04. pirates
ㅡParece... No sé qué decir, se trata de una historia tan surrealista...
Yunho asintió mientras le daba un bocado al trozo de queso que Hwan le había proporcionado. La chica tenía razón, sin duda, ya que lo que le había ocurrido no era algo precisamente común.
ㅡ¿Y cómo os encontráis ahora?
A pesar de haber insistido, Yunho no había conseguido que ella lo tratara de tú. Ella alegaba que estaban en una barca, solos, y que nadie podría escucharles. Debía tratarle con el respeto con el que trataría a un príncipe. Con razón, pues a grandes rasgos, lo era.
Al chico la pregunta le pilló completamente por sorpresa, pues no esperaba que ella se preocupara por él. Temía que lo echara de su pequeño navío, o que dejara de hablarle, incluso que regresaran a Aurora y lo delatara. De todo, menos eso. Esbozó una sonrisa triste, dándose cuenta de lo mucho que Hwan estaba arriesgando por él.
ㅡYo... No lo sé. Debería sentirme mal, supongo... Pero no soy capaz de hacerlo.
Ella alzó una ceja.
ㅡNo comprendo. ㅡcomentó, mordisqueando un mendrugo de pan.
ㅡEs complicado, supongo ㅡYunho inspiró y se dispuso a enumerar las ventajas que había conseguido ver en la desdichada situaciónㅡ. La gran carga que tenía encima ha desaparecido, no tengo que preocuparme sobre política ni sobre el pueblo que en realidad nunca me quiso. Además, ahora entiendo a mi madre y puedo estar seguro de que no deliraba, y no hay más alivio que saber que ella me amaba y me cuidó hasta su muerte.
Hwan miró al chico con admiración, partiendo un trozo de pan para dárselo. A pesar de la dura situación, Yunho había conseguido encontrar el lado positivo y no mostrarse débil. Tras esa expresión infantil y esa sonrisa tierna se escondía un hombre determinado y sin duda muy fuerte. Quizá era porque había nacido como una de las personas más propensas a tener que soportar el odio y las desgracias, o porque simplemente era un chico de corazón de oro que no podía ver el lado malo de las cosas. Sea lo que fuere, Hwan no pudo más que desear ser como él.
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Habían pasado un par de días desde que partieron, y probablemente no quedaría tanto para llegar a Crescent. Se encontraban en alta mar, siendo guiados por las olas y por la dirección que la chica tomaba de tanto en tanto, hablando sobre sus vidas y compartiendo mesa y cama. No había suficiente hueco como para que una mínima separación entre ellos fuera posible.
ㅡ¿Echas de menos el palacio real? ㅡinquirió ella, de repente, buscando entablar conversación.
Yunho, sorprendido por la repentina pregunta, lo pensó unos segundos, pero acabó asintiendo. Al fin y al cabo, el palacio real había sido su hogar durante toda su vida, y, a pesar de los problemas que surgieron más tarde, todos sus recuerdos bonitos habían sido vividos allí. Los malos también, era cierto, pues nunca olvidaría la imagen de la habitación de sus padres, el pálido e inmóvil cuerpo de su madre reposando en la cama: sus ojos cerrados, como si sólo durmiera; una expresión relajada, como si simplemente estuviera descansando; una sonrisa tierna, como si hubiera encontrado, finalmente, la paz.
Que pena que sólo lo último fuera verdad.
ㅡSí, lo hago. La verdad, yo-
Pero el chico fue interrumpido por el ruidoso sonido de una concha marina, amplificada por el viento y llevada hasta sus oídos. La pareja miró hacia los lados, desorientada, encontrando un enorme barco acercándose hacia ellos. Al ver la figura de una sirena en la parte frontal y las velas amarillentas y desgastadas, Hwan tragó saliva y se levantó de un salto.
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pirate king ㅡ ateez
Fantasy﹙🐚﹚❛ En el océano no hay realeza ㅡsonrió, ladinoㅡ, pero estamos los piratas.❜ Fuego, amor, odio; arte, secretos, rencores; encantamientos, estrellas, muerte. En las islas del Sol y de la Luna, la fantasía es tan real como la magia de los Santos Ast...