Trigésimo sexto: "Será mejor que te vayas, Byers" [T2]

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POV's Will

Ya llevábamos un par de horas hablando sobre todo lo que nos cruzara, me había olvidado de lo divertido que podía llegar a ser Mike. De verdad me hizo regresar a los tiempos de antes, o al menos así fue hasta que mencionó a Valentina.

Su solo nombre me causaba un nudo enorme en la garganta, luego me enojaba por extrañarla y terminaba al borde de las lágrimas, me afecta demasiado y lo odio, en serio lo odio.

–Y... ¿cómo llevas lo de Valentina?–la sonrisa que tenía desapareció tan rápido que temí verme demasiado evidente.

Me aclaré la garganta acomodándome en el sofá, un tanto incomodo.

–Ah... bien.–contesté rascando mi cuello.

En realidad todas las noches lloraba al sentir el vacío que dejó en mi cama, los cambios que tuve que soportar por ella, que por más pequeños que sean siguen siendo horribles. Como que en la mañana ya no escucho su saludo de buenos días, ya no desayunamos juntos, ya no siento sus besos ni sus abrazos, incluso necesito ese "te amo" que solía decir cada vez que se daba la oportunidad.

Y ahora todo se estropeó, porque ella tuvo la brillante idea de ponerme el cuerno con su jefe, del cual me platicaba lo machista y desagradable que era para sus ojos. Mierda, hablaba todo el tiempo de el, ¿cómo no lo supuse?

–Que bueno que Eleven estuvo ahí para ti ese día.

Eso me sacó de lugar al instante, ¿el lo sabe? ¿sabe lo que sucedió ese día? No puede ser, creí que ella aun no se lo contaba, que raro que todavía no me haya dado un buen golpe o que ellos no estén peleados, aunque si la vi muy nerviosa al llegar.

–Sí, pero estuvo mal lo que hicimos.–dije con una repentina acidez en la boca.

Es cierto, tuvimos sexo, pero yo no me arrepiento de nada. Ese momento fue mágico, recordé a la perfección cada parte de su cuerpo una vez lo tuve frente a mi, recordé las sensaciones y sus puntos débiles, la velocidad que le fascinaba, los chupetes en zonas que nadie encontrara, los mordiscos en la oreja y muchas cosas más que sé qué si pensara en estos momentos terminaría rojo de la vergüenza.

Dicen que lo nuevo siempre supera a lo viejo, pero no con ella, fue tan glorioso como la primera vez. Ni Valentina podría igualarla.

Pero... aparentemente fui el único que lo disfrutó, porque al día siguiente ella me dijo que estaba arrepentida de todo. No me quedó que tragarme el dolor que eso me ocasionó y aparentar que yo también me arrepentía.

–Digo, yo estaba muy sensible...-proseguí dándome cuenta que tenía a su novio justo enfrente de mi –eso no debió ocurrir.

–¿Qué no debió ocurrir?–preguntó con el ceño fruncido –Lo que pasó fue muy normal, o bueno eso creo yo.

¿Qué fue normal...? ¿no estará hablando de mi y su mujer juntos en la cama? ¿o si? Literalmente ella le fue infiel conmigo ¡no fue nada normal!

–Seamos claros.–pedí entrecerrando los ojos, intentando justificar su rara actitud –Ella tuvo sexo conmigo, y tu...

Mis palabras quedaron suspendidas en el aire al verlo pararse de su asiento muy sorprendido y con los ojos bien abiertos. Eso me hizo confundir, ¿Mike estaba raro o era mi imaginación?

–¡¿Qué?!–exclamó más que alarmado, su voz probablemente se escuchó por todo el apartamento.

Su grito sin duda me espantó, hasta que comencé a unir puntos en mi cabeza, luego algo hizo click y lo comprendí todo. El debió de haber estado hablando de otra cosa todo este tiempo, mierda, le acabo de revelar la infidelidad que tuvo Eleven...

Algo inevitable [Wileven]-TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora