25. Quiebre

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Villamil

En mis sueños la sonrisa de Mariana se hacía presente, sus caricias eran constantes y sus labios jugaban con los míos. A lo lejos escuchaba voces como si de un centro comercial se tratara, busque el rostro de ella pero no estaba, las voces se hacían más cercanas y abrí los ojos de golpe. Estaba en medio de la oscuridad, Mariana ya no dormía a mi lado y las voces no eran solo parte del sueño. Me levanté aún un poco aturdido, Isaza y Juana discutían a grito limpio mientras Mariana se cubría el rostro. No entendía nada. Los hermanos Vargas y sus novias hicieron acto de presencia casi al mismo tiempo que yo, me acerqué a ella y se abrazó a mi cintura, quedé anonadado al ver su rostro rojizo y hasta un poco violeta.

¿Que pasó? - pregunté preocupado.

Pasó que tú novia te engaña con Isaza - interrumpió Juana con un grito.

El silencio nos envolvió a todos por un par de segundos, mi cuerpo se tensó y Mariana volteo a verme ya que lo había notado. Isaza muy cabreado me decía que todo era mentira, que no hiciera caso a lo que ella decía mientras que su novia insistía en que ella había visto todo. Estaba casi seguro de que Mariana no me haría algo así pero al mismo tiempo dudas se instalaron en mi porque tampoco la conocía completamente, y además, ¿Que hacía ella con Isaza?

Isa jamás te haría algo así - lo defendió Martín -. Y dudo mucho que Mariana lo haga.

Tu no viste lo que yo ví - insistió -. ¿Vas a negar que estaban abrazados y que te pidió terminar conmigo?

No te lo niego, si estábamos abrazados pero ella no me pidió nada - se notaba que Isa estaba cabreado -. Toda esa película que te estás montando en tu cabeza es ridícula y solo conseguirás arruinar lo poco que nos queda de viaje.

Todos comenzaron a denegar la supuesta situación que había ocurrido entre mi mejor amigo y mi casi novia, no sabía porque pero me era imposible emitir palabra alguna, sabía que si decía algo erróneo arruinaría todo aún más. Miré a Mariana quien se encontraba en silencio al igual que yo, del tiempo que la conocía sabía que odiaba las confrontaciones y más aún cuando la involucrada era ella. Estaba molesto por varias razones, no lo voy a negar. Me enfurecía pensar que Isaza intentara algo con Mariana, y me daba rabia que ella tuviera que pasar por este tipo de situaciones cuando yo le había jurado que salir con mis amigos sería una maravilla. Lo siguiente que nos tocó presenciar fue bastante desagradable, Juana terminó con Isaza frente a todos, recordándole todas las cosas malas que habían pasado en la relación, las actitudes que el mostraba e incluso recibió una serie de insultos. Mi amigo se veía molesto al principio, respondió de una manera que no creía que existía dentro del, y luego se desmoronó pero supo controlarlo lo más que pudo, me di cuenta por sus expresiones faciales que le dolía terminar su relación así y mucho más que todos estuviéramos observando. La chica se fue con brusquedad a su carpa, quedó claro que no quería ver ni estar cerca de su ex novio. Una vez quedamos los siete restantes, Isaza se acercó a Mariana y casi como si tocara cristal, acarició su mejilla y le dejó un beso en la frente, quedé estupefacto, ¿De cuando tenían ese tipo de confianza?. Me molesté.

Perdón, no mereces pasar por esto — dijo Isa a modo de disculpa —. Todo ha sido mi culpa, no debí pedirte ayuda.

No te preocupes — respondió ella con una sonrisa empática.

Decidimos dormir de manera distinta ya que Isa no podía volver a su carpa. Los Vargas se fueron a una mientras las chicas se quedaron con Mariana, dejándome con mi lastimado amigo. Les pedí que me dieran un momento a solas con ella antes de que fuéramos a dormir. Nos alejamos un poco en la oscuridad y me abrazó, sus brazos estaban helados como témpanos.

¿Que hay entre Isaza y tú? — pregunté un poco serio. Por su reacción me arrepentí de inmediato.

Se separó de mi, me miró con ojos furiosos y su semblante se volvió duro. ¿En serio crees que yo te haría algo así? Dijo con molestia, miró hacia otro lado y agregó, no puedo creer que si quiera me plantees esa pregunta, ya veo lo que piensas de mi. Caminó en dirección a las chicas, intenté disculparme pero me ignoró. Me fui hasta la carpa donde me esperaba mi amigo, tenía una mirada insegura.

Estás molesto — afirmó.

Lo miré rendido y me recosté.

No quiero que pasemos por esto nuevamente — agregó.

¿Por qué tienes que acercarte a ella?

Mariana me agrada, solo intento ser amable.

No lo seas, me gustaría que te limites solo a saludarla, no es necesario que sean amigos — estaba siendo injusto porque Mariana tenía muy buena relación con Isaza pero no quería que se repitiera lo de Amanda.

Villa — intentó decir.

Te lo pido como tú mejor amigo, no quiero perder a Mariana y si sigues siendo tu, ella se enamorara de ti y me dejará.

Eso solo pasó una vez y yo nunca le dí esperanzas a Amanda.

Hazme el favor, no la necesitas como amiga, creeme — insistí.

Asintió abatido, estaba siendo egoísta pero Isa tenía algo que hacía que todo el mundo lo adorara, y me aterrorizaba que Mariana pudiera notarlo y sentirse atraída por el, yo sabía que eso podía pasar. Nos quedamos en silencio por un rato, observé como se limpiaba unas lágrimas que caían por su mejilla, me incorporé y lo abracé. Dejó caer todas sus barreras, su relación tóxica lo había llevado al borde del sufrimiento y por fin parecía acabar, lloraba por la ausencia que Juana dejaría en su corazón pero también lloraba de alivio, porque al fin podría librarse del laberinto de emociones en el que estaba sumido.

Esperé a que él pudiera conciliar el sueño, miré la hora en mi reloj y ya eran casi las seis de la mañana, el cielo comenzaba a aclarar y yo seguía sin dormir.

Soñarse De A Dos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora