Elizabeth...
Luego de que Nathan saliera casi corriendo de la casa, Rosa y yo terminamos de almorzar y justo en estos momentos nos encontrábamos lavando los platos.
- lo bueno es que apenas somos tres - dije burlona y Rosa soltó una pequeña risa.
- bueno tal vez con el tiempo sean más... - declaró rosa, termine de acomodar un plato y la mire interrogativa.
Abri los ojos de golpe cuando caí en cuenta de sus palabras.
- ¡oh, claro que no rosa! - me reí - no tendré hijos con el gruñón de Nathan.
Ambas soltamos una carcajada y enseguida comenzó a sonar mi celular, Que se encontraba en mi habitación.
- disculpa, ya vuelvo - me retiré de la cocina y subi rápido, antes de que dejará de sonar.
Agarre el celular de la mesita de noche y era un número desconocido.
- ¿hola? - conteste, Del otro lado suspiraron y enseguida contestaron.
- ¿señorita Elizabeth? - pregunto la voz de una mujer vieja.
- si, ¿quien habla?
- hablo del psiquiátrico de la señorita Zoé, su hermana - mi corazón comenzó a latir con desesperación al escuchar el nombre de mi hermana, algo me decía que está llamada no era para algo bueno - ¿señorita Elizabeth?
- ¿Ella... ella está Bien? - pregunte sin aliento y la señora volvió a suspirar.
- esta en el hospital central de los Ángeles, tiene que venir. Llame a su padre, pero el no contesta.
- están bien, ya voy para alla - colgué, y al hacerlo las lagrimas rodaron por mis mejillas.
Mi hermana menor, Zoé Johnson, fue internada en un psiquiátrico justo después de la muerte de mamá, lleva dos años en el y no la he visto desde hace cinco meses, ella tiene diecisiete años y sus traumas son más grandes que ella, sus problemas son alimenticios y por cosas del pasado que después que con el tiempo se podrán dar cuenta.
Agarre mi cartera y baje corriendo, Rosa estaba limpiando la mesa y cuando me vio su rostro cambio a preocupación.
- ¿pasa algo, mi niña? - pregunto ella, yo sólo negué con la cabeza y limpie mis lagrimas que aún seguían bajando sin cesar.
- yo... tengo que salir - sorbí la nariz y salí antes de que rosa pudiera hacer otra pregunta.
Mi llegada al hospital fue un poco larga, ya que no tenía mi coche y tuve que tomar el auto bus para poder llegar, y justo después de que pensé fuera un siglo, llegue.
Las malas noticias no se hicieron esperar, mi hermana estaba en cuidados intensivos, heridas profundas que con suerte pudieron tratar a tiempo.
Mi hermana estaba volviendo a lo mismo, esta no era la primera vez que estaba en un hospital y por intento de suicidio, cada vez eran mucho más graves, ya está era la quinta vez y no quería que algún día no fuera sólo un intento. La sacaría de ahí.
- ¿cómo es posible que está sea la quinta vez que mi hermana casi muere bajo sus cuidados? - le reclame a la señora frente a mi, la encargada de cuidar a mi hermana en ese lugar.
- yo... yo...
- yo, yo, ¡¿Es lo único que dirá?! - mi paciencia era poca - mi hermana se irá conmigo, ese lugar sólo la afecta más, cada vez son más graves sus intentos y esto no irá más lejos gracias a ustedes.
- pero ella no puede salir...
- ¡es mi hermana y yo veré que hago, señora! - me acerqué más, mientras ella retrocedía por instinto - ¡se va conmigo, lo quiera o no!
- esta bien... pero primero tiene que hablar con su padre, el firmó los papeles y el da la última palabra.
- Bien, de eso me encargo yo - le di una mirada asesina - pero vendrá a casa, conmigo, cuando salga de aquí.
En eso llegó la doctora, me acerqué a ella y me permitieron pasar a verla.
- Gracias - dije antes de abrir la puerta y entrar en el cuarto blanco, impecable y oliendo a cloro.
Ella se encontraba acostada en la camilla, con los brazos en vendados, maquinas en los mismo, maquinas para respirar. Su respiración era suave, lo que indicaba que aun dormía, ni siquiera sabia si había despertado, solo sabia que estaba estable.
En eso, la puerta se abrió, dejando ver a un hombre de bata blanca, traje azul, cubre bocas, una libreta en sus manos y gafas.
- usted debe ser Elizabeth Johnson - hablo.
- si... ¿ella... ya despertó? pregunte un poco nerviosa.
- si, pero tuvimos que aplicarle un calmante porque se puso un poco inquieta - explico.
- ¿como esta? - se escucho la voz de mi padre detrás del doctor.
- ¿como puedes preguntar eso? - me acerque a el con lagrimas de impotencia rodando por mis mejillas. En eso, el doctor salio, cerrando la puerta - Papá la dejaste sola en ese lugar, ni siquiera la ibas a ver, mientras ella solo sufría e intentaba acabar con su vida !¿como diablos te atreves a preguntar eso?!¡ella te necesitaba, yo te necesitaba! - mis lagrimas no cesaban, al contrario, eran mas intensas, mientras los ojos de mi padre comenzaban a aguarse.
-tu... no entiendes - empezó con voz suave - yo... no podía estar cerca de ella, solo la dañaría mas ¿quieres eso? - su mirada hacia la mía era intensa y llena de melancolía.
- ¿Por que... por que dices eso? - mi mirada era interrogante y amenazante; sabia que era mi padre, pero también sabia como era y acababa de descubrir su oscuro secreto ¿que mas podría esconder?
¿Acaso el le hizo algo a mi hermanita?
- mi presencia solo la terminaría de matar - termino.
- ¿que demonios le hiciste? - pregunte en casi un susurro, sentía mi pecho estrujarse cada vez mas.
- Eli... - escuche la voz débil de Zoé y mi mirada se fijo en su pálido rostro.
- Zoé - dije, antes de correr hasta ella y abrazarla tan fuerte como pude.
- Te... extrañe, Eli - sentí sus débiles y delgados brazos rodear mi cuerpo.
- Yo también a ti - solté un sollozo.
Al separarnos, su mirada cayo sobre mi padre, ella sonrió y abrió sus brazos para el. Mi padre estaba en shock, su mirada mostraba miedo y tristeza, el solo corrió fuera de la habitación, dejando a mi hermana y a mi con la confusión clara en el rostro.
Lo que fuera que mi padre hubiera hecho, mi hermana no lo recordaba, eso era claro.
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¡ESPERO TE HAYA GUSTADO Y NO SEAS COMO ZOE, Y NO OLVIDES DEJAR TU ESTRELLA!
¿Que habrá pasado con Zoe?
Puedes ser libre de comentar lo que piensas.
nos leemos pronto, bye <3
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La Deuda
RandomElizabeth Johnson se verá obligada a pagar la deuda que tiene su padre con uno de los mafiosos más peligrosos del país. De ella depende la vida de su padre, hermana e incluso la de ella. - ¿en qué consiste el trato? - le pregunto a mi padre. - deber...