Campamento de verano: Niall y tú. (Terminada)

MARATÓN #1 Capítulo 28.

Yo: ah.. yo.. es que veréis, sinceramente no entiendo vuestro enfado. Vosotros también me habéis gastado bromas y no me he puesto así de borde, la verdad.

----------------------------

Niall: ¿Y nosotros que culpa tenemos de que seas tan inocente?

Todos empezaron a reírse mientras yo no entendía nada. Espero que se rieran de la cara de tonta que se me había quedado, porque como todo su enfado hubiera sido otra bromita, íbamos a tener problemas.

Yo: ¿Se puede saber de qué os reís?

Zayn: ¡De ti, enana! –más risas de los cinco.

Yo: Estoy esperando una explicación..

Niall: No te atormentes tontorrona, que no estábamos enfadados –dijo mientras se acercaba para abrazarme, pero en esta ocasión lo aparté yo.

Yo: ¿Otra broma? ¿Pero es que estáis retrasados o que os pasa? ¡No sabéis lo preocupadas que estábamos las chicas y yo!

Liam: De eso se trataba pequeña saltamontes..

Yo: Pues ni puta gracia.

Al decir eso intenté irme, pero Niall me cogió de la cintura y no me dejó irme: me tenía abrazada por la espalda para no escapar. Cogí sus manos para intentar que me soltara, pero evidentemente era más fuerte que yo.

Yo: -al ver que no podía zafarme de su agarre- ¡Que me sueltes joder, Niall!

Niall: Eso nunca –me susurró al oído.

...Vale, me acababa de enamorar aún más.

Louis: No te enfades ahora tú eh, que sabes que se pasa mal.. Por tu propia experiencia digo –todos volvieron a reírse de mi.

Yo: ¡Ya vale, hombre! –grité, ahora sonriente.

Zayn: ¡Eeeeeyy, se ha reído!

Yo: Yo no me he reído –intenté poner cara de seria, pero no aguanté mucho.

Liam: ¿Abrazo colectivo?

Yo: ¡NO NO NO NO!

Chicos: ¡SIIIIIII!

Todos los chicos corrieron hacia mí y me hundieron entre sus fuertes brazos. Tan fuertes que me empezaba a quedar sin aire, y con la mínima esperanza de que oyeran, pude “gritar”:

Yo: Ayuda.. Por favor.. ¡SUPERMAAAAN!

Louis: -apartándolos a todos de un gran empujón- ¡alguien necesita la ayuda de..¡SUPERMAAAN!!

Entonces me cargó sobre el hombro para después echarme sobre la mesa. Empezó a imitar a un médico: abriéndome los ojos, poniendo la oreja en mi pecho para oír mi corazón, tomándome de los hombros y agitándome al grito de: “¡No te vayas aún, por favor señor!”, y demás cosas exageradamente rápido, mientras los demás -y yo- no podíamos parar de reír.

Pasados unos segundos por fin me dejó libre, y entonces fue cuando descubrí que el grupo de Melanie nos miraba con cara de asco, y algunos se reían de nosotros. Entonces hice lo que nunca debí hacer..

Sí, la primera pelea física del campamento estaba a punto de suceder, y lamentablemente yo estaba involucrada en ella.