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Dios mío no puedo creer lo que acaba de pasar...

estabamos en la biblioteca con Regina acomodando unos libros y sacandole el polvo, mientras escuchábamos del reproductor alguna que otra canción de la preferencia de ambas acompañado de un té Rumano muy sabroso

De la nada la princesa piso mal en el banquillo donde estaba parada para ganar mas altura y cayó, por suerte antes de que cayera al piso la agarré, gracias a mis "súper reflejos felinos de leopardesa que proteje a sus crias", se hubiese lastimado realmente feo si es que se llegaba a caer al suelo y encima suyo la pila de libros

Cayó sobre mi haciendo que nuestros labios chocaran en un casto beso...

Regina luego de unos minutos se dio cuenta de lo que pasaba y se separó quedando sentada a horcajas sobre mí, yo me senté mirando el labio de la futura soberana y ella miró el mío, ambas teníamos una herida de aquel beso que surgió gracias a un accidente

Un sorpresivo pero muy lindo accidente...

—Hay mi sobrina ya tuvo su primer beso—

festejaba la Reina cuando le conté lo que pasó ya que diviso la herida de mi labio

—No se habrá, enojado o algo majestad porque desde eso me ha estado evitando—

Dije algo triste, ya habían pasado tres días de eso y Regina casi no me hablaba, siempre que me veía bajaba la cabeza y huía, siento que lo arruiné

—Anna, fue su primer contacto con lo que se asemeja a una pareja, tu eres la primera persona por la que Regina sintió algo, no está molesta, está súper avergonzada y preocupada ya que piensa que tú estás molesta—

—¿Y qué hago para que sepa que no es así?—

—Habla con ella, pero tiene que ser ustedes dos solas y debes asegurarte de que no escape—

La Reina se sentó en la cama de mi gran
habitación y quedó pensativa unos segundos en ese momento entró André a la habitación el cual estaba hablando con Regina

—Está terriblemente avergonzada, pero no está molesta—dijo respondiendo mi cara de duda constante cuando lo miré

—Tengo una idea— dijo la soberana poniéndose de pie

—Hable— dijimos con el Duque al unísono

—Gina está es su habitación, la llamaré y la diatraeré por un par de minutos, mientras tanto Anna entra en su habitación, escondete y caundo veas el momento la emboscas—

—Me gusta, hay que hacerlo— dijo el Duque animando

—Hagámoslo—

Tengo el corazón en la mano, sentimientos encontrados, pero sobretodo nervios, muchos muchos nervios

Regina está abajo en el despacho de su majestad, yo por otro lado estoy oculta detrás de unas cortinas, por suerte las cortinas aquí son enormes y bastante largas, es un excelente lugar para esconderse ya que no hay otro bueno por lo menos en la habitación de la futura reina no, estoy más nerviosa que en mi primera clase de universidad y lo peor es que aumenta minuto a minuto mientras escucho los pasos de Regina venir hasta acá

—Tranquila Regina, tienes que serenarte—

"Tranquila Anna, tienes que serenarte"

dijo nerviosa la princesa mientras suspiraba y se tiraba en la cama desganada, quedó así por unos momentos murmurando por lo bajo en su almohada hasta que escuché unos sollozos haciendo que pierda mi razón, como por arte del hipnosis me acerqué, Regina estaba acostada boca arriba con su brazo derecho tapando sus ojos pero sin poder ocultar algunas lágrimas...

suavemente sin que ella me sintiera, me incliné en la cama y la bese, fue un beso un tanto brusco debo admitir es que no pude calcular la distancia y me incliné muy rápido,

Me odio, y para colmo nuestros labios están lastimados, Ojalá a Regina no le haya dolido

gimió de sorpresa y quitó su brazo mirandome con sus enormes ojos negros algo rojos acompañados de unas mejillas rojas, luego de unos segundos me separé lentamente

—Anna—me dijo en un susurro de vergüenza y sorpresa

—Lo siento cariño, pero no lo soporté más—

le dije suave mientras le corría unos pequeños mechones de su cara y le acariciaba la cabeza, me asusté cuando vi que empezó a llorar

—¿Por qué lloras?, lo siento mucho, no volveré a hacerlo si te molestó— dije algo preocupada limpiando sus lágrimas con mi pulgar

—No me molesta, sólo que, te mereces algo mejor que sólo una niña como yo—

—¿Por qué dices eso?—dije sonriendo de pura ternura, parece una niña pequeña cuando un grupo de mayores se rie de ella

—Anna yo no sé nada de parejas, nunca me había fijado en nadie y tu ya has estado casada, yo no podré darte lo que de verdad mereces—

estaba tristre mi princesa por lo que tuve que reírme, recibiendo una mirada de regaño por parte de la futura soberana

—¿De verdad me crees tan mandona y pretenciosa?—

Dije sonriendo mientras acariciaba su cabeza

—Mira seré franca contigo, me gustas mucho Regina, sé que te llevo muchos años y que tú mereces algo mejor que yo, pero me encantaría que me dieras una oportunidad—

dije sincera tirando la cartas sobre la mesa, mi corazón latía a mil por segundo

—También me gustas mucho Anna—

La besé de nuevo para abrazarla, no quiero soltarla nunca

Curiosa CriaturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora