Capítulo 2

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En la hora del almuerzo, los amigos de Ethan le buscan por los pasillos, cargando bolsas con comida adentro. Ser amigo de Ethan es algo aburrido algunas veces, solo por el hecho de tener que ir a buscarle en horas de almuerzo, es cuando alguna persona lo secuestra y se encierran por minutos a hablar sobre situaciones amorosas, a pedir el consejo al chico del amor.

Para muchas, es una fantasía salir con Reed, pero este solo parecía interesado en ver y asegurarse de que sus palabras y deseos funcionen, como un cupido humano. No se quejaban, el platónico queda mejor en aquel hombre de cabello chocolate y actitud dramática. Tal vez por eso consideraban a Ethan y Angelo como dos estudiantes demasiado notables y populares en el ambiente femenino, es como esa clase de novelas, animes o historias en donde los dos rivales del amor de la protagonista son diferentes, uno es sombrío, el otro luz, uno es amable, el otro distante, uno te hace reír, el otro suspirar, pero ambos son tan diferentes que complementan una imagen ilusionista de hombre perfecto.

—Me enteré de que fui solo una apuesta, pero sigue insistiendo en que dejó de serlo para él —Ethan saca un pañuelo bordado con sus iniciales y lo extiende hacia Margareth, la chica que le sigue dando vueltas a su historias cliché y tóxica—. No sé qué hacer, Eth.

El castaño observa una vez más su reloj, los chicos deben de estarlo buscando ya hastiados. Margareth lo tiene de la mano, temblando y aún cuando su historias ha sido repetitiva en aquella población escolar, no puede evitar no sentirse algo...

—Esto no es After, March —dice de inmediato, la sufrida alza la mirada con el ceño levemente fruncido. Ethan ladea la cabeza con una mueca—. No van a cambiar por ti. No te ama y si lo hiciera, es de una forma tóxica. Me estás describiendo un cliché sin sentido de novela. Además, Quentin no es Hardin, tú no eres Tessa y su historia no va a tener final feliz. Mi consejo es que lo dejes, aún cuando cueste. Lo único que quiere es cogerte, jugar contigo y reír mientras le cuenta a sus amigos.

Margareth no parece bien con aquellas palabras que se le hacen repetidas.

—Estás sufriendo porque deseas hacerlo-

—Está sufriendo porque es un estúpida —interrumpe alguien, afuera de los sanitarios para hombres. Margareth se pone rígida, Ethan siente un escalofrío pesado en el pecho cuando reconoce la voz. El olor del óleo y loción masculina se mezcla en el ambiente.

—¿Disculpa? —ella suelta, completamente herida en su orgullo. Angelo, por su parte, inicia a echar agua en sus brazos llenos de pintura—. No es de tu incumbencia, deberías de tener tacto al hablar.

—¿Tacto? He venido en los tres recesos que hemos tenido durante el día de hoy y en todos hice caso omiso a la historia, Ethan Reed da el mismo consejo en palabras diferentes y suaves —echa algo de jabón en su brazo e inicia a restregar—. Entonces me lo he pensando mucho mientras terminaba mi pintura y me dije que iba a realizar el buen favor.

Margareth de pronto parece haber perdido el color de su piel y, helada, observa a Ethan, quien la observa también. Está avergonzada, espera que quien ella piensa que es no sea, porque entonces se tiraría del puente de su casa.

—Quentin es un conocido, nos suele invitar a sus fiestas privadas, por si no sabías que las hacía. Poe y yo hemos sido testigos de su estúpido cliché y apuesta. Sí, nos enseñó las sábanas manchadas de pureza, sí, ganó la apuesta, sí, está enamorado, pero también está enamorado de otras —sabía que era cruel, pero a Angelo le parece humillante que una mujer actúe de esa forma—. Estamos en la secundaria, tiempo de apuestas para los de ultima año. Aterriza, la vida no es un cuento de hadas, tampoco es para que esperes una historia de libros o fantasías. Eres solo una niña inmadura y fantasiosa, eres invisible y ahora crees estar en lo alto porque un fuckboy te ha dicho que se enamoró de ti. ¿Entiendes el concepto? ¿O te lo explico?

El arte de tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora