XVI─ Honey

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─ ¿Rose?

Seguía pasmada mirando a el hombre con sonrisa divertida sentado frente a ella. Abrió su boca para hablar pero nada salió de su boca por el nudo en su garganta.

─ ¿No lo ven? ─ Preguntó en voz baja.

─ Claro que no me ven, honey ─ Chasqueó su lengua el hombre frente a ella.

Tenía varias perforaciones alrededor de su rostro, un tono de piel de el color de la canela, un rastro pequeño de barba y bigote junto a unos extraños ojos demasiado obscuros. Su aspecto era extravagante y terrorífico al saber que ella era la única que lo veía.

─ No creo que ninguno de nosotros podamos ver lo que tú ves, Rose ─ Habló Alice.

─ ¡Pero está ahí! ─ Señaló a la silla que todos veían vacía, el señalado soltó una carcajada que logró erizar los vellos de la chica ─ ¿Quién eres?

El hombre se inclinó sobre la mesa y le regaló una sonrisa radiante.

─ Que todos se vayan y te diré.

─ ¡Nadie se irá a ninguna parte! ─ Exclamó molesta.

Los demás no sabían como reaccionar al ver a la compañera de el rubio discutir con, prácticamente, el aire.

─ Entonces no hablaré.

Apretó su mandíbula con enojo y luego suspiró.

─ ¿Me podrían dejar sola con él? ─ Señaló la silla vacía.

La verdad es que estaba aterrada quedarse sola con esa persona.

Todos compartieron mirada.

─ No creo que sea buena idea que te dejemos sola con un fantasma ─ Contestó Jasper.

Volvió a dirigir su mirada a el hombre frente a ella cuando éste soltó una estruendosa carcajada haciéndola temblar.

─ ¿Fantasma? ¿Yo? Eso es una ofensa.

─ Si no eres fantasma, ¿entonces qué eres?

─ Saca a los chupasangre de aquí y responderé.

─ ¡Pero ni siquiera te escuchan!

Él solo guardó silencio mirando su reloj con aburrimiento.

─ Porfavor ─ Suplicó a la familia, sus ojos llenos de lágrimas ante la impotencia.

La familia volvió a mirarse entre ellos y luego asintieron.

─ Cualquier cosa, tan solo grita que estaremos aquí.

─ Como si pudieran hacerme algo.

Miró a el hombre frente a ella mientras todos se iban. Cuando la puerta fue cerrada, sus manos comenzaron a sudar.

─ ¿Y... bien? ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? ¿Qué eres?

─ Tranquila, honey, todo a su debido tiempo.

─ ¡No me digas honey!

banshee➨ j. haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora