18. Sábado

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Tres semanas pasaron muy rápido, el trabajo me consumía la mayor parte del tiempo y apenas había tenido unos segundos para respirar durante la semana. Hoy por fin era sábado y me alegraba no tener planes, seguramente me pasaría todo el día viendo series, leyendo algún libro y hasta podría cocinar algo más elaborado que mi comida diaria. Toda la mañana fue de extrema flojera pero ya eran las tres de la tarde y tenía ganas de comer chocolate así que me puse un hoodie que pertenecía a un amigo y unos pantalones cortos. Caminé hasta el supermercado más cercano en busca de chocolate. Llegué, no había mucha gente, recorrí los pasillos en busca de lo que necesitaba. Terminé comprando cuatro tabletas de chocolate, helado de lúcuma y unas galletas de avena. Cuando iba caminando de vuelta a casa ví que en la calle de enfrente estaba Patrick, intenté hacer como que no lo ví y seguí de largo pero fue inútil ya que escuché como gritaba mi nombre.

Hey ¿Estás huyendo de mi? - preguntó divertido.

Obvio no. No te había visto - mentí - ¿Que haces por aquí?

Andaba dejando unas cosas en casa de un amigo. ¿Y tú?

Comprando - apunté a la bolsa.

Genial - dijo sonriendo - ¿Tienes algo que hacer?

Emmm pensaba ir a mí casa a comerme todo esto que compré - dije riendo.

Suena a buen plan.

S.si ¿Quieres venir? - pregunté por cortesía esperando a que se negara.

Wow. Claro que sí - dijo animado.

Fuimos caminando hasta mi casa envueltos en una conversación interesante, este chico me agradaba aunque admito que trataba de evitarlo ya que sabía que tenía sentimientos por mi. Mientras caminamos me replantee si era buena idea llevarlo a mi casa pero ya era muy tarde para decirle que no. Lo dejé entrar y ví como miraba todo con atención, le ofrecí algo de beber y nos sentamos para conversar.

Así que está es tu casa - dijo mirando para todos lados.

Sí...no es ninguna maravilla.

A mí parece muy linda, ya quisiera yo vivir solo - se acercó a ver unos cuadros que tenía.

¿Vives con tus padres? - pregunté.

Enrealidad no, vivo con mi hermana mayor - comentó - y no me mal entiendas. Es genial vivir con ella pero está comprometida y supongo que tendré que buscar otro lugar para vivir.

Que mala suerte.

Mi teléfono interrumpió nuestra charla. Era Juan Pablo.

- dime qué tienes un tiempo libre para hablar.
+ Jaja ¿Cómo estás?
-  la verdad muerto de calor pero excelente, disfrutando del día.
+ Que bueno que estés disfrutando.
-  si! ¿Tienes planes para hoy?
+ Estoy sin planes.
- ¿Estás es tu casa?
+ Si con un amigo.
- ¿Amigo? ¿Cuál amigo?
+ No lo conoces.
- ¿No es Eduardo? Tu compañero de trabajo.
+ Jaja no. Es otro.

No me contestó así que deje el teléfono a un lado para no ser grosera con mi invitado.

¿Todo bien? - preguntó mirando mi teléfono.

Excelente - respondí.

El enseñé la habitación que yo solía llamar "oficina", se veía bastante emocionado por la cantidad de libros y eso que solo había traído algunos desde mi país. El resto eran obsequios y nuevas adquisiciones aquí en Bogotá. Nos pasamos un largo rato hablando de libros, era interesante tener a alguien con quién debatir temas que a nadie más le parecen importantes. Cuando es sol se estaba escondiendo mi querida amiga Carolina hizo acto de presencia, le dió una mirada divertida a Patrick y se instalo en mi sofá.

Soñarse De A Dos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora