¿Cuántos momentos vivimos a diario sin querer realmente hacerlo? Por ejemplo, ahora mismo estoy escuchando hablar a tres chicas de las cuales sólo me agrada una. Bah, al menos así fue por muchos años, ahora vivo evitando hacerme esa pregunta.
El cuento comenzó con el "superrico-superapuesto-y-superexitoso" novio de Karim, invitándole a un restaurante que no valía tanto como él podía pagar. Y, al parecer, eso ha sido motivo de discusión. Lo siento, no manejo bien los argumentos. Estoy corta de detalles porque mientras veo mi teléfono sin mirar realmente nada, mi mente ha dejado de oírles y ha estado divagando, como dije, en la posibilidad de cuantificar las veces que quisiera estar en otro sitio al cabo de mi día, y en por qué no lo hago.
¿Cinco? ¿Diez? ¿Un número irracional de veces?
Creo que es pereza.
¿Seré una conformista?
El móvil vibra en mi mano, bajo mi pulgar perdido que se le dio por rebuscar en una lista poco agraciada de Spotify. Un par de mensajes llenan mi pantalla, ahora sí, ésta tiene mi verdadera atención además de mis ojos.
Uno de esos textos es de Sam. Samuel Brown, el niño de Inglaterra que pasó de ser mi amigo de la infancia en las vacaciones de verano -si es que a lo que sucede en Inglaterra se le puede llamar verano-, a mi ligue furtivo en la adolescencia y... en lo que sea que haya decantado hora. La verdad es que debería estar como perro con dos rabos en este preciso momento, porque en un mensaje demasiado meloso, Sam me anuncia de su visita a Corea. Pero, otra vez, qué pereza. No es que no quiera verlo, es solo que me sentiré forzada a ser una buena anfitriona y eso implica justamente: hacer algo que no me va en ganas en determinado momento. Del punto anterior queda totalmente exento un polvo con Sam, eso si que me vendría bien. El tipo está tan bueno como lo estarán los hijos de Brangelina en un futuro próximo -aunque Simone y William Brown se parecen más bien a los padres de Matilda-. Tiene unos ojos almendrados y un cabello del mismo tono que siempre luce revuelto, como si hubiera salido de una publicidad de alguna fragancia, esas que nunca entiendes qué sucede pero que son supersexies.
Sam: Buenas tardes princesa! Tengo excelentes noticias. Adivina quién estará arribando a Seúl el sábado?
Yo: Sean Penn??? Madre mía, debo ponerme guapa ya mismo.
Sam: Chica... nunca vas a dejarlo en paz? Sabes que además de ser americano tiene casi 60 cierto? Igual, me gusta la idea de que te pongas guapa
Yo: No voy a decirte qué pasa con los vinos porque ya lo sabes tú. Le digo a papá que te recoja?
Sí, he esquivado airosamente sus tejos. Ya sé que dije que quiero enrollarme con él pero, tampoco quiero que piense que su visita será nuestra luna de miel. Porque algo que sucede últimamente entre Sam y yo es que, fuera de las sábanas, no nos llevamos de maravilla. Este último verano quedó bastante claro. Y es que Samuel pasó de ser un adolescente con un estilo algo trashy y al que yo admiraba mucho, a un tipo salido de un catálogo de Cambridge. Y no quiero ser borde pero su lista de logros académicos me aburren.
ESTÁS LEYENDO
Allies ✦ Jeon Jungkook
Hayran Kurgu«Algunos temen no alcanzar sus sueños; otros, simplemente... estamos aterrados por carecer de uno.» ~Out of Way [2] Heterosexual Contenido adulto Mis cariños: ♥️