Capítulo 9

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Lo habían tocado. Cada parte, cada rincón de su cuerpo y piel. Los largos dedos de Angelo recorrieron su abdomen, mordieron sus piernas, una lengua ágil se movía por la punta de su miembro, mientras lo acostumbraba con los dedos. Lo tomó de la cintura mientras embestía con fuerza su interior, Ethan sintió que le quemaba el interior, le dolía y le excitaba, Angelo metía sus dedos en la boca del contrario, escuchando sus gemidos, el liquido preseminal iniciaba a salir y...

—Dios, perdona mis pecados. Yo de verdad no quise soñar ese tipo de cosas —Ethan inicia a acomodar sus alas de ángel en la espalda, mirándose por el espejo de su habitación. Frank se está duchando.

Ethan ha tenido un sueño húmedo mientras tomaba un siesta de media hora, pero no era la gran cosa, si exceptuaba que ¡Angelo era el protagonista! Y aún peor: ¡Él era al que se lo hacían!

—Por favor, manda a tu Espíritu Santo a limpiar mi mente tan sucia —sigue en un drama interno—. Tengo mucha vergüenza, es que le vi todo en el sueño. Perdóname por haberme despertado duro, pero también es nuestra naturaleza. 

—¿Te ha picado una mosca? —Frank cuestiona, cuando sale de la ducha con una toalla rodeandole la cintura, Ethan está entre shockeado y rojo frente al espejo, en silencio.

—No, no. Estaba pensando en lo que deberíamos de bailar esta noche —sonríe, saliendo de su ensimismamiento completamente. 

Ethan lleva una bata estilo romana, sandalias cafés y grandes alas blancas, detrás sus flechas y arco, se ve completamente bien de esa forma. Para hacer mejor el disfraz, dentro de cada flecha hay papeles con nombres. Se ha propuesto un juego de retos, mientras alguien sea interceptado por una de esas flechas, tendrá que besarle esa noche. 

—Te ves bien. Acuérdate de los tragos de ambrosía que tienes que repartir —dice, señalando los pequeños vasos de licor—. Esta noche vamos a tomar hasta quedar muertos en la entrada de la mansión de Foster —sonríe su amigo, antes de ponerse ropa interior. 

Unas cinco oraciones más, ambos están listos y son avisados por sus amigos, quienes esperan en el auto de Levar y Angelo. Carrie está vestida de una sensual bailarina de la época romana, con su abdomen plano descubierto y las cinturas bien resaltadas, mientras Levar viste de una chica romana común, igual que Tristan y Frank, con pelucas y maquillaje, porque ellos son realmente especiales. 

Penny saca la mitad de su cuerpo del auto de Angelo y Ethan sonríe al verla llena de vida, completamente a juego con Poe, quien incluso le ha dado joyas en anillos, pendientes y collares. Parece realmente una emperatriz y su esposo. 

—¡Ethan! ¡Ven con nosotros! —grita ella y así se hace.

El coche lo conduce Angelo y en el transcurso movido del camino, Ethan reza tres aves Marías. Scott lo observa con diversión, antes de encender un cigarro y pasárselo a la mano extendida de Angelo.

—¿Qué haces? —cuestiona Penny, los labios de Angelo rodean el cigarro, como rodeador su pen-

—Fumar —Angelo ladea una sonrisa obvia, Ethan alza las cejas.

—¿Desde cuando fumas, Angelo? ¿Hay otra cosa de ti que nos ocultes? —Sí, porque hay que ser directo algunas veces y esa noche Ethan va a descubrir lo que Angelo y Anne traen entre manos sí o sí. Angelo, Poe y Scott ríe como si hubiesen escuchado un chiste demasiado bueno.

—Desde siempre —Angelo observa a Ethan por el espejo retrovisor y este aparta la mirada, disimulando mientras busca un tarro pequeño de ambrosía. Penny lo observa algo curiosa—. Los tres fumamos todo el tiempo. 

El arte de tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora