Cuadragésimo tercero: "Si que estás hambrienta" [T2]

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─Maldita sea, Wil, te dije que por ahí no iba a caber.

─Que si lo hará.─se movió con dificultad ─Sólo es cuestión de practica.

─Hasta crees que te dejaré meter la mano por ahí de nuevo.─hizo una mueca, luego sus ojos se abrieron por completo y comenzó a mover su brazo con fuerza, fruncí las cejas.

─¡Me quedé atrapado!─soltó aterrándome un poco ─¡Eleven, no puedo salir!

Casi me reí al comprender la situación, yo le dije que meter la mano dentro de los tubos de cañería no sería buena idea. Pero el insistía e insistía que lo iba a lograr, que no era necesario llamar un plomero para sacar lo que sea que estuviese atascando el desagüe.

─No le veo lo gracioso.

─¿En serio?─me carcajee esta vez con ganas. Will sacudía su brazo pero no había ningún cambio ─Intenta jalarlo.

Me obedeció pero nada más hizo una expresión de dolor, me toqué la frente ahora un poco estresada. Le llevé aceite para ver si su brazo se resbalaba, creí que no funcionaría los primeros 10 minutos pero después, así como si nada, el tuvo pareció agrandarse y todo se solucionó.

Suspiramos al mismo tiempo en un alivio total, observé la mano de Will que estaba llena de un liquido negro y espeso. Me dieron arcadas cuando me llegó un olor putrefacto.

─Maldición, iré a bañar en cloro a mi brazo.─murmuró también asqueado, se fue al baño con la mano levantada para evitar que su piel sucia manchara su ropa ─Llama al plomero.

─Lo hice desde hace media hora.

Negué con la cabeza caminando a la sala, estaba por sentarme a observar un poco de television cuando tocaron la puerta. Bufé haciendo una mueca, muy oportuno señor Plomero.

Al abrir la puerta mi rostro se llenó de sorpresa, mi boca formó una O, luego de unos segundos sonreí abiertamente.

─¡Joyce!─solté emocionada recibiéndola entre mis brazos.

─Linda, que gusto verte de nuevo.─ella también se encontraba algo sorprendida por mi presencia ─¿Qué haces en casa de Will?

─Pasa, pasa. Te lo contaré todo.─la acompañé a los sofás haciendo que se sentara en uno.

Estaba a nada de comenzar a contarle toda la locura que he vivido desde la boda de Will, pero en eso, el mismo hace presencia en el lugar.

─Oye, linda, ¿quieres darte una ducha conmigo?─el estaba mirando su brazo antes sucio, como revisando que todo estuviera en orden. Subió la vista y al darse cuenta de la presencia de su madre abrió los ojos ─Mamá, ¿por qué estás aquí? Se supone que yo iría a tu casa mañana.

Joyce nos miró a ambos con los ojos bien abiertos, mi cara ardió en vergüenza por las palabras anteriores de Will, le dediqué una mirada de reproche a lo que respondió escogiendo los hombros.

─Estaba pasando por este lugar, pensé en saludar.─contestó entre pequeñas risas, agradecí que se lo tomara con humor y no nos juzgara demasiado ─¿Ustedes están de nuevo juntos?

Sí ¿no? Digo, hace dos días tuvimos sexo mientras nos confesábamos, vivimos juntos, nos besamos en ratos y aparentemente el quiere ducharse conmigo. Definitivamente somos una pareja.

─Estamos en eso.─dijo Will algo nervioso. Una punzada me surcó el pecho, fruncí las cejas y lo miré, eso me dolió.

¿"Estamos en eso"? ¿qué mierda signigica eso?

─Bien, no los interrumpo más y me voy.─se despidió con un beso de nosotros, después de que desapareció de nuestra vista al cerrar la puerta, mis sonrisa falsa desapareció por completo.

El lo notó al instante, se acercó a mi.

─¿Te sucede algo?─y todavía tiene las bolas de preguntar. Me quiso tomar de la cintura pero le di un manotazo haciendo que me soltara rápidamente.

─¿Qué soy para ti?─siento que esta pregunta ya la había hecho hace mucho tiempo. Y la respuesta no fue precisamente mi favorita.

El se quedó en silencio con las cejas fruncidas, sin saber qué contestar a mi repentina pregunta.

─Tu...─se rascó la cabeza ─Mierda, no lo sé.

Le dediqué una mirada de pocos amigos, luego lo esquivé para sentarme en el sofá individual de la sala. No me gusta que el no sepa lo que somos, aunque siendo comprensiva llevamos dos días juntos, pero el fue el que se me declaró en medio de una acalorada discusión.

─¿Quieres hablar?─preguntó acercándose a mi.

─Quiero fumar.─solté sin mirarlo, hace mucho que no lo hacía. Un ligero rugido se sintió en mi estómago, lo tomé con el ceño fruncido comenzando a fantasear con una enorme hamburguesa en mi boca ─Quiero una hamburguesa.

─Si te la traigo ¿ya no estarás molesta conmigo?─el enojo se había esfumado por completo al ver su lindo rostro mirarme con esos ojos de cachorrito.

─Claro.─sonreí a medias ─También tráeme una nieve de vainilla... y frituras... y papas francesas... y no olvides mi hamburguesa.

¿No había comido en días o qué? Una repentina hambre me invadió sin precedente alguno. Will me miró confundido.

─Si que estás hambrienta.

─Si engordo te seguiré gustando ¿verdad?

─Obviamente, tontita.─se rió levemente abandonando la casa en unos minutos. Sonreí para mi misma yendo a la habitación para revisar mis maletas y tomar una revista que había guardado hace unos días.

Estaba a punto de volver a la sala ya con mi revista en mano, cuando noté que en todo este tiempo viviendo en casa de Will no había desempacado nada. Suspiré recordando que Will se tardaría como media hora en comprar todo lo que le pedí, me daba tiempo suficiente para acomodar todo. Y así lo hice, fui sacando y desenvolviendo cada cosa y acomodándola en los espacios vacíos, un dolorcito se me colocó en el pecho al pensar que una vez Valentina ocupada este lugar.

Sacudí mi cabeza siguiendo con todo, al terminar solté un aire de alivio y volví a la sala, estaba comenzando a transpirar, eso me extrañó un poco. Sólo había hecho pequeños movimientos, ¿por qué de repente mis músculos se sienten tan cansados?

Me recosté boca abajo en el sillón y comencé  a leer la revista, pero pare de hacerlo cuando mi vista se nubló por completo, cerré los ojos con el temor pisándome los pies por estos extraños síntomas que no sabía de donde provenían. Sacudí la cabeza pero eso nada más me causó un mareo, maldije a lo bajo incorporándome en el asiento.

Un liquido bajó por mi nariz hasta rozar con mi labio superior, supe de inmediato que era sangre ya que estaba acostumbrada a ese olor y sensación. Me la limpié con la manga de mi blusa, esto se estaba poniendo cada vez más confuso y extraño.

¿Por qué me caería sangre si no utilizo mis poderes en este momento? Sangre... sangre... sangre... un momento.... ¡sangre!

Me levanté apurada de mi asiento y por fortuna no me maree, fui a ver el calendario que se encontraba en el baño buscando una fecha.  Al darme cuenta de la gran realidad casi grito de la impresión, ahora todo tiene sentido.

Señoras y señores, tengo dos semanas de retraso.

LaEscritoraPerrona

Feliz Navidad y Año Nuevo! No quise pasar los últimos días del 2019 como un simio acostada todo el día y aquí esta esta joyita!!! Los veo en el 2020 bitcheesss

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Algo inevitable [Wileven]-TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora