Narrador Omnisciente
Will abrió los ojos despertando lentamente, aún le pesaban demasiado mantenerlos así pero decidió intentar despabilarse. Se sentó en su cama e hizo estiramientos de brazos, una vez con fuerza se levantó de ahí. Observó el reloj de la pared.
8:30 am
Su vista pasó a Eleven, que estaba dormida con la cobija cubriéndole hasta el cuello. Sin poder evitarlo sonrió, era tan tierna cuando dormía, parecía un ángel sin maldad en el corazón, tan puro en su interior como en el exterior. Para él, ella sin duda lo era. La discusión de ayer volvió a su mente de pronto, suspiró negando con la cabeza.
"Siempre lo tienes que arruinar todo, Wheeler, rodó los ojos aún si no estás presente."
Comenzó a caminar a la cocina cansado. Un dolor le invadió en la parte intermedia de la espalda, aunque tenía 27 años a veces parecía de 60. Will siguió pensando en toda la situación del día anterior, no pudo comprender del todo por qué ella le quería decir a Mike, no es como que el necesite esa información, no va a volver con el. Era sencillamente innecesario. Además de que le enfurecía la sola idea de que ellos hablaran o se vieran, el quería cuidar lo mejor posible a Jane, no quería que Mike se la arrebatara, no de nuevo.
Estaba convencido de que la amaba tan intensamente como hace 8 años, el amor no había desaparecido, sólo estaba escondido por alguna parte. Por eso se le hizo tan fácil dejar de pensar en Valentina para pensar en ella. Su belleza, su torpeza, su alegría, sus bromas y su existencia le seguían pareciendo encantadoras.
Will vio la cocina desde el pasillo y una idea surcó su cabeza. No quería seguir sin hablarse con ella, o no podía, así que decidió que prepararía el desayuno en algún tipo de disculpa, eso le gustara sin duda. Si algo le gustaba, era comer.
Se acercó a las alacenas y las abrió todas de par en par, advirtió a los segundos que estaban completamente vacíos, no había ni un granito de sal por ahí. Se rascó la cabeza confundido, ayer estaba casi lleno. Pronto recordó que tenía una mujer embarazada en casa y la había dejado sola todo el día, comprendió e hizo cara de pato mientras pensaba que hacer, puso las manos en su cadera.
─Demonios.─murmuró casi en una risilla.
Se puso sus pantalones de salir y se apresuró para poder ir a comprar lo que necesitaba a la tienda. No hubo ningún problema hasta su regreso, las manos las tenía llenas de grandes bolsas, por el peso creyó ya no tener manos o dedos, sus llaves estaban en el bolsillo trasero sobresalientes, quiso bajar las bolsas para tomarlas pero una voz lo hizo detenerse.
─¿En problemas, Will?─detrás de él se encontraba Mike, recargado en el marco de su puerta.
La sonrisa que tenía en su rostro demostraba lo seguro que estaba de sí mismo en ese momento, no se veía demacrado ni nada, estaba limpio y a decir verdad, demasiado apuesto. Por esos días de penar, normalmente no se veía así, de hecho olía a colillas de cigarro, a la falta de higiene y mucho dolor, pero esta vez estaba como si nada malo estuviese pasando. Will ni siquiera se dignó a verlo, su estupido rostro siempre lo hacía enfadar y no es que pensara quedarse a charlar con el un rato. Aunque sabía que el no lo estaba viendo, puso cara de pocos amigos.
─Claro que no.─contestó Will dejando las bolsas de una mano en el suelo.
Mike fue mucho más rápido y le quitó las llaves, el quiso soltarle una maldición o golpearlo, pero de nuevo, Mike se le adelantó. Apenas se giró para encararlo él le soltó un puñetazo muy fuerte en la quijada, eso lo hizo caer al piso. El impacto de su cabeza contra el piso fue tan fuerte que, como Mike la había predicho, se desmayó.
10:03 am
De vuelta a Eleven, que ya había entrado a casa de Mike, se dio cuenta de que todo el lugar estaba limpio, muy limpio. Si de por si ya estaba sorprendida con el mismo Mike, esto la hizo levantar las cejas. Su vista recorrió todo con curiosidad al mismo tiempo que el hombre cerraba la puerta con cerrojo detrás de ella.
Eleven abrió por completo los ojos al notar que, en la sala, ya no se encontraban los muebles, sino una sola silla.
Con Will amarrado a ella.
Él se movía como loco queriendo zafarse de las cuerdas en sus manos y pies, aparte que un grueso pedazo de cinta le estaba impidiendo el habla. Jane no tuvo tiempo para hacer algo cuando Mike, sin previo aviso, le golpeó en la nuca con una botella vacía, ella cayó al piso inconsciente.
Will se removió con tanta fuerza de la silla terminó por volcarse hacia atrás junto con él.
10:45 am
Apenas ella levantó los párpados sintió un fuerte dolor en su cabeza, gimió adolorida queriéndose tocar la parte afectada, alta fue su sorpresa al ver sus brazos amarrados a una silla, lo mismo sucedía con sus pies. Un temor horripilante le invadió el cuerpo haciéndola temblar, sintió como se le ponía la piel de gallina.
Enfrente de ella estaba Will, junto como lo había visto antes de desmayarse, su rostro se contrajo en confusión y miedo, observó a Mike sentado al lado de el padre de su hijo.
─¿Qué demonios, Mike?─casi le gritó furiosa, estaba tan asustada que como a modo de defensa se enojaba al exceso.
─Hola, mi amor.
¿Ahora se dan una idea de lo que se trata esto? Eleven y Will devieron pensé antes de tratar mal a alguien que tiene el corazón roto y una hermana experta en armas.
LaEscritoraPerrona
Siento, no sé, qué escribo mejor narrando yo misma que en la perspectiva de alguien. Piensan lo mismo?
Voten y comenten si les gustó.
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Algo inevitable [Wileven]-TERMINADA
FanfictionEsto es un fanfic de lo que pasa cuando Will y Eleven se van del pueblo junto con Joyce y Jonathan (osea el final de la 3ra temporada de Stranger Things) Will no conocía mucho a Eleven al inicio de la mudanza, jamás hicieron contacto, o al menos no...