13. Cine

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Mi alarma me despertó del lindo sueño que estaba teniendo, miré la hora apenas abriendo un ojo, 8:30am, hoy volvía a trabajar y parecía que el cansancio era peor que antes de irme a Cartagena. Perezosamente me metí a la ducha y posteriormente me vestí, fui hasta la cocina para preparar mi desayuno, y fue ahí cuando recordé que Juan Pablo se había quedado la noche anterior, dormía profundamente, no quise despertamos ya que era muy temprano. Puse agua para tomar té y saqué unas galletas de avena para acompañar, miré en dirección a ese bello muchacho y comenzaba a abrir los ojos, se dió cuenta que lo estaba mirando y sonrió, con cara de dormido y su pelo revuelto se acercó hasta donde estaba yo.

Buenos días ¿Cómo dormiste? - dije feliz.

Sorprendentemente muy bien, debo admitir que no se veía muy cómodo pero lo es - dijo frotándose los ojos.

Me alegro, ¿Quieres comer algo? Tengo té y galletas - le ofrecí.

No voy a negarme a comer algo - dijo riendo - ¿Vas saliendo?

Si, tengo que trabajar a las 10.

Le serví un poco de té y se quedó observando muy concentrado la taza.

Me gusta que todas tus cosas tengan detalles pequeñitos, hacen que todo se vea más lindo - dijo refiriéndose a las pequeñas runas que adornaban la taza.

Me gustan los detalles y digamos que tengo un pequeño problema con las compras, soy muy de comprar cosas innecesarias - admití.

¿Una loca por las compras? Eso no me lo esperaba - bromeó.

Es una especie de placer culpable - me reí - o como yo lo llamo, darle una segunda vida a las cosas.

Es la mejor justificación que he escuchado - dijo riendo.

Gracias. Gracias - dije divertida.

A las 9:20 salimos juntos a la calle, Juan Pablo insistió en acompañarme hasta la universidad y sinceramente me gustaba su compañía. Me contó algunas cosas de su banda y como odiaba hacer sesiones fotográficas para las marcas, tuvimos un pequeño debate respecto al tema, que terminó con un gusto amargo, nos despedimos en la entrada del campus, dejó un beso muy cerca de mis labios, en mi mente ya lo había besado mil veces pero teniéndolo en frente me acobardaba.
La mañana fue muy normal, todo igual que siempre, mis estudiantes me preguntaron por la conferencia y felizmente les conté algunas de las cosas que había echo. A la hora de almuerzo me ví tentada en llamar a Juan Pablo pero sabía que hoy estaría un poco ocupado con sus cosas. Decidí comer sola, elegí una ensalada que realmente estaba horrible y me dejó muriendo de hambre, me quedaba un tiempo libre antes de mi siguiente clase, tomé mi teléfono, el cual no había revisado desde hace una semana, me reí al leer la cantidad de mensajes que Juan me había dejado, era un dramático, entré a Instagram y ví que había comenzado a seguirme, enseguida lo seguí de vuelta y me pase un largo rato viendo sus fotos, no tenía muchas y la última había sido hace algún tiempo. Me ví tentada a escribirle, tenía el chat abierto cuando alguien se sentó al frente mío.

Hola - dije incómoda y bloquee el teléfono.

Hola, estoy en tu clase de literatura - me sorprendí por la manera en que me habló ya que aparentemente era mi estudiante.

¿Puedo ayudarte en algo? - pregunté amable.

La verdad si, me llamo Patrick - estiró la mano, la cual tomé un poco incómoda.

Bueno ¿Que necesitas Patrick?

Quería saber si te gustaría tomar un café - dijo sonriente.

¿Me estás invitando a salir? - pregunté sorprendida.

Exacto!

Me temo que no puedo aceptar - su rostro paso se felicidad a desilución.

Soñarse De A Dos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora