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Capítulo veintinueve: Última vez.
- Pasajeros con el vuelo 813 a Méxicoabordar por la puerta cinco- Dice la voz de una chica por el autoparlante y al rededor de quince personas se dirigen para el mismo lugar. Mis ojos empiezan a picar, pero no lo quería demostrar. No quería que Valentín viera de que estoy por largarme a llorar porque se esta por ir, porque es capaz de querer quedarse porque yo estoy llorando.
Después de ese mensaje que me llegó, de mí ex, trataba de ser super precavida, cuando estaba con Valentín, me sentía segura, y esa era una de las principales razones por las cuales estaba llorando: la seguridad que me daba Valentín. Nunca nadie me había dado esa sensación de protección, como me la brindaba Valentín. Y ahora se va, por una buena cantidad de días.
- Esperame un segundo que voy al baño- Le digo en el oído a Valentín sin que él me pueda mirar, y corro al baño. Me lavo la cara, la seco con el papel que está ahí, arreglo un poco el rimel que se corrió por causa de esta picazón de ojos y salgo mientras me ato el pelo.
Llegamos a la puerta cinco, por donde tienen que abordar. Por suerte, era lo suficientemente tarde como para que no haya nadie acá, ningún fan, ni ninguna cámara.
- Bueno wachines- Dice Mateo mientras deja las dos valijas que lleva y nos mira a Manuel, Daniel, Ivo, Mauro, Julieta y a mí. Empieza a saludar uno por uno, mientras otros saludábamos a Alejandro y otros a Valentín.
- Rompela pai- Le digo mientras lo abrazo con todas mis fuerzas a Mateo. Él hace que despegue mis pies del piso y me gira en el aire mientras suelto carcajadas- Te quiero mucho ¿Sí?- Le digo y siento mis ojos picar nuevamente pero trato de calmarme- Cuidate y rompela- Repito.
- Si ma- Dice sarcástico y yo río- Te quiero taaanto- Alarga la "A" y yo le dejo otro sonoro beso en el cachete.
- Papolín- Le digo a Alejandro mientras abro mis brazos para despedirlo- Mucha suerte bestia- Él me revuelve el pelo.
- Gracias Ali- Me dice y deja un beso en mi coronilla, dos metros mide Papo y yo dos centímetros.
Alejandro se va a despedir de Manuel y veo a Valentín ahí atrás esperando a ser despedido por mí.
- Chau bebé- Le digo mientras el me abraza- La vas a romper solcito.
- Gracia gordita- Me dice y me deja un beso en la punta de mí nariz.
- Te amo- Le digo por primera vez siendo consciente de lo que digo y no por equivocación. El sonríe ampliamente y me besa nuevamente.
- Y yo te amo a vos periza- Me dice y, es hermosa la seguridad que siento en esos dos brazos cubiertos por una campera Nike negra, no quiero salir nunca de ese lugar. Pero nuevamente llaman a los pasajeros y ahora sí, se tienen que ir- Si me extrañas mucho y se te hace imposible vivir sin mí, avisame y movemos cielo y tierra para que puedas ir depende donde sea la jornada ¿Sí?- Me dice y yo asiento mientras sonrió.
