Capítulo 59: No soy un crío (POV AUSTIN)

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Después de haber leído el mensaje que Rebbeca me había enviado, supe que todo estaba muy mal. ¿Por qué carajos Sam la llevó hasta allí? ¿Es que acaso este tío no sabía que esa parte de Brooklyn Park no era un lugar seguro para alguien como ella?

Aún estaba en clases, pero no sería un problema salirme del instituto. El problema sería ir hasta allÍ; el trayecto era un poco lejos para hacerlo caminando, y más sabiendo que necesitaban mi ayuda.

Sabía que todo se había ido al carajo, Becky estaba en aquel apartamento y había enviado un mensaje pidiendo ayuda. Aquello no pintaba para nada bien, y me preocupaba saber que Sam tenía mucha gente en su contra.

Le envié un mensaje a Aron, diciéndole que necesitaba ir hacia aquellos lados. No lo consideraba mi amigo, pero siempre que necesité ayuda con Sam, él estuvo dispuesto a hacerlo.

Eso de no tener vehículo propio me estaba complicando la vida enormemente.

Mi teléfono vibró en mi mano, anunciándome una respuesta de Aron.

«Venga crío, estoy en el estacionamiento»

Bien, eso fue sencillo y rápido. Solo que yo no era un crío.

Me levanté de mi asiento para dirigirme hacia la salida, la clase entera se silenció para verme salir. ¿En serio? El profesor ni siquiera hizo el intento de detenerme, después de todo, era lo mismo tenerme o no en su apestosa clase.

Al llegar al estacionamiento, vi a Aron sentado en el capó de su viejo Mustang, al verme llegar se incorporó para meterse al auto, y cuando ambos estuvimos dentro, arrancó sin más para dirigimos en dirección a la tercera avenida.

―Tienes suerte que anduviera cerca ―dijo él, después de haber recorrido ya casi todo el camino en silencio.

―Tengo suerte de que no puedas resistirte la oportunidad de verme el culo.

―Eres un crió ―soltó riendo―. Bien, baja. No puedo ir más de esto.

―Te debo una, tío ―le dije mientras chocábamos nuestras manos en un saludo.

―Ya sabes, no puedo resistirme a tu culito. Para la próxima ―dijo burlón antes de desaparecer por donde habíamos llegado.

Me dejó en el callejón, ya que no podía cruzar más allá por ser de la oposición, apresuré mis pasos para dirigirme hacia el final del callejón y salté una reja que separaba un bloque del otro. Aquel basural correspondía a los edificios en el que estaba instalado el de Sam, no estaba muy lejos.

A un par de metros estaba Louis y su séquito, junto a su perra personal: Ben.

Aquello no me gustaba para nada; Louis y Sam siempre andaban chocando, si en ese entonces Sam no había terminado muerto fue porque ambos estaban del mismo bando, y porque tenían una especie de arreglo referente a los narcóticos. Ben era el que hacía de intermediario, ya que claramente no era buena idea tenerlos a los dos reunidos, por la paz en el barrio.

Cuando pasé por la acera frente a ellos, empezaron a silbarme y a imitar el sonido de besos.

―¡Venga muñeco! ¿A caso no te enseñaron modales? Deberías venir a saludar a papi ―dijo Louis, mientras los demás reían burlones.

Y una mierda. No estaba dispuesto a arriesgar mi pellejo en una pelea justo en ese momento, todavía debía llegar al piso de Sam.

―¿Qué hay? ―contesté disminuyendo el paso sin llegar a detenerme, pero Ben se acercó y me atrajo por los hombros.

―¡Hey niño! ¿Te saltaste tus clases en el preescolar? ―se burló él, mientras Louis le hacía una seña para que me soltara.

―No lo molestemos, debe estar apurado en ir con Sam y la chica ―dijo sonriendo con maldad―. Espero que se diviertan mucho los tres.

Miré a cada uno de los tipos, eran en total seis, cuando generalmente solían ser ocho. ¿Dónde estarían los otros dos?

Me tensé al instante en el que una suposición cruzó por mi cabeza y miré rápidamente hacia el edificio.

―Tranquilo chico ―siguió Louis―. Solo quería disculparme por eso de que te arrestaron. La verdad no tengo nada contra ti, pero no podía ir yo, ¿cierto? ―Asentí en modo de respuesta, pues sentí una navaja en mi costado, esta provenía de la mano de Ben.

―Deberías replantearte de qué lado estas niño ―dijo otro tipo, uno bastante canoso y desaliñado―. No querrás siempre estar pagando los platos que rompe tu amigo.

―No deberían preocuparse tanto por mí ―dije burlón mientras me zafaba del agarre de Ben, cambiando de roles y poniéndome tras él,  con sus muñecas tras su espalda, sometido―. No sé qué clase de cosas estás acostumbrado a hacer con Sam, pero a mí me gusta lo rudo ―dije mientras hacía un ademán de besar su mejilla, riéndome de él.

―¡Hijo de puta! ―gritó él, mientras intentaba lanzarse sobre mí, pero un tipo se lo impidió con un solo brazo. Los demás solo nos miraban y reían divertidos.

―Venga, gatita, guarda las garras para después ―le dijo Louis mientras me despedía con un gesto de cabeza.

Después de eso, me dirigí hacia el piso de mi amigo a paso apresurado, había una posibilidad de que los dos faltantes de aquel grupo estuvieran con mi amigo.

Sam sabría defenderse, siempre lo hacía. Pero este caso era distinto, estaba ella metida, y no podía arriesgar que algo le sucediese. Además, ella me pidió ayuda, significaba que algo había pasado.

¡Será imbécil! ¿Por qué cojones traía a Rebbeca hasta aquí?

Subí las escaleras de prisa, mirando de vez en cuando hacia los lados para ver si encontraba algo raro en el lugar. Todo se veía igual de decadente que siempre.

Cuando llegué a la puerta, no lo pensé dos veces y la abrí de una patada. 

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A ver, a ver ¿qué pasó? pedí 50 estrellitas y apenas llegamos a la mitad :( 

No importa, como llegamos a las 20K hay maratón, y como hay maratón hay punto de vista de Austinnnn, y como hay punto de vista de Austin hay algunas respuestas y miles de dramas más, como a mí me gustaaaa <3

Bueno, como no pudimos 50 estrellas, a ver 60 ah re jajajja 

Un pequeño gran problema [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora