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Capítulo veinte: "Primero de muchos."
- Dale Alina la concha de su hermana- Dice Dani.
- ¿Qué te metes con la concha de mí hermana intento de platinado?- Le digo y el sonríe.
- No hablo de la concha de tu hermana literalmente, hablo de una concha imaginaria ¿Ok? A la concha de tu hermana la respeto y a tu hermana igual- Dice y yo me tiento.
- Bueno, nosotros vamos yendo- Dice Mauro- Queda donde te compraron los churros hoy wacha- Me dice- Valentín tampoco terminó de cambiarse. Vayan juntos después- Me guiña un ojo- Tratá de no cojer acá ¿Si?- Mis mejillas arden.
- Chupala gordo- Le digo, el asiente mientras ríe y se despide.
Mateo, Manuel, Julieta, Daniel, Mauro e Ivo se fueron, yo estaba terminando de acomodar mi ropa y retocar mi maquillaje.
- ¿Cuál hay? Entramo' a lo patada samurai- Canto acapella la nueva canción de Valentín y Agustín que todavía ni salió. Cantaba obviamente en un murmuro, ni en pedo canto fuerte ya que el autor de la misma canción está bajo el mismo techo que yo. Además está medio enojado conmigo, bah, esos supongo- Dúo bien jodido como Kase con Sho-Hai. Como el Indio con Skay, Lio Messi pa' Román. Nos sale bien pesado, no tenemos versión light. Una cuota de ego, pero el doble de huevo. Pa' reírnos de lo malo y que se nos vaya el miedo. Mostrando trucos nuevos, los educo en el juego. Quedaron como nenes, están contando con los dedos. Trampa de barrio, meto aire en la bombucha. Nos sale todo bien, corte cantando en la ducha. Fuck para los fachos, piedrazo pa' la patrulla. Llegaron los leales, los guachos hij...- No puedo terminar la parte que más me gusta de la canción ya que, unos aplausos detrás de mí. En un flash, pensé que un fantasma estaba aplaudiendo mi concierto de rapera imaginario. Pero no, el único fantasma que hay acá, es Valentín.
- Wow- Dice Valentín y yo salto en mí lugar por el susto que me pego- no sabía que tenías la agilidad de aprenderse tan rápido las canciones mías- Dice. Yo lo miro a través del espejo mientras aplico un labial nude en mis labios- Que linda que estás- Me dice y sin necesidad de rubor, ya tengo las mejillas rosaditas.
- ¿Se te pasó el enojo conmigo?- Le pregunto con la ceja levantada. El se acerca, estamos por milésima vez, a centímetros.
- Sí, ahora sí que no hay ningún Tinchito pelotudo que te invite, atentis, churros- Dice indignado.
- Error, primero me invitó un licuado, pero yo le pedí churros- El rueda los ojos y pone cara de orto.
- Alto pelotudo el pelotudito ese- Duce y yo río.
- Era lindo el wacho- Digo y parte tres mil, Valentín rueda los ojos- Igual, Valu, no te pongas celosito.
