—¿A dónde me has traído? —suelto con aires de damisela en apuros y una mano en el pecho, cuando nos paramos frente al antro que reza The Dollhouse en un neon rosa cegante.
Lucy me eleva una ceja y esconde una media sonrisa, antes de chasquear la lengua y llevar una mano a su bolsillo trasero.
—Anda, desenfunda, ¿cuanto llevas encima? —dice, sacando una bola de billetes. La miro un instante antes de imitarla. Ella aplasta los papeles, tira una pelusa sobre su hombro y cuenta las monedas en su palma con la punta de su índice—. Yo llevo... para dos cervezas, más o menos.
—Que sean... tres... y media... y... —digo dejando mi parte en su palma extendida y escarbando el otro bolsillo de mis vaqueros—. Y un caramelo ácido.
—Uy, mis favoritos.
Sin pensárselo un segundo, me da todo el dinero y toma el caramelo. ¿En serio? Me parece un trato pésimo, pero supongo que es muy impulsiva para los negocios, después de todo, ha aceptado ser mi socia.
—¿Ácido? No me extraña. —le respondo, acomodando los billetes, haciéndome el tonto, mientras Lucy zambulle la golosina en su boca, pone ambas palmas sobre la puerta del antro y me observa sobre su hombro con un gesto de desagrado exquisito.
—Espero que tengas buen estómago, Jeon. —mueve pensativa el caramelo dentro de su boca—. Y buena muñeca.
Frunzo el ceño y despejo las ideas que no tienen nada que ver con nada, antes de preguntarle:
—¿Para tres cervezas compartidas? he desayunado más que eso. —ella se ríe, por fin, y empuja la puerta.
La marquesina del sitio comienza a cobrar sentido cuando doy un par de pasos dentro del lugar. Las paredes están completamente tapizadas de fotografías, pósters e incluso discos de, asumo, todas las mujeres de la música, porque en el primer vistazo que he dado mientras le sigo hacia la barra del fondo, mis ojos han ido de Edith Piaf a Lana del Rey, pasando por Madonna, quien suena justamente ahora en los parlantes.
—¡Que va! —se deja caer en una banca en la barra y tomo el lugar a su lado—. Con esto nos beberemos unas seis. —dice, y yo que observaba sobre mi hombro analizando la diversidad de los clientes y la mesa de billar en la esquina del bar, vuelvo mis ojos a ella.
—¿Cómo?
—Pensé que habías logrado construir tu cohete y abandonar el planeta. —irrumpe una voz desconocida.
Los ojos de Lucy van tras de mí, sus cejas muestran una leve señal de entusiasmo cuando no pueden evitar brincar, y entonces soy yo quien no puede evitar girar.
—Nunca me iría sin ti. —dice ella. Su tono no demuestra el entusiasmo que le había destellado en el rostro, más bien suena sarcástico, pero lo cierto es que me pierdo el gesto cuando da esa respuesta, porque todavía estoy observando al tipo alto del otro lado de la barra, que le sonríe de una manera que no me gusta. Lo acabo de decidir —. Jin... este es mi... ¿socio? Jeon Jungkook. Y queremos cervezas. Ya sabes a qué me refiero.
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Allies ✦ Jeon Jungkook
Fanfiction«Algunos temen no alcanzar sus sueños; otros, simplemente... estamos aterrados por carecer de uno.» ~Out of Way [2] Heterosexual Contenido adulto Mis cariños: ♥️