74. Experimentando y equivocaciones de Tapires

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Nota de autor: La historia salió de la fabulosa mente de Moonsign, ya quisiera yo que se me hubiese ocurrido tremenda maravilla. Los personajes y mundo pertenecen a J.K Rowling mientras que yo solo traduzco. Me disculpo por no haber publicado antes, pero la Universidad me estaba matando.

"He sido osada, pero no soy una rebelde sin causa"

Angelina Jolie

SIRIUS:

— Tengo que orinar —Sirius anunció, sin quitar sus ojos de la figura que formaba Remus en su cama de la enfermería.

Madame Pomfrey ni siquiera se escandalizó: — Bueno, tengo una vasenilla justo ahí. Si al señor Potter no le importa ayudarle a bajarse los pantalones...

— ¡Hablo en serio!

Todos estaban serios. Tan serios que el habitual chiste no podría haberlos hecho reír de haberle valido la vida a Sirius.

— Lo lamento, señor Black —Dijo la profesora McGonagall desde donde había estado vigilando a Lily en la otra cama— Pero hasta que no sepamos el que usted no se embarcará en alguna misión suicida de venganza, me temo que se quedará atado a esa silla.

Alguien debe hacer algo.

— Los Aurores...

— Los malditos Aurores solo se la pasan gesticulando demasiado y tomando testimonios. Es lo único que hacen, escribir estúpidos e inútiles testimonios que les dan personas que ni siquiera estaban allí, solo para decir "Oh, no debió ser tan malo señor, eh, Black. Estoy seguro de que ni siquiera era el verdadero Greyback. De seguro está exagerando desproporcionalmente el asunto, ¿Verdad? ¿Qué le parece decirnos lo que sucedió en realidad, campeón?" Y entonces empiezan a mover sus manitas de forma que me provoca maldecirles las bolas para que sean luces de Navidad.

— Solo porque desea hacer algo, no significa que deba hacerlo —Repuso la profesora McGonagall— Le tomó al profesor Flitwick una hora y media el poder revertir el hechizo en las... partes íntimas del Auror Beandrop.

— ¡Los bastardos no están haciendo nada!

— ¡Lenguaje, señor Black!

— ¿Qué piensa hacer si no me callo? ¿Torturar a mí no- amigo, obligarme a hablar con trabajadores incompetentes del Ministerio y después atarme a una silla por más de tres horas? Oh, espere...

— ¡Silencio!

— Gracias por eso, Minerva — Dijo Madame Pomfrey.

— Tiene un buen punto, sin embargo —James lo defendió. Se había sentado en medio de las camas de Lily y Remus— De seguro harán algo para explicar a la mujer muerta en la tienda. Esto no puede quedar impune.

— No van a dejarlo impune, señor Potter. Hacen lo mejor que pueden. Pero como ya nos explicaron, hubo dos ataques de parte de los Mortífagos a familias Muggle en Hull y Dorset tan solo en una semana. Las cosas se salen de nuestras manos y un ataque a una pobre anciana y dos estudiantes que salieron prácticamente ilesos es la menor de sus preocupaciones.

"¿Ilesos?" Sirius pensó con furia. La memoria de la expresión de Remus cuando despertó y Madame Pomfrey le dio un nuevo tónico para dormir invadía su mente. Los niveles de horror y repulsión que vio en sus ojos no podrían clasificarse como ilesos.

Un toque delicado en su brazo logró que girara para ver con molestia a Madame Pomfrey. Ella se agachó hasta estar cerca de su oído y susurró: — Algunas veces lo que necesitan nuestros seres queridos es apoyo y cuidado, no una venganza maniática contra un enemigo que no podremos derrotar.

Convocando sombras de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora