30. Viendo Thestrals

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Nota de autor: Todavía le pertenece a Moosing el fan fic y la historia a J.K Rowling. Yo solo sirvo de traductor.

"A lo que me refiero es a que un perro también la morderá si lo molesta, ¿verdad?....pero los Thestrals sólo han adquirido esa mala reputación por todo ese asunto de la muerte..... la gente habitualmente creía que eran de mal augurio, ¿cierto? Sólo era que no entendían, ¿o no?"

Harry Potter y la orden del fénix- J.K Rowling

REMUS:

— Así que dime, amigo Sirius mencionó animadamente a la mañana siguiente mientras los cuatro Merodeadores emprendían su camino al desayuno¿Son sentidos lobunos o de cerebrito?

Remus levantó la mirada de su libro y frunció el ceño a su amigo: ¿Qué?

— Vienes todo el camino desde nuestro dormitorio hasta el gran comedor sin levantar la mirada de ahí y no has chocado con nada.

— Uh...—El cerebro de Remus se sentía mareado. Estaba exhausto, sus heridas dolían y en verdad no quería lidiar con ningún tipo de pregunta.

— ¿Cómo es posible que ya estés leyendo? —Demandó Peter— Ni siquiera has comido el desayuno todavía. Es sobrenatural, te lo digo. Sobrenatural.

— No quiero atrasarme —Remus dejó su libro abierto al lado del platón de azúcar y se enfocó en lograr maniobrar una tostada fuera de la bandeja sin tocar la plata.

— Oh, ¿A quién le importa? Sirius repuso con desinterés— Es solo escuela. No te mataría el divertirte de vez en cuando.

Remus pausó presionando sus labios fuertemente por unos segundos para retener su mordaz respuesta. Posteriormente cerró su libro y dirigió toda su atención a la expresión de Sirius: Tengo que esforzarmeExplicó, escogiendo cuidadosamente sus palabras— Soy el único hombre lobo al que le han dado está oportunidad y no permitiré que Dumbledore lamente el haber puesto su confianza en mí.

— Lunático —La expresión de James se tornó extraña mientras trataba de internarse en las profundidades del sentimiento humano— Tú tienes el mismo derecho de estar aquí como el resto de nosotros. Dumbledore solo te dio la oportunidad de algo que ya debería ser tuyo.

Remus escondió su cabeza y se encogió de hombros. Los otros no lo entendían. No podían. Era fácil para ellos, ser humanos. Para Remus, la humanidad era algo que debía luchar.

La conversación fue afortunadamente interrumpida por las lechuzas y su corazón se animó un poco al ver a Brutus. Estaba al tanto de la mirada incrédula de Sirius cuando cambio sus salchichas por una carta mientras la gran ave se inclinaba y acariciaba con su pico el cabello de Remus.

— ¿Cómo es posible que muchos animales te odien, pero aquellos que te aman no se pueden alejar de ti?

— Es por mi magnética personalidad.

— Por supuesto que sí James se burló.

Remus metió la mano en su bolsillo y sacó a Hamish, poniéndolo sobre la mesa al lado de Brutus y ofreciéndole así mismo salchichas. El erizo las ojeó por unos momentos, para luego girar y robar un poco de tocino del plato de Sirius.

— ¡Oye! —Sirius trató de recuperarlo, pero se lo dejo cuando Hamish le dedicó una mirada de súplica— ¡Le has dado clases! Le acusó, señalando a Remus con su tenedor— Reconocería esa mirada en cualquier parte.

Convocando sombras de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora