VII─ The Guy

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VII─ El Chico

Especial 1k, GRACIAS♡

Hablaba con Bella en el estacionamiento una vez las clases acabaron. Había sido un día largo, en especial porque no pudo almorzar por intentar conseguir un espacio en el club de Literatura y porque había olvidado su dinero sobre la mesa.

─ Creo que dejé mis llaves en la última clase, no las encuentro ─ Se quejó ella mientras buscaba en los bolsillos de su mochila.

─ Te esperaré aquí ─ Propuso la castaña ganando un asentimiento de Rosabelle.

Al instante comenzó a caminar en dirección a el interior de el edificio pero a mitad de el camino encontró sus llaves dentro de de uno de sus cuadernos. Tomó la llave y suspiró con alivio justo cuando un chillido de llantas llenaba sus oídos junto a un estruendo.

Se giró al instante viendo como en donde una vez estuvo Bella había chocado un auto. Su corazón se detuvo y palideció más de lo usual.

─ ¡Bella! ─ Gritó corriendo en dirección a su nueva amiga.

Cuando llegó vió a Swan junto a Edward. Apenas lo miró a él y corrió a abrazarla con tanta fuerza como sus brazos le permitieron.

─ Estoy bien ─ Susurró Bella aún cohibida por lo recién sucedido.

─ No lo estás, iremos a el hospital justo en este momento ─ Aseguró quitandole las llaves de la mano.

─ Pero tu motocicleta...

─ Me importa poco, ¡estás pálida! ¿Y si te bajó la presión o el azúcar?

Tras gritarle a Tyler que era un imbécil y darle una mirada a Edward, se subió al asiento de conductor en la camioneta de la chica Swan, ella subiendo al copiloto. Condujo hasta el hospital y no tomó asiento en la sala de espera hasta que la dejaron pasar a la oficina de el doctor.

Su pie repiqueteaba en el suelo en un vaivén ruidoso. Al ser la única en la sala de espera resonaba casi por todo el lugar. Tan solo había un chico sentado a sus espaldas que la observaba desde que había llegado, podía sentir su mirada quemándola. Le incomodaba la presencia de aquél desconocido y cuando giró a ver de quién se trataba, éste ya no estaba ahí.

Entreabrió su boca extrañada, pues no lo había visto salir y la salida estaba justo frente a ella.

─ ¿Rose?

Exclamó asustada llevando su mano a su pecho y observando a la persona de pie frente ella. Reconoció a Jasper, también vió a Edward y Rosalie adentrarse a la sala por donde se habían llevado a Bella.

─ ¡Me asustaste! ─ Le acusó.

─ Lo lamento, ¿estás bien? Te ves... ansiosa.

─ Sí, estoy bien, solo preocupada por Bella, fue todo tan repentino ─ Contestó suspirando y cerrando sus ojos.

─ ¿Buscabas a alguien?

Entreabrió sus lábios pensando en la respuesta, luego negó.

─ Creí haber visto a un chico sentado tras de mí, debió haberse ido hace poco.

Él asintió con su ceño fruncido. Su olfato no encontraba ningún otro aroma que no fuera el dulce olor de la chica.

─ ¿Quieres que te lleve a tu casa o a buscar tu motocicleta? No creo que Bella salga pronto y Edward se quedará con ella.

─ No quiero molestar...

Él la miró enarcando una ceja, ella suspiró rendida.

─ ¿No te desvías si me llevas a mi casa? Es al norte.

─ Para nada, ¿vamos?

Rosabelle asintió regalándole una sonrisa de agradecimiento miemtras ambos caminaban a la salida en silencio. Por suerte le había dado las llaves de la camioneta a Bella antes de que ella entrara. Jasper le abrió la puerta de el copiloto y ella le agradeció.

Su corazón latía nervioso, Hale lo pudo escuchar con claridad una vez se sentó en el asiento del conductor. Su dulce aroma no tardó en llenar el pequeño espacio, el vivo olor de la tentación. Arrancó en dirección a la casa de Rose ya sabiendo donde quedaba, de todas maneras guardó silencio mientras ella le indicaba el camino.

Miraba el camino ordenando su corazón a relajarse. La presencia de el chico la ponía nerviosa por lo que observar el largo camino rodeado de árboles la distraía.

Contuvo la respiración al ver el chico de la sala de espera en medio de el camino.

─ ¡Jasper, detente! ─ Gritó con fuerza.

Sorprendido, el vampiro presionó el freno tan rápido como pudo. Giró mirándola con sorpresa mientras ella aún miraba a el chico encapuchado notando sangre sobre su ropa y manos. Habían frenado a tiempo, pero el desconocido corrió hacia el bosque.

Sin dudarlo, la chica desabrochó su cinturón y bajó de el auto.

─ ¡Espera! ─ Le gritó mientras lo seguía.

─ ¡Rose! ─ La llamó Jasper bajando de igual forma de el auto mientras maldecía sin comprender la actitud de ella, pues él no había visto nada ni nadie, pues no había nadie ahí.

De todas formas, Rosabelle perseguía lo que sus ojos veían bosque adentro. Tan solo escuchaba los pasos de el chico, de ella misma, y de Jasper a sus espaldas.

─ ¡Ey, detente! ─ Le gritaba a el chico hasta que lo perdió de su vista. El vampiro la alcanzó y la tomó de el brazo deteniendo su carrera y observándola con preocupación.

─ Rose, ¿qué diablos te sucede? ─ Soltó sin poder evitarlo, ella se deshizo de su agarre y continuó su camino.

─ ¡Que casi atropellas a aquél chico y ni te interesa ver cómo se encuentra! ─ Acusó con enojo.

─ ¿Qué chico, Rosabelle?

Ella gritó mientras resbalaba en una pequeña cuesta. A una gran velocidad, Jasper llegó hasta ella y la sostuvo antes de que cayera cuesta abajo. Con el tacto sintió el miedo repentino en el cuerpo de la mortal en sus brazos.

─ Ese...

Siguió su mirada hasta parar en una escena digna de película de horror. Había un chico muerto al final de la cuesta, su piel de un color pálido casi morado. Traía sangre en su capucha y sus manos además de unos orificios en su cuello. Insectos se alimentaban de su cuerpo por lo cuál supuso llevaba bastante tiempo muerto.

─ Debemos irnos ─ Aseguró Hale alejándola de el cuerpo y caminando en dirección a su auto.

─ Jasper, yo lo vi, te lo juro, él estaba vivo, debemos decirle a la policía ─ Hablaba al borde de una crisis sintiendo su cuerpo temblar. El nombrado se detuvo y la miró a los ojos tomándola de los hombros. Le envió toda la tranquilidad que pudo.

─ No puedes decirle de esto a la policía, llamaremos de forma anónima y te llevaré a tu casa, ¿bien?

─ Pero...

─ ¿Cómo piensas explicar qué hacías dentro de el bosque? Te podrían inculpar...

─ No te estoy mintiendo, Jazz, te lo juro ─ Susurró, sus ojos llenándose de lágrimas.

─ Sé que no lo haces, ahora debemos irnos.

banshee➨ j. haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora