XXVI. We do what we can;

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—¿Así vas a pasar el verano? —digo dejándome caer en la butaca junto a la que Jungwoo ocupa

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—¿Así vas a pasar el verano? —digo dejándome caer en la butaca junto a la que Jungwoo ocupa. A pesar de que fuera hay un sol tan prepotente que seguro es capaz de freír un huevo en la acera, aquí dentro parece de madrugada y los pocos grados que hay me secan el sudor de la espalda después de unos cuantos segundos dentro. Es como una casa de apuestas, esas que intentan consumirte para que no sepas que hora del día es ni cuanta pasta has gastado. Pero para chavales. O no—. Pásame el mando.

Mi hermano no despega los ojos de la pantalla plana cuando contesta:

—¿Así vas a pasar el verano tú? ¿No tienes que hacer cosas de adulto?

Suspiro, con una media sonrisa.

Atrapado.

La verdad es que tengo varias cosas que hacer pero... todas requieren que esté en el bar. Y no puedo. No puedo ir al bar aún, no hasta no hacerme amigo de la idea de que Lucy no estará allí, ya no más.

Joder... ¿es que la he cagado? ¿Debería haberle deseado lo mejor, follar como conejos toda la noche, y despedirme con una falsa sonrisa en la mañana para después llorar en soledad? ¿O tal vez gritar y rogar porque no lo haga, y se quede conmigo?

Namjoon me dijo que he hecho lo que he hecho. Ni mal ni bien, sólo lo que pude. Porque sí, lo dicho, obviamente anoche tampoco pude volver al bar luego de despedirme de ella. Termine comprando unas cervezas en una tienda y apareciéndome en la residencia de los chicos, con la sensación más extraña que he experimentado jamás empuñándome el pecho, como si dentro estuviera ocurriendo la tercera guerra mundial, en la que no había bando ganador; el desenlace estaba destinado a llevarse una parte de mí. Para mi suerte, Taehyung se encontraba en Daegu, y Nam me dejó pasar la noche allí, con la condición de que sea discreto porque al parecer el tipo es muy celoso con su espacio, a pesar de que su cama era casi un chiquero con sábanas.

Me bebí las cervezas sin matizar, le ofrecí una Nam pero su rostro al decirme que no demostraba que había captado que las necesitaba más que él. En una escueta charla expliqué mi visita y terminé con un "Estoy chafado". Como Namjoon sabe hacer, trás su plana pero justa opinión, me ofreció una palmada en el hombro y el espacio que necesitaba. Pase la madrugada viéndole componer, cortando el silencio únicamente para lanzarle preguntas sin sentido como "¿Crees que hay vida en otros planetas?" o "¿Cómo se montaban a esas bicicletas de dos metros en el mil ochocientos?" sólo porque su capacidad de tirarse una hora analizando las idioteces que yo decía me ayudaban a mantener la mente ocupada, y alejada de ella.

Al despertarme huí al siguiente sitio. Fui a ver a mamá, que ahora está librando los domingos, por fin. Me insistió un par de veces en que estaba extraño, pero con Chae cerca es muy sencillo desviar los temas y hacer el tonto. Sin embargo, aún sigue allí. Como el telón verde tras los efectos especiales que estoy usando para distraerme. Lucy sigue allí, con sus ojos tristes, su voz más baja que nunca, su aroma fresco y su cuerpo pequeño pero pesado. Sus manos aferrándose a mi ropa y rogando en su silencio cosas tan opuestas. Que no la deje ir, pero que le desee buen viaje.

Allies ✦ Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora