Curiosa Criatura

~40~

—Deja de reírte—

Creo que es la décimo tercera vez que lo repito, admito que estoy con un millón de preguntas en mi cabeza por lo que mi cerebro no está podiendo llevar a cabo la sinapsis por lo que me quedé muda y con cara de WTF

—Lo siento es que me encanta tu cara de desconcierto total—

—Es que vivimos medianamente lejos y que en menos de cinco segundo hayas llegado y te hayas duchado en mi casa me sorprende—

—Enrealidad me duche en mi casa, y al salir del baño vi que ustedes estaban discutiendo entonces vine corriendo—

—¿Eres Flash o qué?—

Soltaste una caracajada la cual tuve que acompañar pero mi risa era más de impresión que de otra cosa

—Mi padre, mi abuelo y actualmente mi padrino eran muy amantes de los deportes y bueno se podría decir que desde que me encontraron me han inculcado el arte decasi todos los deportes—

—¿Eso explica bastante, y qué pasa con la denuncia?—

—El hombre que llame es Charlie el es oficial, y  se encargará de que tu esposo no llegue a más lejos—

—Más bien Ex-esposo—

—Lo imaginé pero no quise ser imprudente—. Me gustó la pequeña sonrisa que me regaló

—Bueno, gracias supongo, me has salvado de nuevo—

—Ha sido un placer, y por cierto, no corrí tan rápido—

—Hasta pareces superhéroe—

Soltaste otra carcajada la cual yo también respondí con más énfasis

—Gracias, lo mejor que me han dicho, por cierto ¿Terminó de empacar?—

—No, no pude por la interrupción—

—Déjame ayudarte—

Pusimos ambas las manos a la obra y en menos de cinco segundo ya teníamos la ropa de invierno porque según Regina allá hacía frío, todo empacado en mi habitación mientras nos preparabamos un café

—¿Y Leopoldo?—

—Debe estar dormido en su camita al lado de la mía—. Estabas por contestar pero sonó tu móvil

—Es mi madrina—

—¿Está despierta?—

Sorprende porque aquí son cerca de las tres de la mañana

—Es que allá en Rumania son cerca de las ocho de la mañana—

—Me había olvidado de la carga horaria distinta a la nuestra—

Te pasé el café el cual agradeciste para tomarlo en cinco segundos

—¿Te gusta mucho el café?—

—Es una de mis debilidades—. Sonrió apenada mientras levantaba los hombros

—Ya pude notarlo—

—¿Y usted, tiene debilidades?—

—De nuevo el usted—

Dije a modo de reproche

Hace bastante vengo pidiendo que por lo menos cuando nadie de la preparatoria nos mire me tutees sin miedo a nada

—Lo siento ¿Tú tienes debilidades?—

Me quedé mirando un par de segundo a tu persona y sólo pude sonreir levemente

—Sí tengo—

—Nombre alguna—

"Tú"

Creo que ésta vez sólo se escuchó en mi cabeza esa respuesta