XXIV─ "She's Gone"

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Verla con el arma en su cabeza le hacía temer como nunca lo había hecho. Ver lo decidida que estaba lo asudtaba aún más.

Jasper fue el único que no la subestimó. Sabía lo que ella era capaz por las personas que amaba.

Pero tenía una esperanza de que hubiera otra salida. Cuando escuchó el disparo sintió que había desfallecido.

─ ¡Rose! ─ Gritó a todo pulmón intentando levantarse pero lo sostuvieron.

Todos los Cullen tuvieron la misma reacción de sorpresa. Bella gritó horrorizada al ver a la que podría llamar mejor amiga caer muerta en los brazos de James.

─ ¡No! ─ Gritó el vampiro que la sostenía.

Lo había arruinado, era vampiro muerto. La había juzgado, la había subestimado y ahí tenía el precio de su error.

La dejó en el suelo y se fue a una gran velocidad, James se largó como el cobarde que era junto a su clan. Jasper se levantó de el suelo y corrió hasta su amada sosteniendo su cuerpo en el suelo.

Su corazón estaba roto en mil pedazos. Si fuera humano, estaba seguro que estaría llorando a mares. Sostuvo su rostro entre sus manos y acarició su mejilla sintiendo un vacío en él.

─ Se fue ─ Murmuró con dolor mientras cerraba sus ojos con fuerza.

Si su corazón aún bombeara, en ese momento lo hubiera dejado de hacer.

─ No por mucho ─ Apareció una nueva voz.

Todos voltearon a la persona que estaba parada en la puerta y se acercó corriendo a la chica, se trataba de su padre adoptivo.

─ ¡Debiste llamar antes, Magnus! ─ Gritó él a la Parca apartando a la mujer de los brazos de Jasper.

─ ¿Pero qué...? ─ Cuestionó el rubio descolocado.

─ ¿No se los dijiste, Castiel? ─ Magnus apareció con burla ─ Tu suegro es un ángel del Señor ─ Soltó una carcajada logrando que el ángel lo mirara de mala manera.

─ Concéntrate, Magnus, cuando yo la sane deberás guiarla a...

─ Sé como hacer mi trabajo, angelito.

Rodó los ojos mientras colocaba su mano a centímetros de el rostro de la pelirroja.

Todos los vampiros observaron con sorpresa como el que creían mundano comenzaba a utilizar su poder en la chica. Su mano brilló con una luz blanca al igual que sus ojos. Jasper se apartó ante la impresión viendo como la herida de su novia comenzaba a sanar con lentitud.

─ ¡Ahora!

Magnus estiró su mano de igual forma a la chica mientras sonreía. De la nada desapareció mientras el ángel detenía su poder y se levantaba de el suelo.

─ Hay que llevarla a algún lugar seguro, pronto volverá ─ Aseguró.

─ ¿Qué está pasando? ─ Preguntó Rosalie incrédula ─ ¡Tú eras un humano! ¡Un oficial normal!

─ Siempre fui un ángel, se me encomendó una misión y esa era proteger a Lydia mientras su destino se cumplía ─ Contestó ─ Debía guiarla en vida para que Magnus la guiara en muerte, mi trabajo ya está echo, no le debo nada a el Cielo.

─ ¡Espera! No puedes dejar a Rose, menos ahora ─ Bella habló, finalmente había recuperado la conciencia gracias a Edward.

─ No lo haré ─ Le sonrió a la humana ─ Estaré aquí para ella un tiempo más antes de que deba volver con los Winchester.

─ ¿Los qué?

─ Nada importante ─ Se encogió de hombros.

Tomó el cuerpo de Rose entre sus brazos y suspiró.

─ La llevaré conmigo a un lugar seguro mientras su alma regresa a ella.

─ ¿Te la... llevarás? ─ Preguntó Jasper conmocionado.

─ Volverá, Jasper, lo hará.

Abrió sus ojos de golpe tomando una fuerte bocanada de aire. Miró a su alrededor, no sabía donde estaba.

El lugar era amplio, parecía un viejo templo de piedra abandonado, tan solo estaba presente la vegetación y ella acostada sobre una cama de piedra.

Tomo asiento con dificultad. Miró su entorno tocando su cabeza, no había rastros de la herida que ella misma se causó.

Recordaba lo que ocurrió hasta su último día de vida. También recordaba lo que había ocurrido luego de su muerte y antes de su resurrección.

─ Soy Jesús ─ Bromeó para ella misma haciendo una mueca por el mareo que tenía.

No sentía dolor, ni tampoco frío o calor. Tenía una sensación extraña en todo su cuerpo que no sabía describir.

Notó que ya no llevaba la misma ropa, sino un vestido blanco largo. De un salto tocó el suelo sintiendo por primera vez el frío en sus pies descalzos.

Caminó con una delicadeza digna de un hada por el lugar en busca de una salida. Sus instintos aún no estaban despiertos por completo, pero su cuerpo sí.

Vio una gran puerta de piedra y la empujó con esfuerzo.

─ Al parecer sí soy Jesús ─ Protestó mientras empujaba con toda su fuerza.

Una vez logró abrirla lo suficiente como para salir, suspiró aliviada. Camino fuera de el templo sintiendo el pasto en sus pies y el sol sobre su piel.

Ladeó su rostro observando todo. No sabía cuanto extrañaba ver algo tan simple como el sol, o el pasto, o los árboles.

─ ¿Lydia?

Volteó a la voz que la llamaba. Se trataba de el angel. La pelirroja reconoció su cabello negro y sus ojos azules, vestía una extraña gabardina de color crema sobre un traje con corbata.

Se acercó a él y lo abrazó cerrando sus ojos.

─ Es bueno verte, Castiel.

El ángel que una vez llamó padre le correspondió el abrazo con una sonrisa en sus lábios.

─ Te he extrañado ─ Admitió colocando su barbilla sobre su cabeza.

─ ¿Cuánto tiempo me fui?

─ Te fuiste dos meses, Lydia...

──────ミ𖤐₊˚. ──────

120 votos + 40 comentarios y publico

Holi, ¿qué les pareció el final de la parte uno? ¿y qué les parece el inicio de la parte dos?

Espero les esté gustando tanto como a mi, tengo tanto miedo de cagarla y que ya no les guste.

Los amo ♡

banshee➨ j. haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora