─¿Sabes que fue lo que hice para dejar de pensar en Valentina por varias horas?─abrí los ojos al sentir su susurro en mi oreja.
Tallé mis parpados adormilada, lo miré confundida y luego al reloj.
─No jodas que me despertaste a las 8 de la mañana en un sábado.─le reclamé incrédula. Cerré los ojos de nuevo, acomodándome en su cama ─Déjame dormir.
─Yo me ponía a arreglar toda la casa, pero como mi casa ya está muy ordenada sólo nos queda pintyar las paredes. Yo pinté una de azul hace tiempo.─y así fue, como Will Byers me ignoró por completo y me hizo pararme de la cama.
Saqué de mi maleta mi cepillo de dientes, me los lavé en el baño, al terminar lo puse donde estaban los demás cepillos. Había tres contando el mío, los otros dos eran iguales por la excepción de que uno tenía pegado con cinta el nombre de "Vale" y el otro de "Will".
Rodé los ojos negando con la cabeza, su sólo nombre me causaba tanto enojo, ¿cómo pudo engañar a Will y terminar esperando un hijo de otro?
Tomé el cepillo de Valentina, me fijé que nadie estuviera observando, luego me sentí estúpida porque la puerta del baño estaba cerrada. Terminé por tirarlo al cesto de basura.
─Upsi.─dije para mi misma con la voz aun seca.
Seguí enjuagando mi cara con agua bien helada, peiné el nido de pájaros que tenia por cabello lo mejor que pude. Me miré al espejo con cara de poker.
Vaya, soy muy bonita.
Como lo podrán notar, después de unos días viviendo con Will comencé a regresar a ser la misma de antes. Mike me seguía afectando igual, pero cada día el lograba sacármelo de la cabeza por un rato.
Ayer fue yendo a un karaoke después del trabajo, y ni siquiera fuimos a cantar sino a burlarnos de las demás personas que si cantaban. Sonreí al recordar a la señora de 45 años que cantaba una canción para niños.
Me di la vuelta para poder irme, pero noté que una de las paredes estaba pintada en color azul marino, me reí de eso hasta que llegué con el. ¿Por qué inició pintando el baño? ¿Cuál es su razón?
─¿Viste mi obra maestra?─asentí cesando mis risas.
─Okey, iniciemos con esto.
Comencé haciéndolo delicadamente, con intenciones de que me quedara muy bonito. Luego de la primera hora me cansé demasiado y simplemente pasé la brocha por todas lados, Will se burló de mi por eso.
Pero en algo si tuvo razón, Mike no pasó por mi mente en ningún momento.
Unas voces en los pasillos llamaron mi atención, ya que se me hacían muy familiares. Fruncí el ceño bajándome de la silla que usé para alcanzar lo alto.
─¿A dónde vas?─le hice una seña de que se callara, caminé lentamente a la puerta y escuché más claramente las voces.
─¿Aquí es?─esa es una voz femenina. Tan familiar, mierda, ¿quién es?
─No lo sé, supongo que sí.─ esa voz varonil ya la había escuchado antes.
─¿Cómo que no lo sabes? El te habló por teléfono y te dijo.
─Discúlpame, señorita perfecta, pero mi memoria no es tan buena.
─¿No pudiste tomar un estúpido papel y anotar?
─Buena idea, lo consideraré para la próxima.
─Lucas Sinclair, no vuelvas a usar ese tono conmigo.
Abrí la puerta de golpe tomándolos por sorpresa, sonreí abiertamente al ver a mi mejor amiga tan cambiada a como la vi hace unos meses. Apenas me reconoció se lanzó a abrazarme mientras ambas gritábamos de la emoción, dimos vueltas con brincos, sin duda parecíamos unas adolescentes.
─¡Estás cambiadísima!─admití tocando su cabello rojizo que ahora le llegaba a los hombros.
─¡Tu lo estás más!─me tomó de los hombros dándome una mirada a todo el cuerpo ─¿Acaso creciste?
─Ojalá.─solté sonriente.
─No me digas que aquí viven tu y Mike.-le dio un vistazo al lugar con la mirada aun desde la puerta.
Mi sonrisa se desvaneció por completo, observé a Lucas, luego a la puerta detrás de el que se abrió dejando ver a un pálido Mike.
Tenía unas ojeras horribles, sus labios estaban resecos y un poco morados, su ropa tan sucia como desarreglada. Creo que se veía aun más delgado de lo usual, nuestras miradas chocaron y mi corazón se estrujó por completo.
No quería pensar que estaba en ese estado por mi, no quería hacerlo.
Max estaba confundida, Lucas igual. Por lo que escuché Mike le llamó a Lucas para que viniera, ella debió venir para verme aun sin saber que ya no estábamos juntos.
─¿Qué haces en casa de Will?─yo tenía la respuesta perfecta para esa pregunta en la punta de la lengua, pero mi garganta no produjo ningún sonido.
Vi como Will llegaba con nosotros, con la cara llena de pintura al igual que la mía.
─¿Hola?─dijo el riéndose al ver a todos ─¿Qué hacen aquí?
Sus ojos viajaron a Mike y su sonrisa pareció evaporarse. Me miró alerta, mis ojos estaban aguantando muchas lágrimas en ese momento, quería llorar mucho y no parar. Sabía que ver después de todo a Mike iba a ser muy difícil, pero no me imaginé que tanto.
─¿Por qué no vas adentro, Jane?─propuso Will con voz suave. Sabía que lo decía para que tuviera una oportunidad para irme.
Y como la cobarde que soy, acepté la salida fácil.
Max me siguió enseguida, , fui a la habitación a llorar y llorar. Después de un rato le conté todo a ella, su cara mostraba un desacuerdo total.
─No debiste dejarte llevar por el alcohol.─me recosté en la cama triste.
─Dime algo que no sepa.
─Por otro lado, aquí estoy para ayudarte a sanar en lo que sea. No interesa de quien es la culpa, el propósito es que sanes y puedas seguir con tu vida sin el sentimiento maligno que te carcome por dentro.
¿Cómo pudo describir tan bien lo que estoy sintiendo? Como sea, Max siempre ha sido una experta en el amor, a pesar de que sólo ha tenido un novio en toda su vida: Lucas.
[Esta parte tendrá una segunda parte que subiré en unas horas. Estense atentos.]
LaEscritoraPerrona
Pinche Max ya quería que apareciera.
Voten y comenten si les gustó.
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Algo inevitable [Wileven]-TERMINADA
FanfictionEsto es un fanfic de lo que pasa cuando Will y Eleven se van del pueblo junto con Joyce y Jonathan (osea el final de la 3ra temporada de Stranger Things) Will no conocía mucho a Eleven al inicio de la mudanza, jamás hicieron contacto, o al menos no...