

—Lo siento...él es un tanto...—

—Hey tranquila, me cayó bien—

dije tomando tu mejilla para que me miraras y para mi sorpresa sonrieras, una sonrisa hermosa

—Anda sigamos practicando—

Curiosa CriaturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora