Capítulo 24

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—Bien...— Hero pasó la mano por su cabello nervioso, ya no había rastro alguno del Hero explosivo  — Pensé que no sería necesaria una explicación de lo que está pasando, pero veo que me equivoqué— dijo finalmente después de unos minutos de silencio, ahora estábamos sentados en la diminuta sala, aún se escuchaban gritos y gruñidos provenientes de la calle e incluso del edificio. —Hasta donde se, todo comenzó en Asia, cuando el doctor Eerend se dió cuenta que su hijo presentaba los síntomas de una gripa y tos, y lo fue tratando pensando que era algo totalmente normal; pero no fue así, de la nada  su hijo se comenzo a comportar salvajemente y el comenzó a estudiarlo, encontró cómo culpable a un nuevo virus al cual llamo Eerend— Hero dejo salir un largo suspiro— Se piensa que la vía de transmisión es como una gripa... Pero de ser así, ya estaríamos contagiados, ¿no?— Asentí torpemente y mi vista se posó en el chico de ojos verdes — Así que estábamos equivocados, debe de ser algo mas— su ceño fruncido apareció en su rostro, demostrando lo concentrado que estaba pensando en aquello, una sensación de ternura me invadió al verlo así.

—¿Ian lo sabía?— mi pregunta parecía más bien una afirmación que hizo que Hero saliera de sus pensamientos y asintiera.

—Ian estuvo planeando lo que haría cuando el día de la infección llegara, el quería protegerte—Al cerrar brevemente los ojos llego la imagen de mi hermano frustrado debido a que su plan había fallado es la más reciente que tengo de él, antes de perderlo de vista cuando los Eerends invadieron mi casa; ahora no sabía dónde diablos se encontraba, si estaba bien, si los chicos estaban bien... Si seguían siendo humanos o si era un Eerend, la horrible visualización de Ian siendo un Eerend llegó a mi mente y agite la cabeza tratando de alejarla —Al igual que yo— el acento británico de Hero llegó a mis oidos tomándome por sorpresa.

—¿Qué?— al abrir nuevamente los ojos me encontré con los brillantes ojos de Hero puestos en los míos.

—Quiero protegerte..., Ahora tú eres mi prioridad, Verónica— el color carmesí no tardó en llegar, lo que dibujo una sonrisa en los labios de Hero. Aunque ya había escuchado aquellas palabras de la boca de alguien más, en la de Hero se escuchaban correctas.

—Gracias, Hero— el chico dió unas palmaditas a el espacio que estaba junto a él, en el sillón y yo me acerque. —Aún no has terminado de explicarme— susurré cuando estaba junto a Hero, el rodeó mi cintura y me atrajo hacia él.

—Seguire a cambio de un beso— una risita nerviosa salió de mis labios mientras que los dedos de Hero acariciaban mi cintura y mi mejilla izquierda, entonces comenzó a acortar la distancia entre nosotros y su mirada estaba posada en mis labios, por alguna razón el pánico me invadió y justo a unos centímetros de distancia moví mi rostro en dirección a su mejilla y la besé.

—Listo—dije en cuanto me aparte de él y su sonrisa juguetona adornaba su rostro mientras negaba divertido.

—No era lo que esperaba, pero fue mi error, la próxima vez especificare el lugar— guiño un ojo y mi sonrisa boba apareció.—El laboratorio estaba trabajando en una posible cura y todas las que daban al principio positivo las llevaba personalmente a la oficina de tu hermano... El día del baile salí tarde del trabajo por qué al ir a la oficina de tu hermano no encontré las 2  posibles curas más eficientes hasta el momento, ni la bitácora en la que estaban los avances; una de ellas aún no hacía efecto mientras que la otra había sido totalmente un desastre ya que mantuvo al Eerend tranquilo por ciertos días y después lo hizo enloquecer completamente— las yemas de los dedos de Hero dibujaban diferentes formas en mi cintura, su tacto me causaba cosquillas pero era maravilloso. —Ahora sé que las curas las tiene él y no sé qué pueda hacer con ellas— Instalo un silencio que no era incomdo e incitaba a la reflexión, pero pronto lo rompió. —Stefan entro a una de las reuniones que solía tener con los Rowan y tu hermano, estoy seguro que por eso sabe del refugio— culminó — Si Stefan de verdad está obsesionado contigo es mejor que escapemos de EU lo antes posible, por tu seguridad — la preocupación se filtraba por su voz y sus ojos la transmitían, decidí regalarle una sonrisa tranquilizadora mientras acariciaba su mejilla lo que al parecer dió resultados.

— Pronto lo haremos— susurré y el asintió. —¿Crees que debemos confiar en Alex?— 

Mordió su labio inferior dudando y finalmente se encogió de hombros.
—Creo que no—

—Nos puede guiar, él sabe cosas acerca de los chicos que me están buscando y podemos evitarlas— dije —Adémas no podemos dejar a Ainhara a su suerte, cuando Alex se convierta en un Eerend—

Un gesto burlón apareció en la cara de Hero.
—Pensé que odiabas a Ainhara— enseguida negué rotundamente con la cabeza.

—Es una niña, no me puedo poner celosa por una niña— una sonrisa apareció en el rostro de Hero.

—y ¿si fuera una chica grande?—

—Bueno... En ese caso tal vez si— Hero comenzó a empujar mi cuerpo con delicadeza mientras que nuestra conversación fluía, dejándome finalmente con la espalda pegada a los asientos de aquel sillón y el encima mío.

—¿Tal vez?— su mano comenzó a recorrer la silueta de mi cuerpo.

—S..si— mis titubeos no hicieron falta ante la situación que estaba viviendo.

—No te creo, princesa — susurro muy cerca de mis labios, coloqué mis manos alrededor de su cuello y lo besé.

Hero, me correspondió sin dudarlo, era algo de lo que él ya tenía ganas y siendo sincera, yo igual.
Sus labios se movían al compás de los mios.
El besó iba aumentando casa vez más y más de intensidad, hasta que nos separamos a tomar algo de aire y lo miré: Su cabello estaba despeinado, consecuencia de mis manos; sus labios enrojecidos y sus pupilas estaban dilatadas. Hero se volvió a acercar a mi, dejo un corto beso en mis labios y unió nuestras frentes.

—Te quiero tanto, Verónica— una pequeña sonrisa se dibujo en mí y el se recostó a mi lado, así que yo, recosté mi cabeza en su pecho y nuevamente la conversación volvió a fluir.

The Start | The Eerend Virus #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora