Min Yoongi es un chico de veintidós años, quien posee un poder que ni él mismo comprende, pero sabe que una parte es salvación mientras que la otra es destrucción.
Ni en sueños quiere ser héroe, ni mucho menos un villano. Su forma de pensar cambia...
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Yoongi volvió a hacer uso de su poder a una gran fuerza. Pero era lo mismo, entre más poder usaba, más descargas recibía su cuerpo. Dejó de hacerlo por un instante. Estaba respirando muy rápido y su cuerpo dolía demasiado. Estaba sintiendo mucha frustración. Mientras, So Ji Sub se burlaba de su patético estado actual.
— ¿Qué sucede Yoongi? ¿Acaso no eres tan fuerte como pensabas? No es posible que unas simples descargas te hayan hecho rendirte tan fácil. ¿Recuerdas cuando peleabas para mí?— dijo So Ji Sub del otro lado—. En aquel momento lo único que más te importaba era el dinero. Ganar mucho dinero en una noche aun si rompías unos cuantos huesos. Te mofabas de tu gran poder y eso claramente causó que te viera como una amenaza de la cual debía ocuparme antes de que fuera demasiado tarde.
Yoongi apretó sus manos tratando de darle menor importancia a lo que ese tipo estuviera diciendo. Cerró sus ojos y se concentró. No sabía si So Ji Sub intentaba burlarse de él o incitarlo a continuar. Cualquiera que fuera, lo hacía sentirse molesto. Mientras, So Ji Sub continuó.
— Hay tantas cosas que no sabes. También aquella vez que tu mamá te defendió— vio con una sonrisa como capturaba de nuevo la atención del menor—. A pesar de que eras un monstruo que tarde o temprano ella no podría controlar, te protegió como si fueras realmente su hijo. Debo admitir, que Min Jae Hee fue una mujer fuerte. Fue de las mejores que tuve en mi equipo. Lamentablemente tuve que deshacerme de ella, porque así como era de importante, también era una amenaza. No le importó, dar su vida por un error como tú.
Yoongi respiró más rápido y sintió el coraje recorrerle. Odiaba que aquel tipo pronunciara el nombre de su madre con tanta facilidad. No le daría el gusto de salirse con la suya, quería provocarlo para que hiciera otro movimiento tonto.
— Tu tiempo está contado, pero antes de que te mueras quiero sacar todo lo que hay dentro de ti— comentó So Ji Sub—. Cierto, recuerdo que alguien también muy importante en tu vida es el vidente. ¿Park Jimin? Claro, esta tarde maté a sus padres y el pobre chico lloró y lloró. Es muy triste, pero así son las cosas.
— Jimin— susurró con miedo luego de escuchar lo que So Ji Sub le contó.
So Ji Sub soltó una risa. — Ah, ya veo. Con que es tu punto más débil. Si, bueno, ese chico sabes que tiene un poder increíble y lo necesito. Torturé muchas veces a su padre para que me llevara a él, pero el señor Park fue muy reacio. No tuve más opción que jugar con la mente inocente de tu chico. Y cayó tan fácil. Es triste, que vidas como la de él, tengan que terminarse tan pronto.
Yoongi pronto vio frente a él una imagen de Jimin encerrado dentro de una caja de cristal. El chico buscaba con sus manos donde apoyarse, cuando llegó al vidrio comenzó a pedir auxilio. De ahí la cámara enfocó al resto de los que estaban en el laboratorio, todos estaban congelados en el tiempo.
— En poco tiempo, el tumor del chico comenzará a crecer y no habrá salvación. No me importa el recipiente, lo que me importa es el poder que contiene. Me da igual si Jimin muere o no, pero me parece divertido ver que intentes salvarlo— sonrió So Ji Sub con malicia.
