Trigésimo primero: "¿No han pensado en casarse?" [T2]

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Quedé en shock por unos momentos, sin saber como reaccionar, hasta que Mike cruzó por mi mente, luego Valentina y que se iba a casar con ella.

Me separé para luego empujarlo.

-¿Qué demonios te sucede?-pregunté en un susurro gritado mientras salía al pasillo con el y cerraba la puerta, esto para evitar que aquel individuo en nuestra cama escuchara -Tu tienes prometida y yo tengo a Mike ahí adentro.

Levantó las cejas asombrado, apenas noté que estaba vestido de traje café muy elegante.

-¿Mike se encuentra aquí? Lo siento, sólo quería confirmar si siento cosas por ti besándote.-hizo una mueca -Pero no sentí nada.

-Ya somos dos.-contesté cruzándome de brazos. De hecho era cierto, me separé demasiado rápido como para alcanzar a sentir algo.

-Bien.

Al darme cuenta de algo lo miré con una ceja levantada.

-¿Por qué querías comprobar si sientes cosas por mi?-pregunté curiosa.

-Porque ayer no dejé de pensar en ti toda la noche,-casi me sonrojo, pero logré cambiar la cara a una neutra -supongo que fue por nuestra pelea.

-Sí...-volví a recordar a mi novio por lo que entre abrí mi puerta -Qué tengas buena mañana, Byers.

Me adentré en mi casa y solté aire, que manera de dar la bienvenida de Will. Una pelea y un beso.

-¿Te encuentras bien?-cuestionó la voz de Mike, me giré a el un tanto asustada -¿quién era?

-Ah...-puse un mechón de mi cabello detrás de mi oreja -Nadie, estuve un rato allá afuera intentando descubrir quien había tocado. Tal vez fue una broma.

El se encogió de hombros tomándome por la cintura, me recargó en el pretil de la cocina haciendo que sintiera su miembro sobre mi estómago.

-Eres hermosa, Eleven.-admitió acariciando mi mejilla -Y te voy a follar justo aquí.

Reí sintiendo como el me cargaba para subirme a la mesa, recordándome en ella. Dejó besos en mi estómago desnudo hasta bajar a mi zona íntima.

Aun sobre la tela me hizo soltar un gemido.

***

-Se siente tan bien por fin compartir un espacio que sea sólo para nosotros dos.-dije admirando lo bien ordenado que había quedado todo el departamento.

Ahora si, esto se sentía como un hogar.

-Lo sé, amor.-me abrazó por detrás y comenzamos a caminar como pinguinos por toda la sala -Sin mamás que nos regañen, sin apuro, sin nadie a quien impresionar mas que nosotros mismos.

El sonido de la puerta nos hizo separarnos, ya que Mike fue a abrir. Yo por mientras me recosté en el sofá cómodamente.

Al ver entrar a esa rubia no muy hipócrita y Will, mi corazón se detuvo ¿qué acaso el ya le había contado sobre nuestro mini beso? Muerda, si Mike se entera es capaz de no hablarme en toda una semana.

Mi adorable novio les ofreció asiento en los sillones con una sonrisa.

-¿A qué debemos su visita?-cuestionó tomando asiento junto a mi.

-Vinimos a ofrecer una tregua de paz.-contestó Valentina sonriente -Sé que ayer tal vez mi prometido te ofendió sin querer, y para arreglar las cosas traigo una botella de vino.

Rodé los ojos cansada de su actitud positiva de siempre. Por alguna razón me dieron ganas de verla enojada, es más, furiosa hecha fuego.

-Muchas gracias, vecina.-confesó afable el que están a mi lado.

A el yo le había contado todo lo ocurrido de anoche mientras desempacabamos.

Por un gran rato estuvimos charlando de cosas de la vida, mientras el vino de aquella botella parecía ser eterno. 

-Y, después del concierto, fuimos a comer tacos. Lo cual fue muy difícil de hallar, porque digamos que no había muchos puestos de comida a las 3am.-o fue el alcohol en nuestro cuerpo, o Mike lo contó demasiado bien, pero todos nos reímos como locos.

En ese momento fue uno de los mejores chistes del planeta.

-Recuerdo ese día.-solté dándole un leve empujón a mi novio, entre risas -Casi nos asaltan por ser los únicos caminando por las calles de Nueva York.

Reímos de nuevo, Mike me abrazó por la cintura y me dio un beso casto.

-Chicos, ¿no han pensado en casarse?-preguntó Valentina curiosa -Se ve que se quieren mucho y conocen mucho.

-Creo que tengo que ir al baño.-murmuró Mike huyendo de la sala.

Suspiré recordándome en el sofá.

-Lo siento, no debí preguntar.-se lamentó la rubia, yo le hice un gesto restandole importancia.

Pude notar la mirada confundida de Will, por alguna razón me sentí en la necesidad de contarle. Y me odié un poco ir eso, odiaba saber que Will siguiera causando una pequeña emoción en mi.

-Hace un año, me lo propuso.-los ojos de Valentina se sorprendieron.

-¿Y lo rechazaste?

-Pues... Sí.-me encogí de hombros tomando mas vino -No estoy lista para casarme, el me dijo que esperaría todo el tiempo que yo quisiera, pero siempre que tocamos el tema, lo evade. Creo que de alguna manera se siente avergonzado de avermelo propuesto. 

-Dios, no sé como te sentirías si yo te hubiera rechazo ¿no, amor?-le preguntó volteando a verlo, el asintió.

-Ese día me sentía muy nervioso, mas nervioso de lo que estuve en toda mi vida.-sonrió agarrando la mano de su prometida -Ahora, no sé por qué ni siquiera dudé de tu respuesta, eres el amor de mi vida.

Bien, eso se sintió extraño.

-Que hermosa pareja hacen.-comenté con una ironía mordaz disfrazada de alegría -Yo, sólo he considerado a dos personas el amor de mi vida, ¿tu a cuantas, Will?

Achique los ojos esperando una respuesta de su parte, la otra lo miró muy curiosa, el me dedicó una mirada algo molesta, después sonrió falsamente.

-Para mi suerte, a una nada más.-desvié la vista lamiendo mis labios.

Los amigos no mienten, Will

-Ya llegué.-avisó Mike colocándose de nuevo a mi lado.

-¿Estás bien?-pregunté poniendo mi mano en su pierna.

-Siempre.-contestó con una sonrisa.

LaEscritoraPerrona

Se acerca la bodaaaaaaaa... Habrá mucho drama, están advertidos.

Voten y comenten si les gustó.

Algo inevitable [Wileven]-TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora