22 de Septiembre de 2021
Cork, Irlanda. 9:32 pmEl sonido de la puerta abriéndose llamo mi atención, logrando que apartará mi mirada de las pequeñas y espumosas burbujas que habían intentado darme paz en ese momento junto a las sales de baño, lo habían conseguido; mis brazos estaban colgando a las orillas de la bañera. Pero al ver un par de ojos verdes, mis músculos se tensaron y las lágrimas me picaba los ojos. No llores, idiota susurro la voz de mi mente.
—Hola— saludo tímidamente el dueño de aquellos ojos. Sin embargo, no le conteste. —¿El baño ha funcionado?— baje la mirada y negué, deje que algunas lágrimas salieran y el suspiro. —Te esperamos afuera—.
Sin decir más se retiró del baño y cerró la puerta con cuidado, en cuánto lo hizo deje salir todas las lágrimas soltando un grito desgarrador y hundiéndome nuevamente en la bañera.
Mi corazón dolía, habían pasado alrededor de 3 días desde que habíamos llegado a Irlanda, hoy se había decidido festejar nuestra llegada pero a dicha fiesta, no acudí.
Ian discutió conmigo acerca de ello, pero es que yo no era tan fuerte como el, yo no podía... Mis pensamientos estaban todo el día en él, en qué ya no estaba conmigo.
—Veronica, no podemos saber si en realidad el...— El otro chico calló al sentir la mirada desaprobartoria de su padre. —Perdon— dijo el chico de ojos miel y siguió con su trabajo.
El dueño de los ojos verdes me veía con tristeza, mientras que cepillaba mi cabello que ahora era corto, gracias al episodio de desesperación que había tenído en la mañana con las tijeras.
En cuanto terminó beso mi coronilla y intento sonreírme pero sus ojos vidriosos lo delataban.
—Vamos a arroparte cariño— dijo tomando mi mano y yo asenti, mi mirada estaba perdida en algún lugar de la habitación, la cama estaba esperando a que alguien entrara entre sus sábanas, el chico de ojos miel dió un paso hacia atrás y miro con decepción el sofá.
—Urian se quedará contigo— dijo el castaño de ojos verdes mientras subía las sábanas para lograr cubrir mi frágil cuerpo.
—No— hable por fin con un tono débil, la mirada alertada de ambos cayó sobre mi. —Quiero dormir sola, tío— los ojos de este me miraron intentando descifrar algo hasta que lo lograron.
—Sabes que vendré en la noche a verte— dijo con el tono paterno que se le daba muy bien.
—Lo se, tío Zarek— una diminuta sonrisa apareció en su rostro y se agachó a darme un beso en la mejilla.
—Descansa, mi pequeña— susurro y camino hacia las escaleras donde lo esperaba su hijo con las cobijas en mano.
—Sueña lindo, pequeño duende— dijo con toque de alegría, Urian, mi primo.
Ambos subieron las escaleras que además de conducir a el baño, conducían a la salida, escuchar el click de la puerta las lágrimas amenazaron con salir, estaba sola, siempre lo estaría; aquella sensación de Hogar se había perdido, mi corazón se sentía tan solo.
Un triste suspiro salió de mis labios haciéndolo sonoro. Me sentía perdida en el mar, este barco había perdido a su brújula. Solté un sollozo y moví la almohada para abrazarla. Debí de decirle, me lamentaba cada noche no haberle dicho todo lo que sentía por el.
Así se sentía ¿entonces?, Está vez mi corazón estaba totalmente destrozado, había perdido a la persona a la que había amado tan verdaderamente, ¿Porque no lo conocí antes? así hubiera tenido más tiempo con el, de probar sus labios, de ver su sonrisa, hasta apenas hace algunos días había tenido la oportunidad de escuchar su risa de una manera tan hermosa, hasta hace unos días me había dicho lo que sentía por mi... Ese mismo día me lo arrebataron y tal vez para siempre.
¿Asi se sentía perder a tu alma gemela?¿Cómo iba a vivir después de todo este dolor? Sentía que me asfixiaba aquí, sin el.
No lo logramos, no, la misión salió mal, salió mal desde que me enamore de el y es que... Yo estaba tan bien antes de conocerlo, todo iba perfecto hasta que llegaron los eerends, en pleno apocalipsis nació mi amor por el y ahora no tengo fuerzas por qué dependo de una manera tan insana de... Hero.
Cada vez que digo su nombre mi corazón se rompe un poco más.
Estaba en casa, si, pero me sentía extraña, no pertenecía ahi, sentía que algo me faltaba para estar completa y ese algo tenía nombre y apellido, pero no sé si alguna vez lo volvería tener frente a mi y ¿si lo hacía? ¿Que le diría?, Tal vez lo volvería a ver en otra vida.
La luz de la luna era mi única acompañante, mire al pequeño sofá que estaba junto a la ventana y ahí estaba la chamarra de mezclilla que Hero me había dado aquel día en Gary, quite las sábanas con cuidado y me acerque a aquel sofá, me senté y tome con cuidado la chamarra, como si en cualquier momento fuera a desaparecer. Una vez ahí la acerque a mi cuerpo y me cubrí con ella, el olor tan familiar a menta llegó a mis fosas nasales y solo fue el detonante para que el dolor volviera a salir. Al cerrar los ojos, aquella ojos esmeraldas aparecieron, Hero estaba ahí y me envolvía en mis brazos. Salia con el a varias partes, iba a su graduación, me acompañaba a la semana de la moda... Nada de eso era real y hubiera dado lo que fuera por qué en realidad pasará. Pero no.
Esta vez, nada podría traerlo de nuevo y en realidad no sabía cómo se tenía que vivir sin mi otra mitad. Quería despertar de la pesadilla pero no había forma.
Aquella noche y muchas noches más caía y aunque intentaban levantarme nadie podía.
La única persona que me levantaba ya no estaba conmigo. Y en realidad no sabía si lo volvería a ver.
"¿Que pasaría si tuviera una noche más para despedirme?"
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The Start | The Eerend Virus #1
RomansaVeronica Newman podria ser una chica californiana de 19 años normal, que va a la universidad, sale con sus amigas y va de fiesta cada que surge la ocasion, pero ella no es asi, desde pequeña su vida ha estado en el ojo publico, incluso después de qu...