MARATÓN #2 Capítulo 29.

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Yo: ¿Se puede saber de que coño te ríes, gilipollas?

X: De ti, ¿no es evidente?

Yo: Pues la próxima vez que te vayas a reír de alguien –me dirigí hacia el chico- te miras al espejo, que la cara de mono que tienes debería ser ilegal.

X: ¿Qué estás intentando decir? –se encaró a mí, mientras todo el comedor nos miraba, incluidos los chicos y las chicas, las cuales acababan de entrar.

La verdad es que daba un poco de miedo, ya que el chico con el que me estaba enfrentando me sacaba una cabeza y algo más, tenía un cuerpo muy musculoso, y su estilo de vestir tampoco ayudaba mucho, iba de negro completamente (foto). Vale sí, estaba muerta de miedo..

Yo: ¿De que sirve tanto músculo para tan poco cerebro? Acabo de decir que eres más feo que pegarle a un padre con un calcetín sudado –todos se rieron, sonreí triunfante.

X: Seguro que piensas todo lo contrario.. –Dijo roneante- ya veremos lo que dices cuando acabe el verano guapa

Yo: ¿Crees que vas a ligar conmigo? Siento decirte que mi gusto es un poco más... diferente, por no decir una palabra peor

X: Si no soy de tu gusto deberías graduarte la vista, la verdad..

Yo: Hay cosas más importantes que ser guapo o feo, para tu información.

X: ¿Músculos? También tengo, muchos, y no solo en los brazos.. –dijo subiendo y bajando las cejas.

Yo: Das asco.. y pena.

X: -se aproximó a mi cara hasta solo dejar dos centímetros entre nuestros labios- di eso otra vez, y te violo la boca

Yo: A ver si tienes huevos de tocarme, imbécil –dije sin apartarme

Entonces sonrió, sin yo entender el porqué de esa sonrisa vacilona. Hasta que sentí que su mano estrujaba mi trasero. Entonces me aparté y le di una bofetada, tan fuerte que su sonrisa desapareció, haciendo aparecer una mirada de furia extrema.

Retrocedí unos pasos, mientras todo el mundo hacía burlas contra él, lo que hacía que su enfado aumentara. Vino cual toro enfurecido hacia mí, y tal era el miedo que yo sentía, que se me paralizaron las piernas. Cuando pensaba que su puño alzado acabaría en mi cara, cerré los ojos, y un sonido de dolor llegó a mis oídos, pero no era mío, entonces abrí los ojos con asustada cautela.

Campamento de verano: Niall y tú. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora