Puse varios hielos en un trapo y los envolví, amarrándolo en un ñudo, mis movimientos eran rápidos y molestos, mi ceño no había dejado de estar fruncido desde que llegamos, ósea hace unos 5 minutos.
Ese imbécil... es cierto, podré ser la zorra más zorra de todas, pero yo no le digo sus defectos en la cara, yo no le digo que si se enoja demasiado puede llegar a ser el peor machista del mundo, yo no le digo que su mente no trabaja al mismo tiempo que su lengua, simplemente jamás lo trataría así porque atrás de un error siempre hay una persona.
Sé que sus palabras me causaron más una enorme tristeza que enojo, pero no puedo dejar que el dolor me consuma porque estoy segura que terminaré encerrada en una habitación escribiendo su nombre en las paredes. Diablos, el lo prometió, me lo prometió mirándome a los ojos, y aun así no lo cumplió, por eso reaccioné de esa manera brusca y dije puras estupideces.
Ya llevaba unos meses viviendo en casa de Mike a escondidas (obviamente a escondidas de Will no de su familia), el era el mismo que hace unos años. Cariñoso, un tanto gracioso, amable y sincero sobre todas las cosas, mi corazón de nuevo bombeaba con vigor al tenerlo cerca.
No supe si el sentía lo mismo hasta que, una noche, estábamos acostados en la cama de su habitación viendo una película, su mano rozo con la mía aun debajo de las sabanas. No dijimos nada pero a los minutos, volvió a ocurrir. Esta vez me giré a verlo, el hizo lo mismo, mientras tanto el corazón parecía que se me iba a salir por la garganta. Levantó la mano para quitar algunos cabellos que estaban en mi rostro, los colocó detrás de mi oreja con delicadeza, una delicadeza que me conmovió demasiado.
Su rostro quedaba tan sólo a unos centímetros del mio, tanto que de repente nuestros alientos se mezclaron, al fin cuando unimos nuestros labios miles de sensaciones me abordaron. Me separé enseguida recordando sus palabras cuando cortamos por segunda vez, me senté en la cama con una mueca.
─¿Qué sucede?─preguntó Mike imitándome.
─Tu...─tuve que pasar saliva porque la garganta se me secó por completo ─debes prometerme que si volvemos a estar juntos no serás igual que antes. Que si terminamos de nuevo no te comportarás como un loco y no me insultarás o... golpearás.
El dejó caer sus hombros suspirando, quiso tomar mi mano pero no lo dejé.
─Promételo, Mike.─lo miré con solidez para que se diera cuenta de que yo no estaba jugando. Me miró directo a los ojos intentando tomar mis manos de nuevo, esta vez lo consiguió.
─Te lo prometo.
"Una promesa es algo que no puedes romper", esas fueron las exactas palabras de Mike, y aun así a el le importó una mierda. Bueno, ¿qué digo? A ambos nos importó una mierda porque yo prometí amarlo y jamás mentirle.
Los dos somos una duo de hipócritas descarados.
─¿Eleven?─volví de mis pensamientos al escuchar a Will llamarme, voltee hacia el todavía con el ceño fruncido ─¿Estás bien?─se puso el hielo en la nariz presionando un poco.
─¿Te sigue doliendo?─cuestioné con la voz molesta. Lo hice sin querer ya que mi ser emanaba mi furia en todo su esplendor.
─Sólo un poco, pero viendo el lado positivo nada más tengo un hematoma en el pómulo.─voltee a otro lado imaginando el rostro de Mike otra vez ─¿Estás bien, Jane?
─¡Estoy bien!
Mi grito resonó por toda la casa, Will suspiró negando con la cabeza.
─¿Entonces por qué no dejas de lastimarte?─tomó mi brazo y abrió mi mano, que segundos antes estaba hecha puño. Cuando lo hizo, me percaté de que toda mi palma estaba bañada en roja sangre.
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Algo inevitable [Wileven]-TERMINADA
FanfictionEsto es un fanfic de lo que pasa cuando Will y Eleven se van del pueblo junto con Joyce y Jonathan (osea el final de la 3ra temporada de Stranger Things) Will no conocía mucho a Eleven al inicio de la mudanza, jamás hicieron contacto, o al menos no...