—Qué guapa vas. —dice mamá de camino a mí, echándome una ojeada de pies a cabeza.
Su sonrisa se ve diferente. Ya no me recuerda al cuadro de Monet, y no es que lleve vida en el rostro, de hecho su piel se ve resentida, pálida, la abstinencia aún la golpea, pero sonríe, a conciencia. Como alguien que ha decidido ser feliz, no que intenta aparentarlo.
Me pongo de pie para estrecharla entre mis brazos cuando me alcanza. De pequeña era más apegada a ella, pero al pasar los años nuestro lazo se vio afectado, supongo que siempre me costó comprenderla, lo cierto es que hasta hace poco no había dimensionado cuán grande es su influencia en mi vida, porque ahora que me sostiene, me siento pesada, con ganas de contárselo todo.
—Tú también te ves bien. —le digo una vez que compartimos el sofá.
La sala de visitas del centro es preciosa, reconfortante y cálida. Cada que pongo un pie dentro me siento bastante vulnerable. Imagino que eso quiere decir que hacen bien su trabajo.
—Qué va... Veo mis ojeras cariño... —me susurra, como si fuera un secreto. Sus manos toman las mías. Siempre ha sido afectuosa, pero como recientemente lo hacía más cuando iba borracha, me generaba cierto rechazo. Ahora, se siente bien, debo admitir.
—¿Cómo... estás con los temblores?
—Mejor, mejor. Ahora el problema está siendo dormir... Extraño mucho a tu padre. —dice, y aunque sonríe como una chiquilla enamorada, sus ojos se cristalizan.
—Él también te echa de menos... —aseguro, pero mamá suspira.
—Lo dudo, no he sido más que un peso para él estos últimos años...
—Aún así... Ayer, ha puesto un disco de pasta. Estuvo un largo rato sentado sólo en la sala... Si no hubieras desechado todo el alcohol de la casa, acabaría como tú.
Se queda viéndome, con el mismo gesto petrificado en su cara por largos segundos, y termina por chasquear la lengua.
—Aún no sé a quién has salido tan ácida. —dice, y sin ganas me río—. Yo no soy así. Y tu padre es muy inocente para tanta ironía.
Sigue sacudiendo su cabeza con ese gesto de "Qué voy hacer contigo" en el rostro, aunque sus labios se crispen un poco. Yo apoyo la mía en el respaldar del sofá y la observo.
—Mamá... ¿Me cuentas cómo conociste a papá?
Sus ojos pálidos como los míos me buscan sorprendidos.
—Ya has escuchado la historia miles de veces.
—Sí, pero siempre la cuenta él. "La preciosa Londinense que quiso guiarlo y terminó perdida con él", es una historia bonita, muy a lo de Woody Allen, pero nunca escuché tu versión, y algo me dice que es más real.
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Allies ✦ Jeon Jungkook
Fanfiction«Algunos temen no alcanzar sus sueños; otros, simplemente... estamos aterrados por carecer de uno.» ~Out of Way [2] Heterosexual Contenido adulto Mis cariños: ♥️