12. Ojos cálidos

1.4K 107 12
                                    

Villamil

Lunes denuevo, una semana sin saber de Mariana. Faltaba muy poco para que nos fuéramos de Bogotá por unos días, me sentía devastado, quería creer que ella estaba bien y que sólo no quería verme. Los chicos dejaron de hacer bromas respecto al tema y se los agradecía, íbamos camino a comer junto a algunos amigos, esta semana no había sido la mejor y todos pensaban que me iba a volver loco,  pasamos cerca a la plaza que jugamos en las pelotas inflables, sonreí al recordar ese lindo momento, iba tan distraído que no escuché cuando Isaza me habló.

Villa! - dijo jalandome del brazo.

¿Que pasa? - pregunté extrañado.

¿Esa no es Mariana? - dijo apuntando en dirección a ella.

Si..si - dije nervioso.

Ve a hablarle - me animó Martín.

Dudoso y un poco temeroso me acerqué a ella, observaba muy concentrada unos libros viejos que estaban afuera de una librería, era consciente de que todos mis amigos estaban observando para ver su reacción.

Mariana - dije tímido, ella se dió vuelta y al verme una sonrisa apareció en su rostro.

Juan Pablo! - dijo emocionada, abrazándome.

Es..estás viva - dije apenas, aliviando toda la preocupación que había tenido.

Claramente! - dijo riendo mientras se separaba de mis brazos.

¿Dónde has estado? ¿Todo bien? - pregunté exaltado, ella rió por mí reacción.

Estoy excelente, estab.... - no alcanzó a terminar ya que los chicos se acercaron e interrumpieron.

Mariana apareciste! - dijo Martín.

Pensamos que te habían secuestrado o algo así - bromeó Isaza.

Villa no podía dormir ni comer por la preocupación - agregó Simón. 

Por Dios, que exagerados! - dijo riendo - solo fueron unos días.

Fue una semana bastante eterna para Villita - dijo Isaza bromeando, lo miré mal.

¿Vienes a comer con nosotros? - preguntó la novia de Martín.

Emm si no hay problema - dijo Mariana mirándome.

Claro que no hay problema - dije sonriente.

Caminamos hasta el lugar que íbamos a comer, algunas de las chicas se habían "robado" a Mariana, hablaban animadamente sobre cosas de mujeres, la miraba a la distancia y aún me producía cierta ansiedad saber donde había estado y por qué no contestaba los mensajes, deseaba adelantar un poco el tiempo para poder estar a solas con ella, quería besarla, abrazarla, hablar, reír, besarla y no separarme nunca de su lado, los chicos molestaron ya que se dieron cuenta de la manera en que la observaba, admito que podía ser un poco obvio pero no me importaba.

Llegamos a comer y Mariana no dejaba de sonreír, la miré por un largo rato mientras decidía que comer.

Deja de mirarme así, me pones nerviosa - susurro en mi oído, su cercanía me ponía mal.

Lo siento - le dije de la misma manera - es que eres hermosa.

Me miró sorprendida, un poco sonrojada, no me dijo nada y me sentí un tanto inseguro, no sabía en qué estábamos ya que apenas nos estábamos conociendo y solo nos habíamos besado una vez, entre en pánico por que quizás estaba confundiendo las cosas y ella solo quería ser mi amiga.

¿Y vas a resolver la interrogante? - preguntó Martín.

¿Cuál interrogante? - preguntó divertida.

Soñarse De A Dos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora