Nathan...
Hoy se cumple una semana desde que Elizabeth y yo nos hemos estado evitando. Ella sale más temprano de lo usual y no la veo hasta la noche que entra a su habitación con su plato de comida o a la de su hermana para hacerle compañía.
Lleno al último piso del edificio, donde queda mi oficina y Adriana se posa en mi campo de visión.
- ¿Por qué no me dijiste que estas comprometido? - se cruzó de manos, enojada.
- Buenos días, primero que todo - la mire serio - y si, estoy comprometido. No te debo explicaciones Adriana, eres mi secretaria y desde ahora cero libertades con el jefe. Sólo nos trataremos asi, estrictamente como Secretaría y jefe, ¿claro?
- Ahh, eres un maldito idiota, Nathan - dijo - me utilizas como tu juguete sexual cuando estás enojado y ¿ahora si quieres algo laboral? - se ríe con amargura.
- espero tu carta de renuncia - dije, después de un largo silencio y entre a mi oficina.
Empecé a organizar algunos papeles y hacer llamadas para la próxima reunión y justo la puerta se abre.
- Que buen culo tiene tu secretaria, ¿ya te la cogiste? - escuche una voz gruesa, muy conocida.
Mi mirada siguió la voz, encontrándose a mi mejor amigo en la Universidad, Antonio Harrison.
- Buenos días, ¿en qué le puedo ayudar? - decidi jugar con el un poco.
- déjate de bromas - se ríe y entra - ¿por qué no vienes y me das un abrazo? Hace más de un año no nos vemos.
- cierto - me levanté y nos dimos un abrazo, palmeando nuestras Espaldas - ¿que tal España?
- Excelente, tío - dijo en acento español y sonrió - ¿que le hiciste? Parece una fiera.
- Después de tanto tiempo sin vernos y decides hablar de mi secretaria - ruedo los ojos.
- ese gesto no es de Nathan Smith - señaló. Elizabeth me lo pego.
Y hablando de ella, necesitábamos hablar.
- justo tenía que irme - digo.
- ¿Tan pronto?¿es tan importante como para dejar tu trabajo tirado? - pregunto.
La verdad es que si me conoce mucho.
- Bueno... iré por mi prometida - casi susurró.
- ¿que? - me miro interrogante, como si fuera otra broma - ¡¿Nathan Smith se va casar?! ¡Dios! Se va a acabar el mundo.
- cállate.
- esa persona te cambio por completo, es que... pobre chica, me imagino todo lo que te tiene que soportar.
- o yo a ella - dije - vamos, te llevaré a mi casa, Rosita estará feliz de verte.
- Oh, Rosita - dijo con ternura y salimos del edificio.
(...)
La campana que anuncia la siguiente hora de clases suena y todos los universitarios empiezan a salir. Pero mi mirada busca una cabellera rubia y piel blanca papel.
- ¿buscas a Elizabeth? - pregunto una voz femenina detrás mio, me giro y veo la roja cabellera de su amiga, jazmin.
- Ah, hola, si - respondo.
- Bien, pues estás de suerte, ahí viene - miro detrás mio y yo seguí su mirada.
Cuando su mirada se fijo en mi se paralizó y luego dio la vuelta y empezó a caminar en sentido contrario al nuestro.

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La Deuda
De TodoElizabeth Johnson se verá obligada a pagar la deuda que tiene su padre con uno de los mafiosos más peligrosos del país. De ella depende la vida de su padre, hermana e incluso la de ella. - ¿en qué consiste el trato? - le pregunto a mi padre. - deber...