CAPÍTULO 06

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Zoé...

   Un ruido sordo de un disparo me obligó a abrir los ojos, me levanté de la cama y salí al largo y oscuro pasillo de casa. Otro disparo sono y un grito salió de mi boca.

   Llegué al final del pasillo y senti algo líquido en mis pies, me moví un poco, haciendo que caiga al suelo, empujó la puerta del cuarto de baño.

   Al abrir la puerta, mis manos se llenan de sangre y mis ojos caen sobre el cuerpo de mamá tirado en el suelo, el color carmesí le daba color a su pijama blanca y cabello rubio, sus ojos grises y boca se encontraban abiertos.

- ¡Mamá! - un grito agudo abandono mis labios y me arrastre hacia atrás, la sangre hizo que cayera y me golpeara la cabeza con el frío suelo de baldosa. Solté un gemido de dolor y me levanté rápido, haciendo que me mareara.

- Zoé - escuche la voz de papá detrás mio y mi cuerpo entero se paralizó.

- Papá - de mi boca tan sólo salió un susurró. Me gire y pude ver su cara y manos llenas de sangre, un arma en sus. Trague grueso antes de volver a mirarlo a los ojos - ¿Papá?¿tu... tu hiciste eso?

- Zoé - suspiro y se acercó a mi tan rapido que me asusté, alcance a retroceder unos pasos, hasta que el me apretó fuerte en sus brazos y mis lagrimas empezaron a salir - todo estará bien, ella... esta en un lugar mejor - me agarró la cara con ambas manos, llenandome de la sangre de mamá - necesito que me ayudes a esconderla ¿Si?

   Asenti.
   Sólo tenía once años y mi mente no entendía lo que sucedía.

   Deje de hablar por tres años. Mi padre me dijo que si hablaba la siguiente podría ser Elizabeth, mi hermana mayor, por eso preferí callar por tanto tiempo.

   Di un salto y abrí mis ojos, estaba sudando y temblando de miedo, senti mis lagrimas mojar mis mejillas.

- ¡Ella no, no la toques a ella! - grite eso miles de veces mientras intentaba soltarme de las correas alrededor de mis muñecas y piernas - ¡Déjala en paz, no la toques!¡Ella no lo sabe! -  sacudi mi cabeza de un lado a otro, aún intentando soltarme.

- Tranquila, tranquila - intento calmarme una de las enfermeras, mis lagrimas y gritos se escuchaban en eco por toda la habitación, era el único sonido.

   Fuera aún estaba oscuro.
   Mis párpados empezaron a pesar de un momento a otro, cerrándose poco a poco, y lo último que pude ver fue a la enfermera aplicando un tranquilizante en mi suero.

(...)

- ella de verdad necesita especialistas - escuche la clear, la mujer del psiquiatra.

- ya he dicho, mi hermana se va conmigo y punto ¿entiende? - demandó la voz de mi hermana - no me imagino todas las víctimas de suicidio en ese lugar, y mi hermana no será una más.

  Silencio.

- quiero los papeles ya, o... - suspiro - hago que cierren su tan protector psiquiatra, que ayuda a curar a los enfermos de la mente. Es una completa mentira, pero a mi hermana no le van a seguir llenando la cabeza de mierda, ella no será una nueva noticia del suicidio.

- ¿me esta amenazando? - pregunto la vieja.

- tomelo como quiera, Pero quiero los papeles - escuche decir a mi hermana, antes de retirarse de la habitación.

(...)

   Aveces quisiera ser como mi hermana y conseguir lo que quiero y cuando quiero. Si, consiguió que me dejarán ir a casa con ella.

   En estos momentos estaban soltando las correas en mis brazos y piernas, ya habían quitado todas las agujas y máquinas que tenía.

- ¿eso te lo hicieron en el psiquiátrico? - pregunto mi hermana desde la puerta. Seguí su mirada hasta las marcas en mis brazos, las marcas que causaron las correas al tener un ataque de pánico en la madrugada, después de todo, no era la primera vez que pasaba.

   Asenti.

- bueno... tengo buenas noticias, alfin saldrás de ese lugar - me dio una sonrisa reconfortante y asintió - conseguí que papá firmara.

   Papá, ese monstruo. Tuve que fingir el otro día para que mi hermana no se diera cuenta. No quería ver a mi hermana llena de sangre como mamá.

- Bien... vámonos a casa - se acercó a mi y me abrazo - te contaré algunas cosas en el camino.

   Al salir del hospital, pude sentir el aire acariciar cada parte de mi cuerpo, mi cuerpo se erizo a tan helado clima de invierno y observe todo a mi alrededor, era algo nuevo para mi, apesar de estar dos años y medio en aquel lugar.

   Nunca había hablado con alguien sobre lo sucedido y aveces me castigaban.

   "A la persona que le digas sobre esto, le pasará lo mismo que a mami" - amenazo papá.

- ...solo si quieres - finalizó mi hermana mientras entrábamos a una camioneta negra, definitivamente está no era de ella, recuerdo que los gustos de mi hermana eran más coloridos y estupidos.

   La mirada de Eli de hizo saber que esperaba una respuesta, sólo pude negar y apoyar mi cabeza en la ventana, mientras me perdia en mis pensamientos. Mi hermana decidió dejarme en paz y fijar su mirada en el camino.

   Todo el camino fue silencioso y lo agradecí. Paramos en una gran mansio, según como yo la recuerdo, no era así.

   Elizabeth bajo primero y luego me abrió la puerta ami, yo seguí observando la casa unos segundos mas antes de bajarme y mirar la puerta hasta llegar frente a ella.

- bueno... - abrió la puerta y me dejó pasar primero.

   Mi vista se centró en todo a mi alrededor, todas las pareces blancas y negras, unas escaleras frente a mi y baldosas negras. Ya me empezaba a gustar esta casa.

- ¿de quien es? - pregunte después de unos minutos.

- Aquí vivo con... un idiota llamado Nathan - dijo ella mientras me miraba.

- Bien... - suspire.

-  Oye, que bueno que ya llegas... - escuche una voz gruesa y muy conocida, que me hizo levantar la vista y encontrarme con él, Ethan - te - finalizó, apenas su mirada se unió con la mía, mi corazón latía más rápido.

   No puede ser...

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¡Espero les haya gustado y me regalen una estrellita!

¿que relación tienen todos aqui?

Pues sigue leyendo esta historia y te darás cuenta.  Te espero en el próximo capítulo.

No leemos pronto, bye.

  

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