Capítulo 30

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Al día siguiente partimos a Denver, para regresar a nuestro plan principal establecido por mi hermano; ya que Alex se veía algo demacrado, lo que indicaba que el virus estaba avanzando, así que debíamos de darnos prisa.

Durante todo el trayecto, los demás platicaban animadamente; mientras que yo solo observaba la ventana.

— ¿Todo este plan lo ha ideado tu hermano?— cuestionó Sarah en un intento de que entrara a su plática.

—Si, bueno una parte fue de mis papás...— voltee a ver a las hermanas con una pequeña mueca, después regresé mi vista a la carretera dándole fin a mi conversación.

Jamás voy a cambiar de opinión acerca de lo solitarias que eran las carreteras y a veces aterradoras al solo ver 2 o 3 Eerends en el camino, alrededor de un auto; era cierto que teníamos mucha suerte porque no nos habíamos topado con alguna horda gigante en las ciudades en las que pasábamos o algo por el estilo, de haberlo hecho yo ya estaría muerta, no estoy mintiendo, siempre fui pésima en la educación física además jamás había estado tan desprotegida, siempre estaba Aaron conmigo. Lo único que se me daba bien era el hacer planes. Odiaba decirlo pero en realidad me habían educado como una princesa en peligro.

(...)

—Denver— escuché a lo lejos de la voz de Ainhara, haciéndome abrir los ojos de inmediato.

La asombrosa ciudad se veía normal a lo lejos, como si todo lo que ha pasado no la hubiera afectado, lo único que parecía tener conexión con las otras ciudades es la nube de humo que salía de diferentes partes de esta.

—Parece que no ha pasado nada ahí— dijo por mi Brigette.

—Esa es la trampa de las ciudades— la voz ronca inglesa apareció —Lo que hay dentro de todas las ciudades es un infierno—.

Una vez que estábamos cerca de la ciudad, notamos que sería imposible pasar con la camioneta.

—Sera a pie— sentenció Hero.

—Moriremos antes de llegar al otro extremo— Alarmo Alex.

—Debemos de movernos rápido y entrar a algunas tiendas de ser necesario— decreté —Dos deben de llegar antes de los demás para buscar algún auto.

—Alex y Sarah irán conmigo por al auto— asintió Hero de una manera hostil.

—Brigette y Ainhara irán conmigo a buscar algunas cosas, entonces—dile al tomar mi cabello y a hacerme una coleta alta.

Hero asintió duramente, bajamos de la camioneta, comenzamos a armarnos y a llevar cosas importantes.

Estaba atando mis cordones cuando el inglés se me paro enfrente.

—No quiero que vayas sola— el duro Hero que había estado a mi lado hace unos minutos había desaparecido, dejándome ver a uno demasiado dulce.
—Yo... Puedo regresar por ustedes y...—

—Hero es más peligroso que regreses, prometo que te veré del otro lado de la ciudad— lo interrumpí y sus ojos me miraron de una manera tan angustiada.

—Tengo miedo— me envolvió en sus brazos, presionándome ligeramente contra él, logrando que me levantará un poco del piso, el dulce olor a menta llegó a mi provocando que mis nervios desaparecieran.

—Todo estará bien— susurré en su oído mientras pasaba una de mis manos entre su cabello. —No tenemos otra obligación más que ser valientes, justo ahora— susurré por última vez y bese su mejilla.

Hero asintió separándose de mi y evitando mirarme, sus ojos estaban vidriosos, volteo a ver la ciudad, aclaro su garganta, acto seguido el dijo:

—Es hora de irnos— puso la escopeta entre sus manos y comenzó a caminar junto a su grupo.

The Start | The Eerend Virus #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora