two two [2-2]

658 74 30
                                    

22. it's the time

El final de la larga y pesada túnica dorada casi arrastraba por el suelo sucio de los calabozos, como si quisiera corromper la pureza de la tela. A cada paso apresurado que el joven aprendiz daba, un destello de oro parecía cortar la densa oscuridad del reducido espacio, por el que dicho chico se movía con agilidad.

En su mano izquierda, una pequeña vela portaba una llama a punto de consumirse, haciendo la labor de única fuente de luz. Los dedos de la derecha tamborileaban sobre su pierna, siendo la prueba de los nervios que lo carcomían por dentro.

ㅡChicos ㅡllegó a las celdas que buscaba en un santiamén, pues ya no se perdía entre aquel laberinto de barrotes de hierroㅡ. Será hoy por la mañana, tenemos que actuar ya.

Una cabellera rubia y desordenada se alzó desde el fondo de la celda de la derecha. Tras acercarse al astrónomo, dejó al descubierto una mirada felina y una mirada traviesa.

ㅡYa pensaba que se habían olvidado de nosotros, qué pena.

Enfrente de la celda de la chica, otra voz más grave no tardó en comentar.

ㅡNadie que me haya visto se olvidaría nunca de mí, Hwan. ㅡMingi esbozó una sonrisa ladina.

ㅡNormal, con lo tozudo e irresponsable que eres... ㅡreplicó Yunho, a su lado, igualmente bromeando.

El pirata frunció el ceño y el príncipe soltó una risa. Mientras, Chan se acercó a las dos celdas del fondo.

ㅡBuenos días, alteza ㅡhizo una reverencia ante Jongho, quien no terminaba de acostumbrarse a ser tratado asíㅡ. ¿Estáis preparado? ¿Recordáis lo que os dije que debíais hacer?

El menor de todos asintió con lentitud e inseguridad.

ㅡAprovechar vuestra distracción, llegar al salón real del palacio, sentarme en el trono... Y recuperar la memoria.

Chan asintió con una sonrisa parental.

ㅡAsí es. Sé que puede ser complicado, y mi historia pudo hacerse poco creíble para vos. Pero es la realidad, alteza, y os aseguro que lo entenderéis todo cuando os sentéis en ese trono.

Tras un asentimiento poco convencido de Jongho, el aprendiz pasó a hablar con Yeosang.

ㅡ¿Cómo te encuentras, contracorriente?

Este hizo una mueca de incomodidad.

ㅡAlgo adolorido ㅡrespondió, con la voz roncaㅡ. Se me han entumecido las articulaciones y mi garganta parece arder... Pero al menos sigo vivo.

ㅡSí, y esperemos que continúe así. Por lo que sé, a ti te presentarán como rebelde; puede que al príncipe Yunho también ㅡse giró hacia el restoㅡ. Sin embargo, a Mingi, a Hwan y a Jongho os tratarán de piratas: aquí no hay demasiados ataques rebeldes, pero sí mucha piratería, por lo que les interesa más condenaros por lo segundo que por lo primero.

Entendiendo, el grupo asintió. Yunho quiso hacer una pregunta, repasar el plan por última vez, pero se quedaron sin tiempo.

La puerta de los calabozos se abrió. Seis caballeros, seguidos por un hombre alto y aparentemente de edad avanzada, entraron al pasillo donde ellos se encontraban y procedieron a abrir las puertas de cada celda en absoluto silencio. Cada uno se encargó de un prisionero, al contrario de Yeosang, ya que de él se ocuparon dos.

El hombre se quedó en la puerta, vestía unos ropajes similares a los de Chan. Le sonrió a este último, y le hizo una seña con la mano para que se acercara.

pirate king ㅡ ateezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora