Convocando sombras de Luna

46. Slytherins bailarines de vientre

Nota de autor: ¡Hello people! Aquí traemos un nuevo capítulo de está amada historia que, obviamente, sigue sin ser mía. Todo el crédito a la fantástica Moonsign por escribirla y a J.K por crear el universo de Harry Potter. De paso, sucede una escena que es un poco fuerte con respecto a violencia, entonces si no se sienten cómodos leyéndola pondré un aviso para que puedan saltarla.

"La venganza es un plato que se sirve frío"

Anónimo

REMUS:

Tres días después, Remus fue a parar al dormitorio antes de la cena para dejar sus libros. El mapa yacía abierto en la cama; una clara muestra de que James y Sirius habían estado editándolo. Presionó sobre él su varita.

— Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.

Las líneas empezaron a aparecer y el mapa se desplegó en frente de él. Entonces fue obvio lo que sus amigos habían estado haciendo. El mapa tenía pequeños puntos que indicaban los errores que habían cometido al diseñarlo. También tenía un gran signo de pregunta en un lugar cerca a las mazmorras en dónde dos paredes no se unían, y Remus solo pudo suponer que él cometió un error al medir esa área.

Les tomaría demasiado tiempo el volver a medir todas las paredes, y Remus odiaba dejar algo erróneo o a medias. Se acercó al baúl de Sirius y sacó una cinta de medir mágica. Solo le tomaría unos cuantos minutos y entonces podría ir a cenar.

No pudo hallar la capa de invisibilidad de James, así que supuso el que el chico la tenía con él. Dudo unos instantes, pero luego se encogió de hombros. La mayoría de Slytherin estaría en la cena ¿O no? Y ninguna regla decía que un Gryffindor no podía estar en las mazmorras, aún sí era territorio de Slytherin.

"Tampoco es que no pueda defenderme solo" Se aseguró a sí mismo, a la vez que salía por el retrato.

Las mazmorras eran mucho más frías y olían a humedad y piedra. Como Remus dedujo, los corredores estaban vacíos y generaban eco. Se apresuró a llegar al corredor en dónde había cometido el error y sacó la cinta para medirlo. Lo ató a la pared del final y caminó con el otro extremo. No se dio cuenta de las voces que venían detrás de él mientras decía: — Diez metros, diez punto cinco metros, once metros...

Al llegar al final del corredor, se agachó para anotar la medida final. Y fue ahí cuando captó el olor de alguien parado detrás. No era solo una persona, eran dos, tres, cuatro...

Se giró agarrando su varita, pero no fue lo suficientemente rápido.

— ¡Petrificus Totallus!

Remus trató de alejarse del hechizo, pero alcanzó unos de sus tobillos y sintió como se apropiaba de sí mismo. Sus miembros se endurecieron y cayó al suelo.

— Miren esto, compañeros —Dijo una suave voz— Un pequeño león caminaba por nuestros dominios.

Remus pudo ver entonces que se trataban de Malfoy, Lestrenge, Nott, Bellatrix y, ¡Por Merlín!, Regulus quienes lo veían de arriba abajo.

— Me parece recordar que este pequeño león es quien una vez amenazó a Regulus —Habló Bellatrix, demasiado deleitada— Y es uno de los amigos de Sirius Black. ¿Qué creen que diría Sirius si lo encuentra desnudo y atado al asta de la bandera de Gryffindor, hmm? —Le sonrió, sus brillantes ojos recordándole a Remus a una comadreja que una vez había visto en el jardín de su padre. Remus estaba aterrado. Estaba completamente solo. Si le quitaban la ropa y veían la cicatriz de la mordida...